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«La vida cambia en un segundo cuando se sabe el diagnóstico»

«La vida cambia en un segundo cuando se sabe el diagnóstico»

Los pacientes se enfrentan a una situación desconocida que les afecta tanto física como psicológicamente y que les hace más frágiles

Ángel Escalera

Málaga

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Domingo, 4 de febrero 2018, 00:50

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El impacto que supone para un paciente saber que tiene cáncer es un mazazo brutal. De pronto, se enfrenta a una situación desconocida que le hace plantearse su existencia de otra forma. La incertidumbre sobre lo que sucederá provoca infinitas dudas que solo se irán despejando con el paso del tiempo a medida que los tratamientos empiecen a hacer efecto en la lucha contra el tumor. Para que la situación sea más llevadera es determinante que los enfermos se sientan arropados por sus familiares, comprendidos por los médicos y que reciban ayuda psicológica. También es importante contar con el apoyo de personas que han sufrido un cáncer con anterioridad y lo han vencido.

Crece el cáncer de pulmón en las mujeres por el tabaco

Los casos de cáncer de pulmón en mujeres han crecido por culpa del tabaco. El Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) alerta, con motivo del Día Mundial contra el Cáncer, que se celebra el hoy, de que «la epidemia del tabaco en las mujeres ha provocado que las muertes por cáncer de pulmón entre el género femenino se hayan multiplicado por tres en los últimos 20 años». Si en 1996, 1.568 mujeres murieron a consecuencia de cáncer de pulmón, esa cifra se incrementó en 2006 hasta las 2.634 fallecidas y se triplicó en 2016 alcanzado las 4.557 muertes, según datos facilitados por el GECP.

«La vida cambia en un segundo cuando a una persona le diagnostican un cáncer», afirmó Carlos Gómez-Valadés el pasado jueves. Este hombre contó su experiencia como cuidador de una paciente en un foro organizado por la Junta Provincial de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). Gómez-Valadés estuvo cuidando a su mujer desde que en 2014 le detectaron un tumor de mama hasta que murió hace siete meses.

En ese foro se incidió en las diversas caras que tiene el cáncer. Por un lado, están los tratamientos y sus efectos secundarios, que dejan tocados a los pacientes. Por otro, los problemas económicos, laborales, sociales y psicológicos originados por el tumor. Los enfermos y sus familias deben afrontar esos escollos muchas veces en soledad, una circunstancia que acentúa su desvalimiento. De ahí la importancia de los programas de asistencia y apoyo que tiene en marcha la AECC, con los que se ofrece un asidero al que los enfermos se agarran para sentirse acompañados y que suponen un alivio para los familiares.

Otro factor que hay que potenciar y mejorar es la humanización de la asistencia médica. Los tratamientos buscan contrarrestar el efecto dañino de los tumores, pero suponen un choque fuerte para los pacientes, que necesitan que la atención tenga en consideración aspectos como amabilidad, comodidad y empatía. Unas palabras agradables, una sonrisa o interesarse por la situación del enfermo repercuten beneficiosamente en este. A ese respecto, el oncólogo y director técnico del comité asesor de la Junta Provincial de la AECC, Antonio Rueda, considera que para facilitar ese trato más humano hacen falta dos cosas fundamentalmente. La primera, disponer de un grupo de profesionales con actitudes y aptitudes para saber transmitir la información a los pacientes. La segunda, contar con un entorno adecuado y amable en el que poder hablar y escuchar la opinión de los enfermos.

Humanización y medicina

El doctor Rueda explicó que la palabra humanizar en medicina lo que busca es centrar el manejo de las enfermedades usando la tecnología para mejorar la situación de los pacientes. «La primera necesidad de un enfermo es curarse, pero también tiene necesidades de información, de soporte, de que su caso sea manejado de una forma personalizada desde el punto de vista humano», señaló el oncólogo.

Sobre el papel que juegan los voluntarios que ayudan a pacientes oncológicos, Antonio Rueda recalcó que el voluntario es una figura fundamental. «No es lo mismo que te informe alguien ajeno al caso a que lo haga una persona que ya ha pasado por esa situación. Si a una mujer que está recién operada de un cáncer de mama la informa una voluntaria que ha padecido lo mismo, el impacto de esa información es muy superior y efectivo», apostilló el oncólogo.

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