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...Y los frikis dominaron el mundo

El auge de la subcultura pop se refleja en negocios hechos a su medida en Málaga

Nuria Triguero

Sábado, 28 de mayo 2016, 00:58

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«Hace diez años no imaginábamos lo que ha venido: películas de superhéroes a montones, Star Wars de nuevo en el cine, el retorno de Star Trek, El Hobbit convertido en trilogía, una nueva saga de Bola de dragón... Ya no es necesario ocultarse para leer cómics con más de 30 años. Puedes vestir camisetas frikis compradas en casi cualquier tienda. Tenemos canales de televisión específicos para nosotros. Incluso partidos políticos tienen a frikazos en sus filas...» Así argumenta el creador del Día del Orgullo Friki, Germán Martínez alias Señor Buebo, por qué concluye que su especie ha conseguido por fin dominar el mundo.

Lo cierto es que hoy los frikis ya no están mal vistos. Tienen hasta referentes televisivos: Sheldon, Leonard y sus amigos de The Big Bang Theory, la serie que ha conseguido hacer reír al mundo con bromas sobre física cuántica. «Hay cierta moda, ya podemos salir a la calle más tranquilos y hasta con orgullo», afirma el dueño de El Garito del Friki, Pedro Ciuró. Esta pequeña tienda repleta de merchandising de Star Wars y otras películas y series de culto abrió sus puertas hace dos años en el Soho, un barrio que podría considerarse el más friki de Málaga en atención a la concentración de negocios dedicados al cómic, los juegos de mesa y el coleccionismo. Comic Stores y Play Planet, por ejemplo, están a pocos metros.

Cosplay, soft combat y karaoke, aficiones de moda

  • El ramillete de aficiones relacionados con el manga es increíblemente amplio y en Málaga tiene una nutrida base de seguidores, según atestiguan las tiendas especializadas. Está en auge, por ejemplo, el cosplay, abreviatura de costume play juego de disfraces, cuyos aficionados se confeccionan disfraces de sus personajes favoritos para lucirlos en eventos del mundillo, por ejemplo salones del cómic. «Es puro do it yourself, lo que le gusta es hacerlo todo ellos mismos», explica Raúl Cordero, de Comic Stores. Pero el cosplay va más allá de disfrazarse se trata de adoptar la personalidad del héroe en cuestión y hasta aprenderse sus coreografías. «Hay mucha afición en Málaga», asegura.

  • También relacionado con el manga está el karaoke de temas musicales ligados a este tipo de dibujos animados. Otra disciplina que gana adeptos es el softbattle un deporte que involucra elementos de la esgrima y otros deportes que incluyen armas blancas, y que consiste en combates simulados con armas de poliuretano. El Parque de Huelin ha sido campo de batalla en más de una ocasión.

El auge de estos comercios consagrados a la subcultura pop se debe al mismo motivo por el cual la industria del entretenimiento se ha vuelto tan amante del cómic y la ciencia ficción: el descubrimiento de que los frikis son estupendos consumidores. «Son clientes muy fieles», resume el encargado de Comic Stores en la calle Trinidad Grund, Raúl Cordero. «Vienen a menudo, son muy cultos y saben lo que quieren, pero a la vez se dejan aconsejar», explica. Y es que quien compra por pasión y no por necesidad es el mejor consumidor posible. ¿Cómo si no se explica que alguien pague más de 400 euros por una pequeña réplica en resina del Halcón Milenario? ¿O que se moleste en buscar por Internet las maquetas de todos los accesorios de He-Man para que se los fabriquen en una impresora 3D?

Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de frikis? El término, que viene de una mala traducción de freak en inglés este término hace referencia a algo monstruoso o anormal; lo que aquí llamamos frikis allí son geeks o nerds, engloba todo un abanico de aficiones ajenas a la cultura mayoritaria. Por un lado está el cómic en todas sus variantes: el de superhéroes es la que está más de moda pero también está el manga japonés, que tiene especial predicamento entre los más jovenes, o los autores europeos.

También viven un auge los juegos de mesa, que a su vez tienen distintas modalidades: el rol; las cartas Magic, cuyos aficionados participan en torneos y también coleccionan las cartas en sí; los juegos de miniaturas; sagas que mezclan frikismo y humor como Munchkin; otros basados en series o películas... Play Planet, en la calle San Lorenzo, es un ejemplo de negocio consagrado a esta afición. «Abrimos hace casi tres años y cubrimos una demanda que antes nadie atendía: somos cafetería, tienda y ludoteca. La gente viene a pasar la tarde con alguno de nuestros cientos de juegos», explica su encargado, Juanjo Díaz. Los libros, películas y series de ciencia ficción y terror; el coleccionismo en general; los juguetes de los años 80 y los videojuegos son también alimento para el alma friki.

Veteranos y novatos

El crecimiento de Comic Stores es el mejor ejemplo del auge de este conjunto de subculturas: de ser una pequeña tienda en el paseo de Los Tilos (en sus inicios La Confederación) pasó a abrir su buque insignia en el Soho, con 400 metros cuadrados que dan cabida a zona de exposiciones, un lugar para realizar talleres y torneos de juegos de mesa y una gran biblioteca. También ha abierto locales en Fuengirola y Ronda. El encargado de su tienda principal está convencido de que todos «llevamos un pequeño friki dentro, sólo hay que dejarle salir». Y asegura que Málaga «siempre ha sido, junto con Granada, de las ciudades con más movimiento», lo que se demuestra, por ejemplo, en citas como el Día del Cómic.

Hace sólo seis meses se sumó a este ecosistema friki El Muro, una cuidada tienda de juegos de mesa, cómics y merchandising en la calle Mariblanca que ha aportado un servicio novedoso: tiene una impresora 3D para producir por encargo muñecos, miniaturas, piezas de juegos perdidas... Por cierto, el nombre del negocio se debe a Juego de tronos, aunque también a la pared de ladrillo que recorre el local, donde por cierto puede leerse el juramento de la Guardia de la Noche. Su encargado, Pablo Mendoza, confirma que Juego de tronos y Star Wars son «la puerta de entrada» a este mundillo. Así, los libros de la saga Canción de hielo y fuego que los verdaderos frikis conocen desde mucho antes de que HBO lanzara la serie se venden como churros. El merchandising, especialmente los muñecos Funko, también hace furor.

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