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andrea rodríguez
Málaga
Sábado, 12 de agosto 2017, 12:02
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La prominente cuesta del Camino de los Almendrales, que conecta el barrio malagueño de Olletas y el Limonar, presenta un importante desprendimiento en uno de sus laterales. En esta carretera, que soporta una densidad de tráfico destacable, en la actualidad resulta dificil pasear por su acera ya que el desprendimiento de piedras de gran tamaño ha sobrepasado una de las vallas instaladas para contener las mismas. En el año 2012 se realizó en la zona una obra de emergencia, concretamente en los taludes lateral oeste del camino, a modo provisional y con el objetivo de instalar posteriormente una serie de paneles con una estructura más gruesa que sirvan de barrera arquitectónica ante posibles desprendimientos. Para una mayor información sobre la obra se puso a disposición de los ciudadanos un panel, próximo al desmoronamiento, donde se incluyen datos relevantes del proyecto.
La montaña colindante muestra una elevada pendiente que ha dado lugar a la caída de una gran cantidad de piedras y rocas que con la presión han destruido el fuerte. El desplome contiene indicios de intervención policial, ya que aparecen dos precintos de seguridad diferentes aunque ya se encuentran arrancados de su ubicación original.
El estado en el que se encuentra actualmente esta zona podría degenerar en situaciones potencialmente más peligrosas si el próximo otoño vuelven a producirse lluvias torrenciales, advierten los usuarios de este camino. Aunque no existen viviendas próximas en la zona, tanto peatones como conductores transitan a diario por esta importante vía de comunicación entre dos sectores de la ciudad, por lo que se hace necesario mejorar los refuerzos para prevenir cualquier suceso del que hubiera que lamentarse.
El barrio de El Ejido es una de la zonas más conocidas de Málaga y su importancia se vio aumentada con la creación de las primeras facultades de la Universidad de Málaga. Económicas, Bellas Artes, San Telmo o el Conservatorio Superior de Música son los grados que se pueden encontrar en torno a la plaza Maestro Artola. La tienda Polifonía Sonido, ubicada en la esquina de esta misma plaza, fue creada tras fundarse la empresa en 1979 con el objetivo de dar una atención especializada tanto a los músicos profesionales como los aficionados. El establecimiento lleva cerrado desde hace aproximadamente dos años y no ha sido hasta unos meses atrás, cuando la fachada ha comenzado a lucir con numerosas pintadas. Parecía que esta práctica había dejado de estar tan presente en la capital, pero cualquier muro es susceptible de convertirse en diana de los grafiteros. Los vecinos piden que se actúe con la mayor celeridad posible.
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