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El tripartito de Marbella no ha conseguido las inversiones de la Junta
Los municipios de Málaga llegan al ecuador del mandato al ralentí

Los municipios de Málaga llegan al ecuador del mandato al ralentí

La llegada a las corporaciones de nuevos partidos y la ausencia de mayorías absolutas han obligado a pactar, pero los grandes proyectos siguen bloqueados

Antonio M. Romero

Domingo, 11 de junio 2017, 01:26

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Este martes, 13 de junio, se cumplirán dos años desde la constitución de los actuales ayuntamientos en función de los resultados de las elecciones municipales del 24 de mayo de 2015. Unas corporaciones marcadas por la entrada de nuevos actores políticos (Ciudadanos y las marcas blancas bajo las que se presentó Podemos) y por un tercio de municipios sin mayoría absoluta, entre ellos la mayoría de las grandes ciudades de la provincia. Un escenario novedoso que trajo consigo una nueva forma de entender la política basada en el pacto bien de investidura o de gobierno como herramienta imprescindible para poder sacar adelante los proyectos, especialmente allí donde no hay mayorías. Aunque cada localidad tiene su propia idiosincracia y evolución, hay algunos rasgos comunes como cierta inestabilidad en aquellos consistorios donde no hay mayorías de gobierno y la ralentización de los grandes proyectos, entre ellos los presupuestos.

Málaga capital | Atasco en las grandes iniciativas y la sombra del adiós del alcalde

El pacto de investidura entre Ciudadanos y el PP permitió al popular Francisco de la Torre continuar como alcalde de la capital. En estos dos años, la gestión en la Casona del Parque ha venido marcada por el atasco de los grandes proyectos de ciudad. A día de hoy se ha tenido que prorrogar el contrato de la empresa de limpieza Limasa porque no se tiene claro el modelo de gestión ya que en el equipo de gobierno popular hay discrepancias sobre si debe ser pública o privada, mientras que en la oposición la formación naranja es partidaria de la privatización y los partidos de izquierda, de la municipalización. A ello se unen que iniciativas de calado en la ciudad como el futuro de los terrenos de Repsol está empantanado, la polémica ha marcado el concurso de ideas sobre los antiguos cine Astoria-Victoria con la retirada de los ganadores (Antonio Banderas, José Seguí y la empresa Starlite), a lo que se une la polémica entre el Ayuntamiento y la Junta sobre el trazado del metro al Hospital Civil.

En el lado positivo de la balanza de gestión se sitúa la aprobación de los dos presupuestos de estos años, aunque eso sí con retraso y merced al apoyo de Ciudadanos, la puesta en marcha del Polo Digital en Tabacalera, donde fue determinante el apoyo del grupo socialista, y el desbloqueo sobre Arraijanal. Además, se han celebrado comisiones de investigación, la de Limasa y la de Art Natura, donde sus conclusiones quedaron reducidas a papel mojado al no ser vinculantes.

En lo puramente político. La primera parte del mandato en el Ayuntamiento de Málaga ha estado marcada por tres grandes asuntos. El primero fue la marcha de María Gámez, candidata a la Alcaldía por el PSOE, que abandonó la Casona del Parque y la política tras la feria de 2015 dejando descabezados a los socialistas. El segundo, que aún no se ha cerrado, es la sombra que planea sobre la marcha de Francisco de la Torre. El alcalde avanzó que no repetirá como cabeza de cartel del PP en las elecciones municipales de 2019, pero en su partido intentaron que se marchara antes proponiéndole que fuera el cabeza de lista en los comicios generales del pasado año oferta que el regidor rechazó y en el ambiente político aún está presente la posibilidad de que el alcalde abandone el cargo antes de que termine el mandato para facilitar la transición del futuro candidato, previsiblemente Elías Bendodo. El tercero de los temas fue la ruptura del grupo de Málaga Ahora (partido apoyado en un principio por Podemos, formación que ahora se ha desligado de ellos) con la salida de Juan José Espinosa, que ahora es edil no adscrito, tras una denuncia de sus hasta entonces compañeras de no haber justificado parte del dinero gastado del grupo.

