La mitad de los taxis de los municipios costeros aún no permiten pagar con tarjeta

Los taxistas de la Costa del Sol son los mejor valorados por quienes visitan Andalucía, tal y como quedó reflejado en la última Encuesta de Coyuntura Turística, en la que los 745 viajeros preguntados en Málaga (4.112 en total) calificaron de media con un 9 el servicio prestado, casi un punto por encima del promedio de las ocho provincias (8,1). Estos resultados no hacen más que confirmar la tendencia de los últimos años en la que el gremio ha dado un salto de calidad en atención al usuario, dejando de ser uno de los aspectos peor valorados por los visitantes (en 2009 la puntuación era de un 5,9) para situarse entre los mejores. Pero a día de hoy aún sigue quedando una asignatura pendiente de la que especialmente viene advirtiendo el sector turístico, pero que también afecta al resto de usuarios: las dificultades para pagar la carrera con tarjeta de crédito, ya sea porque en la mayoría de municipios costeros apenas la mitad de la flota dispone de datáfono o porque entre los profesionales que lo tienen hay quienes recelan de cobrar en dinero de plástico para evitar las comisiones bancarias (rondan el 1%), especialmente si se trata de un trayectos corto.

La consecuencia es que, para no estar expuestos al azar, la mejor opción para tener plenas garantías si no se lleva efectivo es avisarlo con antelación al pedir un taxi. Actualmente, las únicas emisoras de toda la franja litoral en las que todos los vehículos cuentan con terminal de pago con tarjeta son las de Marbella (319 vehículos) y Fuengirola (114), ya que es obligatorio desde hace más de tres años.

A priori, también estaba previsto desde el pasado 1 de enero también lo fuera en Málaga capital, como viene recogido en la nueva ordenanza municipal que entró en vigor en junio de 2015. En vista del nuevo marco legal, la implantación de estos terminales se reactivó, pero de nuevo se ha visto relajada una vez que, ante las dificultades de cumplir los plazos, el propio Ayuntamiento acordó con las asociaciones del taxi la concesión de una moratoria hasta el 1 de julio de 2017. Según las estimaciones que maneja el sector, de los 1.432 vehículos apenas 900 van equipados con datáfono, una cifra que reducen considerablemente en el Consistorio, donde únicamente tienen constancia de que lo dispongan en 652. Este margen para su implantación también se aplica a otra exigencia que recogía la normativa municipal en la que se imponía que todos los vehículos deben ir provistos de una impresora expendedora de recibos, un dispositivo que, en cualquier caso, sí que está más asentado que el datáfono al incorporarlo ya más de un millar de taxis.

La obligatoriedad de contar con terminal de pago con tarjeta se incluyó en la nueva ordenanza de la capital para dar respuesta a las alegaciones presentadas tanto por la dirección del aeropuerto de Málaga como por la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos) en las que advertían del impacto negativo que la imposibilidad de pagar con medios electrónicos supone para un destino turístico como la Costa del Sol. En este sentido, cabe reseñar que en otras zonas turísticas como Palma de Mallorca, el datáfono se exige a todos los taxis que presten servicio en el aeropuerto y el puerto, mientras que en Barcelona, pese a no ser obligatorio, lo lleva el 90% de la flota. En el resto de grandes ciudades, el panorama es similar al de Málaga.

Picaresca

«Cada vez hay más compañeros que se dan de alta para permitir el pago con tarjeta. Poco a poco vamos mejorando y el año que viene se acabará el problema», afirma el presidente de la Asociación Unificada Malagueña de Autónomos del Taxi (Aumat), José Royón, quien respecto a los que ya lo tienen reconoce que no todos muestran en su ventana la habitual pegatina que informa al cliente de que el vehículo tiene datáfono. En Marbella también se da la picaresca, ya que hay conductores que siguiendo el ejemplo de los comercios fijan en 10 euros el servicio mínimo para aceptar el cobro con tarjeta. Hasta hace unos meses llevaban incluso una pegatina advirtiéndolo. «Es una práctica irregular, ya que las tarifas las regula el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía y ninguna administración impone ningún mínimo», precisa el presidente de TaxiSol Marbella y secretario de la Federación Andaluza del Taxi, Víctor Vázquez, quien remarca que el datáfono es obligatorio en esta localidad desde diciembre de 2012, prácticamente igual que en Fuengirola.

En el resto de municipios costeros, el porcentaje de implantación ronda entre el 50 y el 60%, a excepción de Mijas, donde apenas llega a un tercio (35 de 114), según los datos facilitados por Radio Taxi en Mijas. No hay una normativa que lo exija, y en el sector tampoco es que estén a favor de que exista. «Es una opción de cada conductor, de forma que si no ofrece la opción de pagar con tarjeta, el cliente puede coger al siguiente en la parada», comenta Mateo Rosado, representante del gremio en Estepona, donde 40 de los 81 vehículos llevan datáfono.

En Benalmádena ofrecen esta posibilidad 80 de los 135; mientras que en Torremolinos, donde el número de licencias es el mismo, se eleva hasta los 85. «No tenemos la obligación, pero cada día son más los compañeros que lo incorporan. Y serían más si no fuera por las condiciones que exigen los bancos, con una comisión por cada carrera y otra de mantenimiento independientemente de que lo utilices, así que si un mes hay pocos servicios que requieran tarjeta no cubres ni gastos», expone el presidente de la Asociación de Taxistas Autónomos de Torremolinos, Francisco Martín. En el litoral axárquico, el panorama es similar tanto en Vélez como en Nerja. En el plano positivo destaca Rincón, donde pese a que tan solo hay 24 licencias, 22 cuentan con este dispositivo. En cambio, en Torrox sólo 2 de 18.

En esta información han colaborado Eugenio Cabezas, Miguel Gámez y Andrea Jiménez.