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Juan Cassá, Francisco Pomares, Daniel Pérez, Ysabel Torralbo, Eduardo Zorrilla y Juan José Espinosa, en la redacción de SUR.
Los proyectos de la ciudad, a debate

Los proyectos de la ciudad, a debate

Los grupos políticos municipales definen sus posturas respecto al proyecto para el Astoria, el hotel del puerto, los suelos de Repsol, los Baños del Carmen y la recuperación del litoral en la zona Este

Ignacio Lillo

Domingo, 7 de mayo 2017, 00:38

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Fuera del salón de plenos. En un ambiente relajado, cordial y sin el límite de tiempo impuesto por el reglamento municipal para los turnos de palabra en el debate de las mociones y propuestas de los diferentes grupos. Así se citaron en SUR portavoces de los partidos políticos con representación en el Ayuntamiento de Málaga para argumentar de forma sosegada sus posturas sobre algunos de los principales proyectos urbanísticos que se dibujan en el horizonte de la ciudad, como operaciones que podrían ser clave para afianzar su pujanza turística, económica y social.

Durante los dos años que restan del actual mandato municipal, en sus manos está que puedan aprobarse o no los trámites necesarios para llevar a cabo esas actuaciones, entre las que este periódico ha escogido el proyecto para regenerar la manzana de los cines Astoria y Victoria en la plaza de la Merced; el hotel de 135 metros de altura planteado en la plataforma del dique de Levante del puerto; el futuro del gran vacío urbano que suponen los terrenos que albergaron los depósitos de Repsol, junto a la avenida de Juan XXIII; y la puesta en valor de los Baños delCarmen y los paseos marítimos de la fachada oriental.

El concejal de Ordenación delTerritorio, Francisco Pomares, por el equipo de gobierno del PP; el viceportavoz del PSOE Daniel Pérez; el portavoz de Ciudadanos, Juan Cassá; la portavoz de Málaga Ahora, Ysabel Torralbo; el portavoz de Málaga para la Gente, Eduardo Zorrilla; y el edil no adscrito, perteneciente a Podemos, Juan José Espinosa participaron en un encuentro que sirvió para constatar que la fragmentación de posturas políticas en la Casona del Parque coincide con un momento de ebullición de proyectos urbanísticos de calado que marcarán el futuro de la ciudad.

Esta disparidad de criterios enriquece el debate y la planificación que pueda realizarse de cada una de las actuaciones que están pendientes; pero también complica una tramitación de por sí ya compleja por las diferentes normativas urbanísticas y administrativas a las que está sometida en este tipo de casos.

Hay ocasiones en las que hay consenso en el fondo, pero no en las formas.Otras en las que las formas tienen un respaldo global, pero no así el fondo. Y otras en las que la distancia entre las posturas resulta por el momento insalvable, condenando el proyecto en cuestión al bloqueo, a la espera de que se obtenga un acuerdo sobre su actual configuración u otra diferente.

Así ocurre con los cuatro proyectos que se han analizado. En el caso de la iniciativa ganadora del concurso de ideas para el Astoria, a cargo de los estudios de arquitectos de José Seguí y Mendoza Partida, con el respaldo de Antonio Banderas y Starlite, los grupos mayoritarios coinciden en que la propuesta es positiva, pero no en las formas que se han empleado, sobre todo tras las declaraciones del alcalde, Francisco de la Torre, que apuntaban a un traje a la medida de éstos. Para la mayoría de la oposición, el segundo concurso debe contar con avales económicos y con las máximas garantías para el Ayuntamiento, mientras que Málaga para la Gente y Podemos prefieren que sea una iniciativa pública y abogan por abrir el debate a la ciudadanía.

Esta máxima se repite en el caso del hotel de lujo sobre una torre de 135 metros proyectado en el puerto. Mientras que PP, PSOE y Ciudadanos lo apoyan sin fisuras, los grupos de izquierda lo rechazan tajantemente y, de nuevo, reclaman una consulta a los malagueños sobre qué se debe hacer en este espacio.

Si los dos primeros tienen los votos necesarios para salir adelante, al menos en la parte que corresponde a los trámites municipales, no ocurre lo mismo con el futuro de los terrenos de Repsol. El proyecto de las torres está totalmente encallado, toda vez que las posturas de todas las formaciones con representación en el pleno son dispares entre sí, lo que impediría aprobar los trámites necesarios para el inicio de la urbanización de la parcela.

