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El doctor López L. Pitalúa es uno de los organizadores del congreso.
Juan Antonio López L. Pitalúa: «La medicina estética es como una palmadita en la espalda que permite vivir con más ánimos»

Juan Antonio López L. Pitalúa: «La medicina estética es como una palmadita en la espalda que permite vivir con más ánimos»

Entrevista al vocal de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME). Casi 2.000 expertos en esa rama se reúnen desde hoy en un congreso que por quinto año consecutivo se celebra en Málaga

Ángel Escalera

Málaga

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Jueves, 22 de febrero 2018, 00:35

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La medicina estética no hace milagros, pero es como una especie de palmadita en la espalda que sirve para afrontar la vida con más ánimos. Así lo afirma en esta entrevista Juan Antonio López L. Pitalúa, vocal de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) y miembro del comité organizador del XXXIII congreso nacional de esa rama de la medicina, que se desarrollará en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga, desde hoy y hasta el sábado, por quinto año consecutivo. El evento contará con casi 2.000 asistentes.

Casi 2.000 expertos en esa rama médica se reúnen desde hoy en un congreso que por quinto año consecutivo se celebra en Málaga

–¿Cuál es la situación actual de la medicina estética en España?

–La medicina estética en España se encuentra muy bien situada por sus perspectivas y por su seriedad. Además, se está desarrollando por distintas vías, entre ellas la medicina regenerativa y la oncoestética, que se aplica a pacientes que han sufrido un cáncer. También colaboramos con los ginecólogos, ya que muchas técnicas de estética se utilizan en ginecología para mejorar la funcionalidad de los genitales femeninos.

El congreso se celebra por quinta vez consecutiva en Málaga. ¿Por qué se repite sede?

–El lugar de la celebración del congreso se elige cada año en asamblea. En el caso de Málaga, el número de inscritos se duplicó si se compara con el congreso que tuvimos en Barcelona. Como dato curioso, en el primer año que nos reunimos en Málaga hubo más participantes catalanes de los que acudieron a Barcelona. Málaga nos ha acogido muy bien y ha aportado a la SEME un valor añadido. Estamos muy agradecidos a la ciudad. También hemos multiplicado por dos la asistencia de los laboratorios. Este evento es importante para la medicina estética nacional e internacional.

–¿Qué temas destaca de los que se van a abordar en el congreso?

–Se hablará de las novedades y avances habidos en nuestro sector. Un asunto importante será la presentación de un documento de consenso sobre el lipedema: el acúmulo de grasa en las extremidades inferiores (desde la cadera hasta los tobillos) por cuestiones circulatorias. Es un problema que afecta en torno a un 15 por ciento de mujeres y del que no había un protocolo de diagnóstico. Por otro lado, debatiremos sobre la importancia del diagnóstico en medicina estética, así como del conocimiento de la farmacología, la inmunología, las ecografías y la dermatoscopia, entre otras cuestiones. Asimismo, se presentará el primer diccionario de términos oncológicos para no oncólogos, realizado en colaboración entre médicos estéticos y oncólogos.

«Las mujeres lo que más piden es quitarse las arrugas y los hombres, eliminar el aspecto de cara cansada»

tratamientos

«Hay que explicar bien a los pacientes lo que se puede hacer y lo que no para evitar la insatisfacción»

información

–¿Sigue creciendo la demanda de tratamientos de medicina estética?

–Sí. Está habiendo, por un lado, un incremento de las personas tratadas y, por otro, se atiende a pacientes con mayor edad.

Ácido hialurónico y bótox

–¿Cuáles son los tratamientos más frecuentes que se aplican?

–En el caso de las mujeres, lo más frecuente es el tratamiento de las arrugas a través, sobre todo, del ácido hialurónico y de la toxina botulínica (bótox). También se piden mucho las terapias para combatir las pigmentaciones en la piel o las manchas. Los hombres recurren al bótox o al ácido hialurónico para evitar el aspecto de cansancio en la cara.

–¿Siguen siendo las mujeres las que más acuden a la medicina estética para mejorar su aspecto?

–El porcentaje de tratamientos es mayor en las mujeres, pero aumenta el número de hombres que recurren a la medicina estética.

–¿Cree que la sociedad no acepta el envejecimiento como algo natural cuando es ley de vida?

–Todos tenemos que asumir el paso del tiempo. A veces cuesta más aceptarlo. La medicina estética ayuda a asumir ese tránsito de forma más suave. También hay que tener presente que los 50 años de ahora equivalen a los 40 de antes, porque las expectativas y la calidad de vida son mayores y mejores. Eso hace que nuestro deterioro físico se posponga. En ello contribuye de forma positiva la medicina estética.

–¿Qué titulación hay que poseer para ser médico estético?

–Hay que ser licenciado en medicina y cirugía, haber hecho un máster en una universidad y, posteriormente, contar con la acreditación que dan los colegios de médicos. A ello se une la práctica y el buen hacer profesional. Ahora lo que falta que se reconozca la especialidad de medicina estética como tal.

–¿Por qué Málaga es puntera en medicina estética?

–Fundamentalmente, porque en la provincia de Málaga ejercen médicos estéticos de gran prestigio y de relevancia internacional. Eso es un altavoz que atrae a nuestra provincia a pacientes de distintos puntos de España y del extranjero en busca de calidad asistencial.

Hay gente que cree que los médicos estéticos hacen milagros. ¿Esa idea errónea lleva a sentirse insatisfecho al ver los resultados?

–En ese asunto, para evitar la insatisfacción, hay que tener mucho cuidado con la publicidad que se lleva a cabo. Es muy importante explicar al paciente bien todo en la primera visita que nos hace para centrar sus expectativas y que sepa lo que se puede conseguir y lo que no, incluso en la cirugía estética.

–¿La medicina estética aporta felicidad a las personas que recurren a los tratamientos?

–Yo defino a la medicina estética como una especie de palmadita en la espalda que nos sirve para afrontar la vida con más ánimos, pero, desgraciada o afortunadamente, no nos va a cambiar la vida. Quien esté convencido de ello se equivoca.

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