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Sábado, 17 de marzo 2018, 01:14
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El proyecto para acondicionar la dársena del Marqués de Guadiaro, entre los muelles 1 y 2, como un gran puerto deportivo para megayates va adelante. La Autoridad Portuaria tiene previsto convocar un concurso para la construcción y explotación de las futuras instalaciones, en régimen de concesión. Esta propuesta está incluida en el orden del día de la reunión del consejo de administración que tendrá lugar el próximo lunes, según pudo saber este periódico de diversas fuentes consultadas. La convocatoria oficial a las instituciones que forman parte de la mesa se produjo ayer.
La iniciativa, que ya adelantó SUR en agosto del año pasado, parte de las proposiciones que el Puerto está recibiendo en los últimos meses desde varios grupos inversores, entre los que hay empresas gestoras de grandes marinas deportivas españolas. A ello, se une el hecho de que Málaga se ha convertido en una escala habitual dentro del circuito de grandes buques de recreo en el Mediterráneo, aunque, de momento, con una finalidad eminentemente técnica. No se puede perder de vista que Málaga es una de las principales escalas junto al Estrecho, dentro de la ruta de cambio de temporada de los yates entre el Mediterráneo y el Caribe; y muy próximo a Gibraltar.
La convocatoria está abierta a las propuestas arquitectónicas y económicas de los licitadores, aunque, según las primeras ideas que se han analizado, podría dar cabida a un máximo de 40 buques, de 30 a 100 metros de eslora (y hasta 20 de manga). Además, se podrán utilizar unas instalaciones que se construyeron junto a la Farola durante la fase de ejecución del Plan Especial en el centro comercial Muelle Uno –un cubo de cristal de baja altura, que hasta ahora no ha tenido ningún uso– y que podrían servir finalmente con el mismo objeto para el que se diseñaron, esto es, como estación marítima. De hecho, el edificio tiene esa consideración urbanística. En este punto de la entrada a la dársena se establecerá la zona de espera, donde se asignarán los atraques a los armadores.
Aunque las primeras ideas preveían la posibilidad de crear un club náutico en los terrenos de la antigua Casa de Botes (ya desalojada), esta opción se ha descartado de momento, puesto que requiere un largo trámite de modificación del Plan Especial. En cambio, la tramitación de la dársena como tal depende únicamente de la iniciativa de la Autoridad Portuaria de Málaga, con el visto bueno de Puertos del Estado.
Otra clave de la iniciativa es que en ningún caso podrá afectar a la operativa de los ferrys con destino a Melilla, que tienen su terminal en el cercano muelle 3; ni a la estación marítima del Palmeral, que presta servicio a los pequeños cruceros, que son los que traen a los turistas de mayor poder adquisitivo.
De esta forma, la zona ocupada se quedará a la mediación del muelle 2 y a lo largo de todo el 1, con unos 40.000 metros cuadrados de lámina de agua concesionada. Las empresas interesadas serán las que propongan la disposición de los pantalanes a los que se amarrarán las embarcaciones, según el diseño y la capacidad que quieran conseguir. La Autoridad Portuaria entregará el espacio en bruto.
Los estudios elaborados por la Autoridad Portuaria, que recomiendan esta infraestructura, ponen de relieve un dato llamativo, y es que Málaga está siendo utilizada por los armadores de los grandes yates privados como último puerto de escala en el Mediterráneo antes de dar el salto al Caribe y viceversa, según las estaciones. En este sentido, los muelles de la capital se están utilizando como escala técnica y nudo de avituallamiento de alimentos y bebidas, incluso para el suministro de combustible (aunque esta tarea es más habitual en la Bahía de Gibraltar). La capital malagueña se considera un enclave seguro, fiable y con una buena relación calidad-precio en sus servicios portuarios.
Además, aporta datos interesantes sobre el mercado global de megayates, como el hecho de que actualmente existan unas 10.000 embarcaciones deportivas de más de 40 metros a flote; así como otros 750 en construcción. En los últimos años, la dársena del Marqués de Guadiaro, sobre todo, se ha convertido en escala habitual de algunos de los barcos de recreo más lujosos del mundo, tales como Luna, Lady M, Octopus, Tatoosh y Prince Abdulaziz, entre otros. De lo que se trata con este concurso es de dotar a la capital malagueña de una oferta reglada para la gestión de estos recursos de alto nivel.
En lo que sí hace especial énfasis el pliego de condiciones del concurso es en la obligación del promotor de promover una integración arquitectónica del futuro puerto deportivo con los elementos de su entorno (la zona comercial y de ocio formada por el Palmeral y el Muelle Uno). Entre las propuestas está la creación de un camino perimetral para conectar los amarres y el ajardinamiento del conjunto. El objetivo último es dotar a Málaga de una marina de gran lujo, a imagen de las que existen en otras ciudades del Mediterráneo.
Tras observar la evolución creciente de la demanda, la Autoridad Portuaria de Málaga comenzó a mediados del año pasado a trabajar en un proyecto para reformar la dársena del Marqués de Guadiaro, que ahora está infrautilizada, y dotarla de uso recreativo de alto nivel. Las primeras conclusiones de los informes técnicos y económicos, a los que tuvo acceso SUR, y la llegada de varias propuestas por parte de grupos inversores hacen ver que la propuesta es viable. Además, el estudio de agitación del agua en la dársena, que se encargó en 2014, fue elaborado por el equipo de Miguel Ángel Losada, catedrático del Área de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Granada, y recomienda medidas correctoras en el diseño técnico de los puntos de atraque para que estos puedan absorber la energía de las corrientes, y así evitar el incómodo balanceo de los barcos mientras estén amarrados.
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