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andrea rodríguez
Jueves, 3 de agosto 2017, 09:40
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Solo es necesario pasear por el río Guadalmedina para darse cuenta de la situación de abandono que muestra en la actualidad. Han pasado cuatro meses desde que el Ayuntamiento de Málaga decidiera iniciar la tramitación del Plan Especial del Guadalmedina, en el que se pretende realizar una remodelación mediante la construcción de los llamados ‘puentes-plaza’. El proyecto, cuya ejecución no debería rebasar los diez años, pretende crear nuevas pasarelas peatonales para mejorar la comunicación de los barrios próximos al río. No obstante, la decadencia de la zona es cada vez más visible y esto afecta a los establecimientos y en concreto, al hotel NH que se encuentra ubicado al comienzo del pasillo de Guimbarda.
Todavía algunos vecinos recuerdan el aspecto que presentaba el río anteriormente, cuando se podía encontrar agua y en los laterales se disfrutaba de un sistema de fuentes en funcionamiento. Hoy día, las fuentes brillan por su ausencia, y el agua también; pero la peor parte recae en la estructura de hierros y azulejos que manifiestan un desgaste generalizado. Azulejos rotos, hierro oxidado, grafitis y jardines abandonados son algunas de las opciones que se pueden visualizar desde cualquiera de los puntos colindantes. Tampoco resulta de ayuda que los viandantes que pasean por la zona depositen sus deshechos al río, con lo que hace aumentar de manera considerable la imagen de abandono.
Aunque está prevista una remodelación del lugar, cabe destacar que en una ciudad en auge como Málaga, todavía existan zonas que contrasten con la estética real del centro neurálgico de la costa malagueña.
Hace más de una semana que el sumidero situado a la entrada sur del Muelle Uno se encuentra roto y con aspecto de abandono. Una imagen poco habitual, ya que la zona normalmente se muestra bastante conservada y de modo continuado. En un principio, solo se encontraba destruido uno de los bloques pero, ante la erosión por el tránsito en la calle, los demás han acabado desprendiéndose. El agujero es de un tamaño considerable, por tanto, cualquier peatón podría introducir el pie y producir una lesión grave o tropiezo. No obstante, los comerciantes y restauradores del entorno afirman que hasta el momento no se ha producido ningún incidente, pero lo temen. Y es que uno de los problemas que más preocupan en la zona es la mala solución del agua en caso de inundación, puesto que de producirse no estarían totalmente habilitados los desagües.
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