Marbella | Tormenta sobre el tripartito

El gobierno tripartito de Marbella llega a la mitad de su mandato con la amenaza de la inestabilidad y pendiente aún de que la fuerza clave para la gobernabilidad, Opción Sampedreña (OSP), tome una decisión ante los dos años que quedan por delante.

Al firmar el pacto de investidura que acabó con los ocho años de gobierno del PP y colocó en la Alcaldía al socialista José Bernal, los dos concejales del grupo sampedreño adelantaron que se trataba de un acuerdo por dos años que se revisaría en mitad del mandato. Ese momento ha llegado y aunque en la mayor parte del equipo de gobierno la opinión mayoritaria es que el pacto tendrá continuidad, las noticias de las últimas horas han levantado cierto nerviosismo. OSP ha propuesto acabar con el actual modelo del tripartito con apoyo externo de Costa del Sol Sí Puede y conformar un gobierno de concentración en el que todos los grupos asuman responsabilidades de gobierno y uno de los dos ediles de OSP se siente en el sillón del alcalde. Aunque se trata de una propuesta con pocas opciones de prosperar ni el PP ni el PSOE se ven gobernando con el adversario la iniciativa pone de manifiesto la creciente incomodidad de la formación sampedreña con la actual situación, en la que el tripartito necesita de la negociación permanente con los dos ediles de Podemos para sacar adelante las votaciones.

OSP ha explorado en los últimos días otra opción con el Partido Popular, un gobierno a dos que pusiera a un concejal de OSP al frente del Ayuntamiento. El PP esgrime su condición de partido más votado y rechaza esta posibilidad.

Las fuerzas del gobierno (PSOE, Izquierda Unida y OSP) suman 12 concejales, uno menos de los conseguidos en las elecciones de 2015 por el Partido Popular, por lo que la mayor parte de las votaciones en el pleno se deciden según la postura que adopta el grupo municipal de Costa del Sol Sí Puede (CSSP), formación impulsada por Podemos que apoyó en su día la investidura de Bernal pero que decidió quedarse en la oposición con sus dos concejales y no asumir responsabilidades de gestión.

En OSP aseguran ser una formación sin ideología y con posibilidades por lo tanto de pactar a izquierda o a derecha, lo que los situó en el momento de la investidura en el centro de la decisión. Pero durante estos dos años, en los que el gobierno municipal ha funcionado sin mostrar fisuras, los únicos momentos de inestabilidad han venido del grupo de CSSP, que con su situación de grupo de oposición ha conseguido condicionar las votaciones fundamentales.

Así ha sucedido con los dos presupuestos que el gobierno tripartito ha sacado adelante. En el de 2016, las condiciones impuestas por el grupo vinculado a Podemos no fueron asumidas por el gobierno municipal, que ganó la votación gracias a la abstención «por responsabilidad» del grupo popular. En las de este año, con el anunciado voto en contra del PP, el tripartito tuvo que hacer concesiones, como el rescate de la plaza de toros para la celebración de eventos culturales. No han sido sólo las votaciones presupuestarias, también en otros asuntos clave, como los relacionados con la hoja de ruta de para salir del bloqueo urbanístico, el equipo de gobierno ha tenido que arremangarse para llegar a acuerdos con los dos concejales de Podemos ante el rechazo frontal del PP. Esta situación de permanentes concesiones a la formación morada es la que más incomodidad crea en OSP, que ha visto cómo su incorporación al gobierno con importantes responsabilidades ha decantado paradójicamente la balanza de la influencia en cuestiones clave hacia los ediles de Podemos, que presionan desde fuera.

No se trata solamente de la situación política. En OSP estiman que están sufriendo un serio desgaste también por la falta de recursos que, aseguran, sufren para desarrollar el gobierno autónomo de San Pedro desde la Tenencia de Alcaldía.

Hay además, un tercer factor. Uno de los puntos que decantó en su momento la balanza de OSP, las prometidas inversiones de la Junta de Andalucía en San Pedro, se han quedado en estos dos años en meros anuncios. El proyecto del nuevo instituto no tiene aún siquiera parcela definida y a estas alturas es altamente improbable que pueda materializarse durante el presente mandato. La pasarela sobre la carretera de Ronda no ha superado aún la categoría de boceto y el nuevo centro de salud, sobre el que se llegó a un acuerdo para que la financiación fuese adelantada por el Ayuntamiento, también está bloqueado. Ni siquiera se ha producido la firma del convenio entre ambas administraciones que permitiría al Ayuntamiento adelantar el dinero. OSP tiene poco con qué presentarse ante su gente.

