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Sábado, 16 de junio 2018, 12:24
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Entre Guadalmar y Arraijanal hay un punto negro donde se acumula gran cantidad de suciedad, según advierte un vecino de la zona, quien critica la imagen que ofrece ese lugar, donde se ven sacos de escombros, muebles viejos y basuras esparcidas en un enclave que se supone tiene una importancia medioambiental.
En las fotografías se aprecian todos esos residuos esparcidos por la zona dando una imagen más propia de un vertedero que de un entorno natural que debiera ser preservado. También se puede observar en las instantáneas unos grandes contenedores metálicos en esa misma zona, por lo que quizás se trate de un punto para el depósito de diversos resíduos para ser retirados por los servicios de limpieza. Claro que por lo que se aprecia hay más suciedad y enseres viejos fuera que dentro de esos contenedores, por lo que habría que preguntarse por qué ocurre esto, y si es que no se recogen los contenedores de forma periódica. Ocurre en ocasiones que esos puntos habilitados por la empresa de limpieza Limasa para la recogida de determinados restos, enseres o desperdicios suelen ser frecuentados por algunas personas que lo revuelven todo para recoger algunos de esos desechos para venderlos y sacar algunos euros. Son los que coloquialmente se les llama 'rebuscadores', que en muchas ocasiones actúan también en la ciudad en busca de algún provecho tirado en los contenedores de basuras, sacando las bolsas de su interior y dejándolas desparramadas alrededor de los recipientes. Sea lo que sea, esos enseres viejos, escombros y basuras desperdigados ofrecen una pésima imagen en ese enclave natural próximo a la playa.
Los vecinos de la calle Nuestra Señora de las Candelas han venido luchando desde el año 2011 por el cambio de ubicación de unos contenedores que, según indicaban, estaban causándoles molestias. Ahora se dirigen al periódico para agradecer las gestiones realizadas por la concejal de Limasa, Teresa Porras, al interesarse por su problema. Según Raúl Kraus, tras mantener una entrevista con la responsable de Limasa, se ha llegado a un acuerdo y se ha procedido a la reubicación de los contenedores, lo que agradecen ya que venían denunciando graves problemas en aquella zona. Lo que hay que esperar ahora es el buen comportamiento cívico para dejar los muebles viejos en el día señalado para su recogida y evitar de esta forma que permanezcan en la calle días y días, como lamentablemente suele suceder de forma más que deseable.
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