En el caso de los Baños del Carmen la sensación es de derrota. Tras la entrada en juego de los nuevos concesionarios, el rechazo de la Junta a esta operación y la vía judicial, la mayoría de los grupos coinciden en que habrá que esperar a que caduque la concesión en 2018 para retomar el Plan Especial. Al menos, hay un respaldo unánime a la rehabilitación de los paseos marítimos de la zona Este, que todos creen que debe ser prioritaria.

Manzana de los cines Astoria y Victoria. No tan alejados sobre la idea de Banderas pero muy críticos con el procedimiento anunciado. Por Jesús Hinojosa

El modo en que el equipo de gobierno municipal ha gestionado el resultado del concurso de ideas para la manzana de los cines Astoria y Victoria, en la plaza de la Merced, centra las críticas de los grupos municipales de la oposición respecto a esta intervención para acabar con la estampa de abandono que suponen estos edificios clausurados. La apuesta sin ambages del alcalde, Francisco de la Torre, por la idea ganadora del concurso, liderada por los arquitectos José Seguí y Mendoza Partida, el actor Antonio Banderas y la empresa Starlite, a la hora de pronunciarse sobre un segundo concurso para la cesión y explotación del suelo abierto en teoría a la concurrencia competitiva de varios empresarios ha emborronado un debate en el que la mayor parte de grupos políticos no se encuentran tan alejados respecto a la posibilidad de que sea una idea de las características de la ganadora la que llegue a desarrollarse en este enclave. Eso sí, la oposición exige que ese segundo concurso no sea un traje a medida, como ha dejado entrever De la Torre con sus declaraciones, y que se pidan las máximas garantías y avales al posible adjudicatario de este espacio, cuya adquisición supuso un coste de 21 millones de euros para el Ayuntamiento en dinero y suelo.

Ciudadanos, socios de investidura de De la Torre, comparten las críticas sobre su actuación en este caso y sostienen que el concurso de ideas ya debería haber sido vinculante. «El proyecto de Banderas nos gusta. Es una persona con un sello muy importante, pero el segundo concurso no está bien planteado, hay que establecer unas bases de igualdad y no debería estar ligado a una figura importante, como dijo el alcalde, y sí más a la viabilidad económica», señala el portavoz de la formación naranja, Juan Cassá, quien no se muestra en contra de modificar el plan urbanístico del Centro Histórico para encajar un proyecto como el de Banderas que, tal y como está planteado inicialmente, supera en casi res plantas la altura permitida, al alcanzar baja más seis en el extremo más cercano a la calle Alcazabilla. «El plan delCentro no es la Constitución», dice Cassá.

Esa hipotética adaptación de la norma urbanística al proyecto, que en cualquier caso solo llegará al pleno municipal si cuenta con el aval previo de la Consejería de Cultura, también contaría con el respaldo del PSOE, siempre que los cambios que implique sean «los menos posibles», según señala el viceportavoz del PSOE Daniel Pérez, quien aboga por «ajustar las alturas» si es preciso pero, al mismo tiempo, «elevar las exigencias» al máximo en el segundo concurso para mejorar la idea y que la ciudad imponga sus necesidades al privado que la desarrolle finalmente. «El alcalde ha visto en este proyecto una salvación en un momento en que está agotado, pero se ha equivocado en sus declaraciones y ha hecho un flaco favor a la idea», expone Pérez.

Sin una figura con proyección

El concejal de Ordenación delTerritorio, Francisco Pomares, reconoce que el equipo de gobierno ha podido fallar en este aspecto. «Igual lo hemos explicado mal, pero el pliego del segundo concurso lo van a redactar los funcionarios y se basará en lo que digan las leyes de patrimonio, así que el canon tendrá que existir y se pedirán cosas de mejora. No hace falta que haya una figura relevante», admite Pomares, en alusión a las manifestaciones del alcalde en las que afirmó que entre las condiciones para el futuro adjudicatario estaría el contar con el respaldo de una personalidad «con capacidad de proyección».

«No va a ser un concurso en igualdad de condiciones», espeta la portavoz de Málaga Ahora, Ysabel Torralbo, quien rechaza el «exceso» de altura de la idea ganadora, si bien admite la propuesta del teatro. «No nos cerramos en banda a que sea un privado el que lo desarrolle, pero exigimos un proceso limpio en la concesión, con avales, libre concurrencia y un pliego que debería incluir algún uso social para la ciudad», dice.