Ante esta situación, los sampedreños aseguran que no hay dos opciones, sino cuatro: seguir como hasta ahora, pactar con el PP, el gobierno de concentración y salirse del gobierno y adoptar una posición cómoda como la de los ediles de Podemos. Hasta el viernes, cuando los concejales sampedreños estallaron, no se preveían cambios. Ahora es difícil asegurar en un cien por cien que no los habrá.

Costa del Sol | Convulsión en Mijas y nuevos modos en Torremolinos

El análisis de la situación política en los municipios de la Costa del Sol muestra dos caras muy diferentes. La estabilidad política en Estepona y Fuengirola, donde el PP gobierna con una holgada mayoría absoluta, a la convulsa situación que se ha vivido en Mijas en estos dos años de mandato con escándalo incluido de espionaje política, pasando por los nuevos modos que se han instalado en Torremolinos o la calma en Benalmádena.

En Mijas el pacto de gobierno entre PP y Ciudadanos que permitió a Juan Carlos Maldonado, de la formación naranja, acceder a la Alcaldía nació con fuertes tensiones entre éste y su predecesor en el cargo, el popular Ángel Nozal. La formación de Albert Rivera levantó las alfombras y empezó a sacar a la luz presuntas irregularidades cometidas por el anterior equipo de gobierno, un hecho que tensó al máximo la situación hasta la ruptura del acuerdo. Lo que llevó a Ciudadanos a buscar como aliado al PSOE, partido con el que en septiembre del pasado año logró un acuerdo, aunque gobiernan en minoría por lo que para aprobar los temas en el pleno deben contar con la posición del único edil de Costa del Sol sí se Puede o del concejal no adscrito.

Para añadirle más salsa al cóctel explosivo de la política mijeña en este ecuador del mandato, el fiscal anticorrupción ha solicitado al juez de Fuengirola que impute al exalcalde Nozal por el caso Mijas, unas grabaciones publicadas por SUR en las que el PP de Mijas le ofrece trabajo al concejal de CSSP a cambio de firmar una moción de censura.

Nada que ver con la situación de tranquilidad que viven los municipios de Fuengirola y Estepona. En el primero, la alcaldesa Ana Mula mantiene una posición bastante cómoda, mientras que el segundo, la hegemonía que obtuvo en las urnas permite a José María García Urbano gobernar con tranquilidad y sin sobresaltos. Entre las actuaciones más destacadas del ayuntamiento esteponero destaca el desbloqueo e inminente inicio de las obras del Chare de la ciudad.

Por su parte, en Torremolinos el ecuador del mandato ha estado marcado por el cambio en el modelo de gestión implantado por el PSOE, que accedió a la Alcaldía tras dos décadas de mayorías absolutas del PP. La abultada deuda municipal, que asciende a casi 200 millones de euros ha ralentizado los grandes proyectos planteados por el alcalde, José Ortiz, como la peatonalización del centro urbano y la reconfiguración de calles y avenidas para reactivar su tejido comercial y económico. El desbloqueo del presupuesto municipal, que previsiblemente será aprobado en las tres próximas semanas después de que la oposición lo tumbara el año pasado, permitirá que los socialistas materialicen varias de sus iniciativas programáticas.

La crisis interna del PP, con la actual portavoz, Margarita del Cid, y el exalcalde, Pedro Fernández Montes, en la pugna por la presidencia local, ha alejado los fantasmas de una posible moción de censura, presentes durante los primeros meses de legislatura. La creación de una junta de portavoces, la contratación de habilitados nacionales para ocupar las áreas de Intervención y Secretaría, la recuperación de sedes para todos los partidos políticos en el edificio consistorial o la aprobación de un reglamento orgánico municipal han servido para higienizar el Ayuntamiento durante estos dos años. Sin embargo, la renovación de la localidad malagueña, histórica punta de lanza del turismo andaluz, depende en buena parte de la aprobación definitiva del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que contempla la creación del mayor parque comercial y de ocio del Mediterráneo, entre otros proyectos. Tras recibir luz verde por parte de la corporación local, el plan se encuentra en su fase final.

