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SOS: niñas maltratadas a los 14

SOS: niñas maltratadas a los 14

Los expertos en violencia de género constatan un incremento de casos en menores. Este año en Málaga, el IAM ya ha atendido a nueve chicas de menos de 18 años

Ana Pérez-Bryan

Domingo, 23 de noviembre 2014, 02:11

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Algo falla en una sociedad en la que el 52% de los chicos no ve como «un total indicador de abuso» que un chaval obligue a su chica a mantener relaciones sexuales. Algo se hace mal cuando el 30% de las chicas no considera un exceso que el chico con el que sale golpee o arroje objetos cuando discute con ella. Algo, en fin, se tambalea cuando el 60% de esos mismos chicos y chicas creen que por amor «serían capaces de entregarlo todo sin esperar nada a cambio». Esta estadística no es un juego a pesar de que, por edad, todos los que participaron en la encuesta deberían estar precisamente en eso, en el juego. Porque los datos del último gran estudio que impulsó el Instituto Andaluz de la Mujer en el marco del I Plan Estratégico para la Igualdad de Mujeres y Hombres en Andalucía 2010-2013 son difíciles de encajar si se tiene en cuenta que, hoy en día, estos mismos adolescentes que consideran en un porcentaje preocupante que el lugar de la mujer «es la casa» tienen toda la información en sus manos para prevenir conductas de riesgo.

«El problema es que no ven el peligro». Lo dice con la preocupación de la que se sabe ante un drama que va a más la psicóloga, sexóloga y experta en igualdad y violencia de género Angélica Cuenca, que ve cómo la edad de las chicas a las que atiende a diario cada vez baja más. La especialista confirma que hay incluso casos de niñas de 12 años maltratadas por sus parejas. El sentido común quizás impida casar términos como niña-pareja-maltrato, pero cerrar los ojos ante la evidencia sólo hace más grande el abismo al que se enfrentan las víctimas. La realidad es que en Málaga, en 2013, el IAM atendió a quince menores (de entre 14 y 18 años) por violencia de género. Este año la cifra ya roza la decena y se convierte en una losa cuando apenas quedan un par de días para que se celebre el 25N, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Ojo con las señales de alarma en tu pareja

  • Critica tu forma de vestir. Te prohíbe que te maquilles. Te asusta cuando se enfada. Se ríe de ti delante de tus amigos. Te controla las llamadas del móvil, el WhatsApp o el correo electrónico. Sientes que lo que haces nunca es bastante para él (...). La lista podría dar para mucho más, pero conviene tener a mano un catálogo básico de señales de alarma que pueden poner sobre la pista al adolescente de que algo en su relación no marcha bien. Y eso a pesar de que, aún hoy, uno de cada tres jóvenes andaluces piensa «que sólo se ama de verdad una vez en la vida». Esta noción equivocada del amor y las relaciones suponen un hándicap a la hora de establecer conductas saludables de pareja. La presión en el grupo de amigos, el miedo a quedar desplazada o la falta de confianza en la familia son otros factores que impiden dar el paso.

Un año más, hay poco que celebrar, más aún cuando Málaga registra el triste saldo de tres mujeres asesinadas a manos de sus parejas en lo que va de año. Ana González (47 años) murió degollada en Torremolinos el 6 de marzo. Verónica Frías (24) fue apuñalada hasta la muerte en el portal de la casa de sus padres, en Ciudad Jardín, el 29 de julio; y apenas dos semanas después, en 11 de agosto, Ana María Márquez (37) fue asesinada en Nerja. Ninguna de ellas respondía al perfil de mujer maltratada que tienen los adolescentes, y ahí quizás está el origen de ese preocupante aumento de los malos tratos en esta franja de edad. «Cuando hablas con las niñas te das cuenta de que piensan que la víctima de malos tratos es una mujer gorda, rodeada de hijos y ama de casa. Y al marido lo ven como alguien también gordo, y que le pega a su mujer cuando está borracho». Angélica Cuenca ha llegado a esta conclusión después de escuchar cientos de casos de chicas que creen que es imposible «que el chico guapito con el que sale encaje en el perfil de un maltratador».

En la mayoría de los casos, además, la violencia de género está vinculada a la violencia sexual. «En los casos que nos llegan ya ha habido relaciones completas», observa Montse Coronado, psicóloga del Programa de Atención a Menores Víctimas de Violencia de Género que el IAMtiene en Málaga y que atiende a las niñas maltratadas a partir de los 14 años. También sus víctimas piensan que eso no va con ellas. «Creen que la violencia se da en mujeres mayores», lamenta la especialista, convencida de que uno de los principales retos es «la lucha contra los roles».