Llegados a este punto, lo que haría el grupo de Málaga para la Gente es anular el concurso de ideas celebrado y emprender otro procedimiento sin el condicionante de la viabilidad económica y basado en una consulta ciudadana sobre el destino de ese espacio, fórmula que también defiende el edil no adscrito de Podemos Juan José Espinosa, para el que el proyecto de Seguí resulta «un mamotreto».

Pese a que el jurado puntuó los estudios económicos de las ideas del concurso, el portavoz de Málaga para la Gente, Eduardo Zorrilla, considera que la ganadora no es «amortizable ni sostenible». «Ahora se trata de justificar una inversión que es inviable de entrada», afirma.

En cambio, desde el equipo de gobierno del PP defienden la propuesta ganadora. «Queremos el que ha ganado. Es una apuesta cultural fuerte para la ciudad, un proyecto potente, viable e interesante», sostiene el concejal responsable de Urbanismo, quien recuerda que, si hay algo que no guste, se puede cambiar en el concurso para la cesión. Pomares desvela que la idea de convocar un concurso de arquitectura y viabilidad económica para este lugar la lanzó en una reunión el arquitecto de las torres de Repsol, Luis Alonso, y admite que las propuestas para este enclave que Urbanismo tenía sobre la mesa hasta la celebración del concurso de ideas «eran para poner copas».

Proyecto de una torre de 135 metros para un hotel de lujo en el dique de Levante: PP, PSOE y Ciudadanos lo apoyan y el resto de grupos están en contra. Por Ignacio Lillo

En la polémica sobre la torre proyectada en el Dique de Levante para un hotel de cinco estrellas existen dos bandos opuestos frontalmente: el de los partidarios, formado por el PP, el PSOE y Ciudadanos. Y el de los detractores, integrado por IU-Málaga para la Gente, Málaga Ahora y el edil no adscrito que actualmente representa a Podemos. A tenor del número de concejales de unos y otros en la composición del pleno, la balanza política se inclina por el sí a esta infraestructura, ya que, como recuerda el portavoz del partido naranja, Juan Cassá, «el 80% del Consistorio está a favor».

«Hotel en el puerto sí, el concurso se ha hecho como se debe hacer, con un inversor y un aval de dos millones de euros, es una oportunidad extraordinaria», alega el edil de Ciudadanos, para quien las críticas porque pueda afectar al skyline de la ciudad son «bastante discutibles». «Es una oportunidad de subirnos al carro de la modernidad, con un modelo con un éxito total en ciudades como Barcelona, queremos atraer turismo de lujo». A lo que añade: «No entiendo por qué se vuelve a abrir un melón que debería estar superado; somos los representantes de los malagueños, la ciudadanía ha depositado la confianza y tenemos que coger ese mandato».

El concejal de Ordenación delTerritorio, Francisco Pomares, alega que los malagueños eran conscientes de esta iniciativa cuando votaron mayoritariamente a las siglas del PP, puesto que ya iba en los programas electorales de 2011 y de 2015. Al igual que el anterior, se pregunta por qué se vuelve a discutir ahora: «El debate tenía que haber sido antes del concurso, el Plan General permite incluso más altura». A lo que añade: «Hay una tendencia política a la que le molesta mucho que venga inversión de fuera». En otro punto, argumenta: «Si Barcelona lo tiene, ¿por qué nosotros no, por qué ese complejo? Hay que aspirar a más y este es uno de los grandes proyectos que van a transformar la ciudad y que nos ponen en el punto de mira del mundo. Un grupo catarí que invierte 130 millones, ¿qué tiene Málaga?». Pomares destaca la «valentía» del presidente de la Autoridad Portuaria, Paulino Plata, y su equipo, y recuerda que ha sido el primero desde 2011 que lo ha impulsado a pesar de saber que sería un proceso complejo y polémico.