Benalmádena vive como una excepción la imposibilidad de una moción de censura tras las presentadas por el PP en las dos legislaturas anteriores. La configuración de una gran coalición ha centrado hasta ahora los esfuerzos del alcalde, Víctor Navas (PSOE), que gobierna con cuatro partidos, que le garantizan la estabilidad. Una circunstancia que le ha permitido aprobar sus dos presupuestos municipales sin obstáculos y tumbar las propuestas de la oposición de forma casi sistemática. La creación de una oficina de rescate ciudadano, la reducción del plazo de pago a proveedores y de la deuda municipal y la apertura de un portal de participación han marcado los dos primeros años de gestión.

Axarquía | Incertidumbre en los grandes municipios

En Vélez-Málaga lo más destacado de estos dos primeros años de legislatura es que por fin el alcalde, el socialista Antonio Moreno Ferrer, se ha garantizado la mayoría absoluta. Y lo ha hecho sumando a su gobierno (PSOE, PA y GIPMTM) al edil no adscrito, José Antonio Moreno Ocón, expulsado por Ciudadanos por triplicar la tasa permitida en un control de alcoholemia. Esta mayoría le ha permitido sacar adelante el presupuesto municipal para 2017. Otro importante logro, a sido la selección del municipio para un proyecto Edusi de rehabilitación del Centro Histórico. Sin embargo, no hay avances en el proyecto de reposición del tranvía ya que se está a la espera de firmar un acuerdo con la Junta.

En Rincón de la Victoria tuvo lugar el pasado lunes la séptima moción de censura en la provincia en lo que va de mandato. Francisco Salado, del PP, asumió de nuevo la vara de mando, gracias al apoyo de PA y Ciudadanos, desbancando al bipartito formado por PSOE y Ahora Rincón-Podemos. Se ponía así fin al mandato de la socialista Encarnación Anaya, que llegó al poder en junio de 2015 gracias al apoyo también de IU y PA.

En lo que va de legislatura se han iniciado las obras de la primera piscina cubierta y climatizada, mientras que la delicada situación económica de las arcas locales, con una deuda superior a los 66 millones de euros, ha encendido todas las alarmas en el nuevo bipartito, que deberá afrontar retos como sacar adelante los presupuestos, la modificación del PGOU, la refinanciación de préstamos bancarios y reducir los plazos de pagos a proveedores.

En Nerja continúa la incertidumbre sobre una posible moción de censura del PP y Ciudadanos al tripartito que conforman PSOE, IU y EVA-Podemos. La socialista Rosa Arrabal asumió la Alcaldía en junio de 2015 gracias al apoyo de Ciudadanos. Sin embargo, este partido vive una gran división interna, ya que la que fue su candidata y portavoz, la maestra María Dolores Sánchez, se opone a ello, mientras que la otra edil, Mari Carmen López sí sería partidaria del acuerdo para desbancar al tripartito. Sin embargo, López reitera que está a la espera de las indicaciones que le den desde las direcciones provincial, regional y nacional de su partido. La renuncia del que fuera alcalde nerjeño durante veinte años, José Alberto Armijo, a liderarla, quedándose como concejal y diputado, también ha despejado el camino, después de que ésta hubiese sido la principal exigencia del partido naranja.

En materia de inversiones, el Ayuntamiento nerjeño consiguió el pasado año cinco millones de euros de fondos europeos para una veintena de proyectos, a desarrollar hasta 2022. Sin embargo, la minoría en la que está el tripartito le está dificultando sacarlos adelante, al igual que otras iniciativas como la puesta en valor del patrimonio cultural.

En el Ayuntamiento de Torrox gobierna en minoría desde el inicio de la legislatura el PP, que cuenta sólo cuenta con seis de los 17 concejales que conforman la corporación y necesita el concurso de otras formaciones para poder sacar adelante los proyectos. En este sentido, los populares mantienen prorrogadas las cuentas aprobadas por el PSOE en 2015 en junta de gobierno local, después de que en 2016 la oposición le tumbara un primer presupuesto. Los tambores de una posible moción de censura no han dejado de sonar sobre el Consistorio torroxeño. Sin embargo, las fuertes discrepancias existentes entre PSOE e IU, han impedido y siguen impidiendo cualquier acuerdo al respecto.

