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Garrafas localizadas por los vecinos en un lugar próximo al pozo de agua SUR
Miraflores del Palo, la única barriada en suelo urbano sin suministro de Emasa

Miraflores del Palo, la única barriada en suelo urbano sin suministro de Emasa

La mayoría de los 40 diseminados ubicados en la periferia de la ciudad se abastecen de pozos propios, que autoriza la Junta pero controla el Ayuntamiento

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Miércoles, 15 de noviembre 2017, 01:12

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Miraflores del Palo es, a día de hoy, la única barriada de la capital ubicada en suelo urbano consolidado que se abastece de agua con recursos propios, pero en la periferia del término municipal sí que siguen existiendo unos cuarenta diseminados que no están conectados a la red de Emasa, según confirmaron ayer desde el Ayuntamiento.

La mayoría están repartidos entre Campanillas, Puerto de la Torre, Las Pedrizas, Los Montes y la parte alta de la zona Este, en donde el suministro procede de pozos. La mayoría de estos núcleos son resultado de la autoconstrucción, en donde las viviendas se levantaron antes de que se crearan las canalizaciones, con el añadido de que se encuentran en suelos no urbanizables. Y ahí es donde radica la complejidad del Ayuntamiento de asumir los servicios en unas zonas residenciales que, aunque pagan sus impuestos como el IBI, no están regularizadas.

Qué es el lauril éter

  • Qué es. El lauril éter o sulfato de sodio (SLES) es el detergente y surfactante más habitual para el uso doméstico.

  • Para qué se usa. En numerosos productos de higiene personal (jabón, champú, pasta de dientes) así como en artículos de fregado y lavado doméstico. Es el compuesto que se usa en las fiestas de la espuma.

  • Seguridad. Es seguro, aunque los efectos de irritación aumentan al crecer la concentración. No se puede beber.

La autorización para usar estas captaciones subterráneas compete a la Junta de Andalucía y está regulado por la Ley de Aguas, que establece que el propietario de una finca puede aprovechar las aguas pluviales que discurran por ella, además de los manantiales siempre que el volumen anual no sobrepase los 7.000 metros cúbicos. A partir de ese caudal se necesita solicitar una concesión, para lo que se tendrán que aportar las características de la captación y de la bomba, el caudal que se espera extraer y el uso que se le va a dar.

Aunque la autorización corresponde a la Consejería de Medio Ambiente, el control de la calidad del agua es tarea de los ayuntamientos. En el caso de la capital, además de los análisis que realiza Emasa en su red, desde el Área de Sostenibilidad Medioambiental también se toman muestras de forma aleatoria en aljibes y grifos.

La conexión a la red de Emasa es una vieja reivindicación en todas estos núcleos poblacionales, aunque los últimos que han dado la voz de alarma han sido las 250 familias que residen en Los Gámez (en el entorno de la Venta de El Túnel y la antigua carretera de Casabermeja) debido a la falta de recursos hídricos. De hecho, llevan desde finales de verano con apenas dos horas de agua a la semana porque el pozo del que se abastecen, junto al cauce del Guadalmedina, se está secando.

Quienes sí que han conseguido acceder al agua corriente después de años de reivindicaciones son las 350 familias de la barriada de Colmenarejo, en Campanillas, en virtud del convenio que suscribieron a mediados del año pasado con la empresa municipal Emasa para cofinanciar las obras de conexión a la red de general de abastecimiento y saneamiento, valoradas en 389.135 euros y que concluyeron a finales de 2016. La cuantía ha sido asumida por la entidad pública, aunque parte de ella será costeada por los 347 titulares de los contratos a través de un recargo durante un periodo de 5 años.

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