Daniel Pérez, responsable de urbanismo en el Grupo Municipal Socialista, respalda el proyecto por la necesidad de más planta hotelera de cinco estrellas. «El hotel en el puerto será un salto cualitativo. Es una apuesta importante que se tiene que ajustar a la normativa. Si los informes son favoables, este se convertirá en un elemento singular que dará una potencialidad que en estos momentos no tiene». Pérez recuerda que ya en noviembre presentaron una moción para que el Gobierno apruebe la Delimitación de Espacios y Usos Portuarios (Deup, la normativa que permite este uso), y que está desde entonces pendiente de la firma del ministro. «Se está dilatando mucho el proceso y queremos celeridad». Coincide con los anteriores en que ahora «se está intentando generar ruido, cuando el proyecto ya ha superado el concurso de gestión, que tuvo una fase de información pública y no hubo alegaciones, y es cuando se tenía que haber hecho».

En el otro extremo, los grupos de izquierda coinciden en la mayoría de sus argumentos para rechazarlo de plano. Eduardo Zorrilla, portavoz de IU- Málaga para la Gente, denuncia que se pretenda «regalar el mejor suelo de la ciudad al primer inversor que llega con un proyecto faraónico». También critica que afectaría a la movilidad en el eje este-oeste, al tiempo que pone de relieve el alto impacto paisajístico, en el punto más sensible. «No se debe jugar al Monopoly con los suelos del puerto», afirma, y propone en su lugar la creación de un museo del mar, además de potenciar los usos netamente portuarios, tales como el crucerístico y el tráfico de contenedores y graneles. A su juicio, es un tema central para el futuro de la urbe y por tanto hay que consultar a la ciudadanía, como ocurre en otras democracias más asentadas.

Ysabel Torralbo, portavoz de Málaga Ahora, pone de relieve que siempre se esgrime la singularidad del edificio para justificar el interés general, «pero el 95% de los malagueños difícilmente va a poder disfrutar de un hotel de lujo». A su juicio, hay que abrir el debate a los ciudadanos: «Creemos en un urbanismo participativo, sobre todo cuando los proyectos tienen un impacto para varias generaciones, que tienen que seguir procesos más democráticos. Es simplista decir que tienen la mayoría y con eso pueden dejar lo que quieran».

En una línea muy similar a los anteriores, Juan José Espinosa, edil no adscrito perteneciente a Podemos, reclama una consulta a la sociedad civil ante un tema «estratégico e irreversible, que destroza el paisaje de la fachada marítima y donde se enajena el suelo público». Al tiempo, arremete contra el informe de medio ambiente elaborado por la consultora Sfera para la Autoridad Portuaria (adelantado por este periódico): «Es escandaloso por la simpleza de decir que esto no se va a ver, no es serio».

Regeneración urbana en el oeste. El desarrollo de Repsol, encallado. Por Jesús Hinojosa

El respaldo mayoritario de los grupos municipales a las intervenciones en la manzana del Astoria y el dique de Levante se torna en disparidad absoluta cuando se trata de abordar el desarrollo de los suelos de Repsol, junto a la avenida de Juan XXIII, una de las operaciones más significativas del actual Plan General de Ordenación Urbanística que se cocinaron al calor del boom inmobiliario. Tan sólo el equipo de gobierno del PP defiende la actuación tal y como se encuentra recogida en el plan, es decir, con cuatro rascacielos de hasta 34 plantas para viviendas, oficinas, áreas comerciales y un hotel; otras cuatro torres de hasta 11 para 400 VPO; y un parque de 70.000 metros cuadrados. Frente a esta postura, los grupos de izquierdas apuestan por que toda la finca se destine a un gran espacio verde, mientras Ciudadanos propone una solución intermedia.

Tras el debate sobre una consulta ciudadana para definir el futuro de este gran vacío urbano en Carretera de Cádiz que finalmente quedó descartada, y a la espera de que se obtengan los resultados de un nuevo estudio de descontaminación de los suelos, el inicio de su desarrollo en los dos años que restan de mandato parece prácticamente imposible a tenor de lo cuestionado por este periódico a los diferentes grupos municipales. Todos, salvo el PP, votarían en contra de la aprobación del proyecto de urbanización trámite que falta para poder iniciar los trabajos en la parcela que ha elaborado la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), que comparte con el Ayuntamiento los derechos edificatorios de la operación. De este modo, el paso obligatorio para las obras no podría salir adelante en el consejo rector de la Gerencia de Urbanismo.

