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Jueves, 22 de marzo 2018, 00:31
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A La Casa Invisible se le complica aún más su futuro. Mientras el Ayuntamiento sigue tramitando el expediente para recuperar el edificio de titularidad municipal ubicado en la calle Nosquera que fue ‘okupado’ en marzo de 2007, el colectivo que gestiona este centro social y cultural alternativo se enfrenta ahora a una orden de cierre de la cafetería, que es el principal sustento económico para financiar las actividades que se desarrollan en estas instalaciones.
Aunque la Policía Local suele pasarse habitualmente por el establecimiento para levantar acta del supuesto incumplimiento de la orden que desde diciembre de 2014 prohíbe el uso del inmueble para actos de pública concurrencia debido a los desperfectos del edificio, la gota que ha colmado el vaso han sido unos análisis del agua del bar en los que se han hallado trazas de la bacteria Escherichia Coli, es decir, restos fecales, según confirmaron desde el Consistorio. ¿De dónde proceden? Aunque el edificio dispone de un pozo, la Administración local aseguran desconocer su origen, aunque sí que garantiza que el agua no proviene de la red pública de abastecimiento, entre otras cosas porque al no ser los inquilinos oficiales del inmueble no tienen contrato con Emasa.
Aunque los técnicos del Área de Sostenibilidad Medioambiental suelen hacer de forma periódica controles del agua de todas las dependencias municipales (ésta lo es aunque esté ‘okupada’), lo cierto es que la visita realizada hace dos semanas para tomar muestras ha sido la primera.
Tras constatar la presencia de esta bacteria que puede provocar infecciones alimentarias como gastroenteritis, se remitió el expediente al Área de Comercio advirtiendo de que el agua que utiliza el establecimiento no es apta para el consumo humano y que, por tanto, no se puede usar ni para preparar alimentos ni para lavar el menaje. La respuesta de este departamento ha sido decretar el cierre de la actividad, que aún no ha sido notificado. En principio, la medida será temporal, aunque su solución se antoja complicada toda vez que mientras no haya cesión del inmueble no se puede formalizar el contrato con Emasa ni ejecutar las obras para subsanar las deficiencias que motivaron la prohibición de albergar eventos públicos.
Precisamente con este último argumento, agentes de la Policía Local vestidos de paisano se personaron al mediodía de ayer en La Invisible con una orden de cierre del patio principal, en el que además de usarse como terraza del bar también sirve para desarrollar charlas y otras actividades. Tras una conversación con los responsables jurídicos del centro social, los policías abandonaron las instalaciones.
Desde La Invisible argumentaron que tras la clausura ordenada hace tres años «se realizaron todas las actuaciones pertinentes, de manera que en la actualidad el patio sí cuenta con todos los certificados para este tipo de actividades». Los agentes volvieron a acudir por la tarde, aunque tras comprobar que había varías decenas de personas entre clientes y asistentes a una conferencia se marcharon.
Los representantes de La Casa Invisible aseguran haber resuelto ya el problema originado hace dos semanas por la presencia de bacterias fecales en el agua, motivo por el que el Ayuntamiento está tramitando una orden de cierre de la cafetería. Además, afirman que desde que se detectó la filtración como consecuencia de las lluvias no se están sirviendo comidas y que los vasos y demás menaje son desechables por precaución. «Ha sido algo puntual. Se detectó la filtración y ya está plenamente solucionada a la espera sólo de la emisión del certificado correspondiente que lo acredite. Hasta entonces, no se están sirviendo comidas y todo el menaje es desechable», ha explicado la portavoz de La Invisible, Amanda Romero, quien califica la acción municipal como «un nuevo pretexto» para intentar desalojar el inmueble.
En cuanto a la calidad del agua, que al no estar conectada a la red de Emasa proviene de un camión cisterna previamente certificada, Romero afirma que de forma periódica se realizan análisis porque en situaciones de lluvia pueden producirse filtraciones al aljibe debido a la antigüedad de las canalizaciones. «No hay ningún riesgo sanitario. Jamás se ha detectado ningún problema y ahora que se ha producido esta situación puntual, se han adoptado las medidas preventivas y sólo estamos a la espera del certificado que acredite que todo está resuelto», ha incidido.
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