Los sindicatos dan por rotas las negociaciones y plantean huelga en los hoteles en verano

Esta nueva reunión apenas duró una hora y todos los actores abandonaron la sala sin alcanzar acuerdos ni poner fecha para un nuevo encuentro. De hecho, al término los responsables de Comisiones Obreras y de UGT anunciaron que hoy se reunirán para establecer un calendario de movilizaciones que posteriormente debatirán con la asamblea de trabajadores. La idea inicial, como ya han avanzado en varias ocasiones, es convocar paros en los establecimientos de la provincia durante los meses de julio, agosto y septiembre.

Aunque en esta cita se dieron algunos pasos por parte de la patronal, los sindicatos los consideraron insuficientes y anunciaron que no volverán a reunirse hasta que alguna de las partes tenga algo nuevo que ofrecer. De momento, la subida salarial y la externalización de servicios continúan siendo los principales escollos en la negociación y parecen haberse convertido en un muro infranqueable –sobre todo el segundo punto–.

En referencia al salario, tanto los hosteleros de Mahos como los de Aehcos ofrecieron un aumento del ocho por ciento en un plazo de cuatro años cuando la exigencia de los trabajadores es llegar al 16%. Además, desde la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol añadieron a la negociación la aplicación de un plus que iría en función del aumento de precio de las habitaciones, algo que los sindicatos consideraron «impensable» porque los precios son muy cambiantes en toda la provincia.

Sobre la externalización de servicios, que se ha convertido en el principal caballo de batalla, los sindicatos exigen a la patronal que obligue a todas las empresas que trabajan para un hotel –desde mantenimiento, limpieza o recepcionistas– a respetar las mismas condiciones laborales que establecerá el futuro convenio de hostelería. Por su parte, desde Aehcos entienden que este aspecto no afecta al actual debate y que deberían negociarlo los trabajadores con cada una de las empresas que prestan servicios.

El presidente de Aehcos, Luis Callejón, explicó que en la última reunión se añadieron nuevas concesiones a la mesa de negociación como la retirada del punto sobre la incapacidad temporal o la determinación del periodo de vacaciones con siete meses de previsión. «No podemos aumentar tanto como piden; desde que comenzaron las negociaciones no hemos parado de ofrecer cosas nuevas».

Por su parte, el presidente de la asociación de hosteleros Mahos, Javier Frutos, determinó que en lo que respecta a su colectivo, la subida salarial del ocho por ciento es más que «significativa», ya que ellos representan a más de 60.000 trabajadores. «De momento las reuniones están paralizadas y no hay ninguna nueva convocatoria prevista», añadió.

Al término de la reunión, el secretario de hostelería de UGT, Sergio de Oses, consideró que Aehcos ha intentado «dar un giro a su imagen» con aspectos que ya estaban acordados con anterioridad y que habían retirado en la última reunión. Así, resumió que han renunciado a reducir los dos días de descanso con los que ya cuentan los trabajadores del sector; y a la petición planteada sobre la compensación de bajas por incapacidad temporal, que también estaban contempladas en el convenio. Además dijo que han vuelto a poner sobre la mesa el tema de la formación para los ascensos, la cual vinculan a la capacitación por parte del empresario.

Por su parte, la secretaría general del sindicato CCOO, Lola Villalba, se mostró muy molesta al considerar que la patronal hotelera «ha venido a tomarnos el pelo». Con las medidas planteadas, sobre todo en lo referente a la externalización, entiende que los hoteleros «están fomentando la competencia desleal y haciendo que haya trabajadores de primera y de segunda».

Este último desencuentro sorprendió al secretario general de la Federación Hostelería de CCOO de Andalucía, Gonzalo Fuentes, en el Pleno y aprovechó su presencia para informar de la rotura de las negociaciones y recordar que los récords turísticos que se suceden cada mes no repercute en los trabajadores ni llega a la economía local. «No hay un reparto justo de los beneficios, suben los precios un siete por ciento y a nosotros nos quieren quitar derechos», lamentó.

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