Interior | Cambios en Ronda, sosiego en Antequera y dificultades en Cortes

En Ronda PSOE, PA e IU arrebataron la Alcaldía al PP. El pacto funciona bien de momento, aunque con ciertas discrepancias entre los socios que mantienen las distancias en la gestión de las concejalías que cada uno tienen asignadas. El PP de María de la Paz Fernández, la exalcaldesa, aún no ha digerido la moción de censura que le quitó el sillón y mantiene una oposición centrada en la crítica al tripartito, mientras que Alianza por Ronda, con el exalcalde Antonio Marín al frente, está arremetiendo contra IU especialmente. En cuanto a la gestión, de momento, son pocos los logros visibles del tripartito que ha vendido en este sentido la apertura del nuevo hospital por parte de la Junta, la inversión de casi 100.000 euros de la Junta en el yacimiento arqueológico de Acinipo y la aprobación de varios hoteles, como el segundo de Catalonia en Ronda, y la almazara ecológica diseñada por Philippe Starck.

En la Serranía de Ronda, el punto más caliente está Cortes de la Frontera. Los resultados de las pasadas elecciones municipales dieron la victoria a la formación independiente Vecinos, que lidera el actual alcalde, José Damián García. Obtuvo cinco concejales frente a tres del PSOE, dos de Agrupación Independiente y uno de Cortes Iniciativa Ciudadana. La difícil situación económica que atraviesa este ayuntamiento (el primero de la provincia en incumplir el pago de nóminas, los trabajadores tienen pendientes seis sueldos y una paga extraordinaria en el caso de los funcionarios) podría propiciar una moción de censura, aunque la presencia en Agrupación Independiente de Antonio Granero, el ex alcalde, sería un handicap, así como la del líder del PSOE Antonio Ruiz, que en anteriores legislaturas ha formado parte de los equipos de gobierno.

Por su parte, en el Ayuntamiento de Antequera Manuel Barón gobierna sin apreturas gracias a la mayoría absoluta de la que goza el PP. Tras conseguir que el Sitio de los Dólmenes sea declarado Patrimonio Mundial, llega a la mitad del mandato con las miras puestas en los más de seis millones de euros que recibirá de la Unión Europea para transformar su casco urbano en una gran vía que una el complejo dolménico con la salida hacia el Caminito del Rey. Mientras que siguen atascados proyectos como el museo dolménico.

En la cercana Humilladero, la socialista Ana Pérez gobierna en minoría desde que IU rompió hace un par de meses el pacto de gobierno y amenaza con una moción de censura, para la cual necesita el apoyo del único edil del PP, que aún no se ha pronunciado. Esta circunstancia ha provocado una situación de calma tensa en el Ayuntamiento.

Valle del Guadalhorce | Entre la tranquilidad y los movimientos

En el Valle de Gualdalhorce la situación de los grandes municipios varía en función de aquellos donde hay mayorías absolutas (Coín, Cártama, Alhaurín de la Torre o Álora), donde la tranquilidad en las nota predominante, mientras que en aquellas localidades donde hay gobiernos en minoría se han producido movimientos; así en Pizarra hubo una moción de censura y en Alhaurín el Grande el intentó de desbancar a la independiente Antonia Ledesma se encuentra en los tribunales.

Sobre la gestión, en Alhaurín de la Torre, el alcalde, Joaquín Villanova, sigue centrado en los proyectos vinculados al deporte y la cultura; en Cártama, el Ayuntamiento dirigido por el socialista Jorge Gallardo está volcado en la explotación de su pasado arqueológico; en Coín, el popular Fernando Fernández ha logrado el saneamiento de las cuentas públicas; y en Álora, el socialista José Sánchez gobierna sin sobresaltos.

Los nuevos gestores de Pizarra destacan que se ha desbloqueado la gestión, mientras que en Alhaurín el Grande se han puesto en marcha, entre otros, el teatro, el pabellón polideportivo y la piscina cubierta.

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