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Sábado, 3 de marzo 2018, 12:35
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Por mucho que sea muy necesaria para los embalses y el campo, en Málaga es ponerse a llover y echarse a temblar por motivos diversos: desde la poca adecuación en infraestructura existente para acoger los aportes de lluvia, al temor a cortes de luz, desprendimientos o desborde de ríos y arroyos originados en muchas ocasiones debido a la suciedad que se acumula en sus cauces.
Bajo el puente del arroyo Gálica, en El Palo, se acumulaba gran cantidad de residuos que a consecuencia de las lluvias de estos últimos días han ido a parar al mar ante la falta de limpieza por parte de las instituciones, según denunció ayer Libres, la nueva formación que lamenta que «tras el litigio entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga sobre la responsabilidad del mantenimiento del cauce de los arroyos que atraviesan la ciudad, todos los residuos sólidos que no han sido retirados a tiempo han ido a parar al mar». Por ello exige al Ayuntamiento «que, a la mayor brevedad posible, proceda a valorar la situación del cauce de todos y cada uno de los arroyos que atraviesan la capital una vez cesen las recientes lluvias».
Y es que según Iván González, presidente de esta formación, «desde varias semanas atrás, venimos requiriendo al Ayuntamiento de Málaga estableciera un plan de choque con el que se procediera a la limpieza urgente de los arroyos de la ciudad, a fin de evitar que por escorrentía, los residuos sólidos abandonados acabaran en el mar». «Sin ánimo de polemizar ni de crispar el debate sobre la responsabilidad del mantenimiento de los arroyos que cruzan el término municipal de Málaga, nos ceñiremos a la resolución del Supremo en la que exime a la Junta de Andalucía y señala al Ayuntamiento de la capital como la principal institución responsable», indica esta formación.
El Ayuntamiento de Málaga tiene un plan anual para la limpieza de ríos y arroyos del término municipal, una tarea que ha asumido y ha venido realizando durante muchos años en solitario retirando basuras y también residuos naturales.
Que los árboles se ven afectados por el entorno en el que se encuentran no hay duda. Hay muchos ejemplos de ello, situaciones en los que los más bellos ejemplares de árboles se han visto afectados por la contaminación de la ciudad, cuando no por el maltrato de la mano del hombre.
Juan Carlos Herrero envía unas fotografías al periódico del lateral de la plaza de la Merced donde se ubican los bares y restaurantes que despliegan delante de sus locales terrazas. Y advierte que los naranjos de esa zona presentan un aspecto bien diferente a los existentes justo al otro lado, donde no hay establecimientos.
«Como verán, los naranjos están en una situación pésima. Se ve que tampoco a ellos les hace gracia que los rodeen con sombrillas, mesas, estufas, gente... hasta las tantas de la madrugada y hasta acogotarlos totalmente. Si miran los que están justo frente a ellos, libres de hosteleros, verán la diferencia. Comprueben por ustedes mismos», afirma.
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