En el capítulo de la violencia sexual, Cuenca enuncia un diagnóstico que da que pensar: «La edad de las primeras relaciones ha bajado hasta los 14 años. Y en el caso de los chicos, más del 70% recurre a Internet para informarse. El problema es que lo que aprenden ahí es porno, no sexo, por eso la imagen que tienen de las relaciones con las mujeres es absolutamente machista y está muy masculinizada. Después quieren reproducir esas conductas con sus novias, que se ven obligadas en muchos casos a tener encuentros sexuales dolorosos y nada satisfactorios». En este escenario, las chicas viven esos episodios como «algo amargo, pero lo asumen como una estrategia de supervivencia», añade Cuenca.

Más de un caso por grupo

Para ella, que se las sabe todas en violencia de género y que nunca da un caso por perdido, no existen perfiles tipo «el problema puede afectar a cualquiera», admite, pero sí se atreve, sin embargo, a enunciar el caso tipo de la adolescente que acude en su ayuda: «Suele ser el de una niña de 16 o 17 años que afronta su primera relación seria. Al principio está muy enamorada y poco a poco él la empieza a controlar. Ella lo ve como un elogio, hasta que empiezan las humillaciones delante de su grupo de iguales, los zarandeos, arrojar cosas e incluso esa violencia sexual...». En esos puntos suspensivos caben todo tipo de conductas. Y lo peor es que no suelen ser aisladas en el mismo grupo de amigos. «Es habitual que en la pandilla haya otra que, como ella, está inmersa en una relación de malos tratos», desvela.

A veces, la tolerancia está instalada incluso en las propias familias de las víctimas. Coronado también constata este último fenómeno, por eso en el IAM hay programas específicos de atención a padres que ven imposible que sus hijas estén inmersas en ese círculo vicioso y que gracias a la terapia consiguen abrir los ojos. «Muchas veces achacan el cambio de comportamiento en las niñas a los desajustes hormonales propios de la adolescencia, y se aferran a eso para no ver más allá», insiste la especialista. Por eso es fundamental la confianza en el seno familiar a la hora de afrontar el problema. Eso fue quizás lo que falló en uno de los casos que atendió en su consulta del IAM, el de una chica que entró en una relación destructiva y que no le contó a su madre la verdad sobre las marcas que descubría a diario. «El novio le pegaba, hasta que un día lo hizo en plena calle y la chica huyó a denunciar lo que estaba pasando a una agente policía local que estaba justo allí», recuerda Coronado.

«Las niñas llegan muy mal»

El hecho de que las chicas aguanten y no compartan a tiempo el problema con sus familias o con personas de su confianza agrava los cuadros con los que se encuentran los especialistas en violencia de género. «Las niñas llegan a la consulta muy mal. Hay que tener en cuenta que son adolescentes, que magnifican los sentimientos, justo como se dice en la casa de Gran Hermano, y que además no son capaces de ponerlos en su contexto», insiste Cuenca, cuya experiencia, sin embargo, permite vislumbrar un rayo de luz al final del túnel de la violencia: «En la mayoría de los casos se suelen recuperar muy bien después de unos meses de terapia, tanto la individual como la de grupo, que es la que mejor funciona». La especialista no oculta que hay casos de chicas reincidentes y otras incluso que se niegan a salir de la relación destructiva en la que se encuentran. Pero en estos últimos casos extremos también funciona la libertad, por difícil que parezca: «Mi objetivo no es que dejen a sus novios, sino que sean capaces de elegir qué quieren. Y algunas eligen seguir siendo maltratadas. Pero lo eligen ellas», lamenta.

Junto con los especialistas, las políticas de ayuda y el papel de la familia, el otro gran pilar sobre el que se sostiene la gestión de la violencia de género en menores es el judicial, y en este caso los expertos reivindican que los asuntos no se traten a través de la fiscalía de menores, sino en juzgados de violencia de género. «Al fin y al cabo, son mujeres maltratadas, independientemente de la edad», se queja la directora del IAM en Málaga, Estefanía Martín Palop. El hecho de que entre los años 2012 y 2013 haya habido un incremento del 5% en los casos de violencia de género en adolescentes debería ser suficiente, a su juicio, como para abrir el debate. Quince casos al año de menores maltratadas por sus parejas parecen demasiados. Historias convertidas en carne de cañón. O de fría estadística, como la que esconde la cifra total de mujeres (jóvenes y adultas) a las que ha atendido el IAM en lo que va de año: 115. Y con ellas, los hijos a su cargo: 153. Uno de cada tres tenía menos de nueve años y edad de jugar en lugar de protegerse. Igual que las chicas que ya han saltado esa línea y que se convierten en maltratadas por sus parejas. En adultas de golpe.

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