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Murallas de la Alcazaba, donde se han catalogado hasta 15 tipos diferentes de rocas. Fernando González
Geología a pie de calle por Málaga

Geología a pie de calle por Málaga

Un paseo por Málaga permite observar un gran número de rocas. Los principales monumentos, como la Catedral o la Alcazaba, fueron construidos con areniscas marinas que conservan multitud de restos fósiles

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Domingo, 3 de diciembre 2017, 16:13

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Pasear por la ciudad puede convertirse en una amena clase de Geología. Una mirada pormenorizada sobre los materiales con los que se han construido algunos de los monumentos malagueños puede deparar la agradable sorpresa de encontrar restos de fósiles en los sillares o piedras labradas con los que se construyeron la Catedral o la Alcazaba. Encuentros con la Ciencia (www.encuentrosconlacienca.es), dependiente de la Universidad de Málaga, realiza periódicamente rutas geológicas por la ciudad, donde se llevan a cabo distintas observaciones sobre las rocas, fósiles, minerales y paisajes que componen la capital de la Costa del Sol.

Calle Larios, con 19 tipos diferentes de rocas naturales en sus fachadas y solerías.
Calle Larios, con 19 tipos diferentes de rocas naturales en sus fachadas y solerías. Ñito Salas

El profesor José Manuel García Aguilar, del departamento de Ecología y Geología, área de Paleontología, de la Universidad de Málaga (UMA), aborda en su obra ‘Patrimonio geológico de la provincia de Málaga’, editado por el Servicio de publicaciones de la Universidad de Málaga, algunos de los aspectos menos conocidos de la denominanda 'Geología urbana'.

Granito en la calle Larios.
Granito en la calle Larios. José Manuel García Aguilar

“Pese a que raras veces reparamos en ello, nuestras fachadas, suelos, pavimentos, revestimientos y zócalos suelen estar formados por rocas naturales que muestran a menudo una extensa gama de texturas, detalles y particularidades geológicas realmente asombrosas”, afirma el profesor. Muchas de estas rocas se extraen en canteras situadas en las cercanías, aunque otras veces se han empleado rocas exóticas, provenientes de otras provincias e incluso de otros países. De esta manera, sostiene García Aguilar que “es posible observar rocas, minerales e incluso fósiles sin salir de nuestra calle”.

Ruta geológica por Málaga, que organiza Encuentros con la Ciencia de la UMA.
Ruta geológica por Málaga, que organiza Encuentros con la Ciencia de la UMA. José Manuel García Aguilar

Como ejemplos de esta riqueza geológica urbana cabe citar la propia calle Larios, con la presencia de 19 tipos diferentes de rocas naturales en sus fachadas y solerías, y la Avenida de los Boliches de Fuengirola, donde podemos apreciar más de 30 tipos distintos de rocas naturales en fachadas y revestimientos en un tramo de 500 metros, constituyendo de este modo “un auténtico museo geológico”, afirma José Manuel García.

Alcazaba y Catedral

Pero también los monumentos merecen una atenta mirada, que puede deparar gratas sorpresas. “Muchos de estos monumentos y edificios históricos fueron construidos con materiales extraídos de canteras situadas cerca de ellos, y nos informan indirectamente de la composición geológica local. En otros casos, estas rocas exponen particularidades de interés científico y didáctico como son fósiles, minerales o estructuras sedimentarias”, señala García Aguilar.

Rocas en la Alcazaba.
Rocas en la Alcazaba. José Manuel García Aguilar

Ejemplos notables, expone el profesor en 'Patrimonio geológico de la provincia de Málaga', los tenemos en la Catedral de Málaga (siglos XVI al XVIII), la iglesia de San Sebastián de Antequera (siglos XVI y XVII) y las antiguas murallas árabes de Ronda (siglo XIII), cuyas fachadas exponen bloques de areniscas de edad Mioceno superior que suelen incluir restos de fósiles marinos como corales y moluscos; el santuario de la Virgen de la Peña (Mijas, siglo XVI) y el castillo árabe de Casarabonela (siglo IX), construidos sobre travertinos pleistocenos repletos de fósiles de plantas, el anfiteatro romano de Acinipo (siglo I aC), situado al Noroeste de Ronda, cuyas gradas fueron labradas sobre las calizas blancas de edad Mioceno superior de origen lacustre presentes en la zona, o el castillo árabe de Sohail (Fuengirola, siglos X al XII), cuyos muros exteriores contienen bloques de esquistos, mármoles, areniscas y serpentinas verdes que afloran en las inmediaciones. Otros monumentos significativos al respecto los tenemos en el castillo de la Peña (Ardales, siglo IX), asentado sobre calizas paleozoicas con fósiles marinos, y la Alcazaba (siglo XI) y el Teatro romano de Málaga (siglo I aC).

Por lo que respecta a la Alcazaba, expone el profesor García Aguilar que la colina en la que se halla enclavada “forma un promontorio natural sobre la bahía de unos 30 metros de altura compuesta por filitas y calizas paleozoicas de la unidad Maláguide, depositados en origen en antiguos mares de hace más de 350 millones de años”. Además de estos bloques de piedra usados en la construcción de las murallas exteriores, “sabemos que en su interior se emplearon piezas del Teatro Romano, como columnas, capiteles y bloques constituidos por calizas blancas jurásicas, areniscas, conglomerados pliocenos que muestran restos de fósiles marinos, y travertinos cuaternarios”, explica.

El catálogo de rocas que forman las murallas de la Alcazaba “constituye en sí mismo un auténtico museo geológico y expone la mayor parte de materiales que forman la base geológica de los alrededores de Málaga”, sostiene el profesor García Aguilar. En este sentido, explica, se han identificado más de 15 tipos diferentes, pertenecientes sobre todo a formaciones Maláguides, cuyos afloramientos y canteras de extracción se hallan en las inmediaciones.

De esta manera, la observación de las rocas que componen las murallas de la Alcazaba “permite efectuar todo un recorrido geológico por las principales formaciones que constituyen esta comarca malagueña en un marco de gran valor histórico y arquitectónico”, afirma José Manuel García Aguilar.

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