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La población de Málaga envejece y pierde jóvenes por la emigración

La población de Málaga envejece y pierde jóvenes por la emigración

Desde 2007, la franja de edad entre 20 y 34 años ha caído un 16,2% y la de los mayores ha sumado un 21,8%

Ana Pérez-Bryan

Sábado, 23 de julio 2016, 01:04

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Existen muchas maneras de interpretar los datos que dibujan los flujos de población en un territorio, pero es quizás cuando se estudian las dos caras de la misma moneda cuando se perciben de manera más nítida las consecuencias de estas variaciones en el medio plazo. Y esto es precisamente lo que ocurre con la provincia de Málaga, que según las encuestas oficiales sobre demografía se enfrenta desde hace unos años al problema del envejecimiento progresivo de su población. Ahora bien, ¿qué ocurre con los jóvenes? ¿cómo se comporta esa otra cara de la moneda?

Los últimos datos conocidos (año 2015) dejan un escenario inquietante en el plano de los mayores, pero no menos en el de los llamados adultos jóvenes, es decir, en ese grupo que oscila entre los 20 y los 34 años que están llamados a llevar el peso de la sostenibilidad del sistema. La tendencia es generalizada en el territorio nacional, y Málaga no escapa a esta realidad. Con los datos en la mano, las últimas cifras del INE (Instituto Nacional de Estadística) correspondientes al pasado año confirman un descenso progresivo en esta franja de la población, hasta el punto de que en apenas ocho años (de 2007 a 2015) la provincia ha perdido al 16,26% de sus jóvenes de entre 20 y 24 años (58.930 personas menos).

Los años de la crisis

Esta tendencia, además, se ha intensificado en los últimos años. El dato se confirma si se comparan las estadísticas actuales con las del año 2000, cuando en la provincia había 321.429 ciudadanos de estas edades. Hoy en día esta cifra ha caído hasta los 303.697, es decir, un 5,51% menos que al comienzo de la década.

En este escenario cabe preguntarse por qué desde el año 2007 la pérdida ha sido tan acusada. Entre todas las respuestas posibles destaca una: en aquel momento comienzan a percibirse los primeros efectos de la crisis económica, un fenómeno que también ha dejado su reflejo en la estadística y que se traduce en un aumento de la emigración de jóvenes malagueños o residentes en la provincia y de otra parte una bajada en los flujos de inmigración que recibe nuestro territorio. En concreto, y teniendo en cuenta los datos del Sistema de Información Territorial de Andalucía (SIMA) una base de datos análoga al INE pero que estudia las variables específicas de la región, en el año 2000 se fueron de la provincia de Málaga 14.416 jóvenes de entre 16 y 39 años. El dato se multiplicó por más de dos en 2007, cuando cerca de 35.000 personas de esta franja de edad (34.848) decidieron probar suerte en el exterior; y se mantiene, aunque a la baja, en la actualidad: en 2014 esta cifra descendió a los 30.666 jóvenes, confirmando esa sensación de recuperación que parece haber frenado la sangría.

Del otro lado, el papel de la inmigración también tiene su peso específico en la pérdida progresiva de adultos jóvenes en la provincia, con datos que reflejan claramente que este flujo está en retroceso. Tomando como referencia el 2007, Málaga recibió en ese año a 50.183 personas entre 16 y 39 años; y esa cantidad ha caído drásticamente a los 34.171 en el año 2014.

Los efectos de la crisis juegan un papel relevante en este escenario, pero también existen otras causas que se encarga de perfilar el profesor titular del Departamento de Geografía de la UMA y especialista Envejecimiento Activo Jesús Delgado Peña: «Además de la pérdida progresiva de la población joven, la pirámide se va estrechando porque también la provincia está envejeciendo. Es el caso de aquellos hijos del baby boom de los años 70 que ya han abandonado en la estadística la categoría de joven». El especialista alerta de los efectos que puede tener ese estrechamiento en la pirámide de la población, con unos tramos superiores cada vez más numerosos y que dan la medida, efectivamente, de esa otra cara de la moneda.

En el caso de la provincia, los datos del INE también son contundentes en este capítulo: a día de hoy hay 238.164 personas con tramos de edad que oscilan entre los 65 y los 84 años el más numeroso es el de los 65 a los 69, con 83.333 personas, un 45,6% más que en 2000 (163.508) y un 21,8% superior si se tiene como referencia 2007, cuando la estadística tenía registradas a 195.494 personas. La progresión que no hace más que confirmar el envejecimiento paulatino de la población, aunque en este caso la provincia sí escapa a la tendencia nacional con un dato que es una (feliz) excepción: Málaga aún registra más nacimientos que defunciones, un crecimiento vegetativo en positivo que, aunque escaso (apenas 452 personas), ofrece cierto respiro.

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