El viceportavoz del PSOE Daniel Pérez insiste en que el destino de ese suelo debe ser «un gran pulmón verde para la ciudad y su distrito más densamente poblado». Una postura semejante mantienen los grupos de izquierda Málaga Ahora y Málaga para la Gente, y el edil no adscrito de Podemos Juan José Espinosa. Por su parte, el portavoz de Ciudadanos, Juan Cassá, argumenta que el proyecto actual no está «casado a la realidad» de la ciudad. «El parque debe ser más grande en detrimento del resto de edificaciones previstas en este suelo. Tal y como está ahora, mi voto sería no», dice.

Ante esta tesitura, el concejal de Ordenación delTerritorio, Francisco Pomares, apunta que confía en que «algún día» se pueda alcanzar un consenso sobre este asunto y admite que, en caso contrario, «el proyecto se queda ahí, y no pasa nada».

Compensación a la Sareb

Pomares apunta que comprar los derechos edificatorios de la Sareb para renunciar al proyecto urbanístico de las torres y destinar todo el suelo a un gran parque implicaría un coste de más de 90 millones de euros para las arcas municipales, a lo que el portavoz de Málaga para la Gente, Eduardo Zorrilla, le replica que la compensación a la Sareb podría realizarse mediante derechos urbanísticos en otros puntos de la ciudad, como se hizo con el procedimiento de obtención de los terrenos de Arraijanal. En cambio, Francisco Pomares insiste en que Málaga necesita un proyecto como el de Repsol para contar con edificios para oficinas en la trama urbana. «No tenemos una avenida grande de oficinas y se podría crear aquí». Para Zorrilla, esas oficinas podrían generarse en los suelos del cercano polígono de San Rafael, dentro de la operación prevista para trasladarlo.

La portavoz de Málaga Ahora, Ysabel Torralbo, califica de «cacicada» que no se haga la consulta ciudadana sobre el proyecto, y alaba la labor de la plataforma ciudadana y los colectivos que siguen defendiendo con varias actividades, como las celebradas este fin de semana, la conversión de los suelos en un bosque urbano.

Al margen de este conflicto político, la Sareb sigue adelante con el estudio para la descontaminación del suelo, y la preparación del proyecto de urbanización, que elabora HCP Arquitectos Asociados y que tendrá que adaptarse a las conclusiones de ese estudio. No obstante, su aprobación parece por ahora muy complicada, lo que podría hacer desistir a la Sareb de seguir reservando fondos para esta operación urbanística.

Baños del Carmen. El debate sobre su futuro se aplaza hasta que termine la concesión, en 2018. Por Ignacio Lillo

La regeneración del paraje de los Baños del Carmen es, junto con la solución al Guadalmedina, el debate ciudadano más antiguo. Y lo seguirá siendo, al menos, hasta finales del año que viene. La mayoría de los representantes coinciden en que no cabe otra opción que esperar a que caduque la concesión, en diciembre de 2018, aunque el camino posterior difiere. Mientras PP y Ciudadanos respaldan la labor de los actuales titulares, el resto de grupos creen que debe salir a concurso público. En lo que sí coinciden todos es en la urgencia de preservar el entorno frente a los temporales, mediante espigones, y de regenerar la playa, obras que Costas debe acometer.

«Los promotores están haciendo un trabajo extraordinario y pese a ello están en el limbo con la concesión», afirma Juan Cassá, portavoz del partido naranja, que apoya el proyecto que hizo el arquitecto Salvador Moreno Peralta, con el parque público y el edificio rehabilitado.

Francisco Pomares, concejal de Ordenación del Territorio, también es partidario de la idea inicial de Costas, con una renovación de la concesión a cambio del pago de todo el canon por adelantado para hacer el parque público. «Ha habido una confrontación entre la Junta y Costas que paga la ciudad, ya podía estar todo hecho, es una pena».

Daniel Pérez, coportavoz del PSOE, recuerda que hay una «trama burocrática» que está ahora mismo en los tribunales, por lo que habrá que aguardar a que finalice el periodo legal de explotación, a finales del año que viene, para volver a sacarlo a concurso. En cambio, critica que los Presupuestos del Estado no contemplan ninguna inversión para la obra marítima de protección, que se puede hacer ya.

Coincide aquí con Eduardo Zorrilla, portavoz de IU-Málaga para la Gente, para quien es urgente hacer la regeneración de la playa, con respeto al roquedal y a los valores naturales. «No somos contrarios a que haya una concesión pero limitada al restaurante». También con el edil no adscrito de Podemos Juan José Espinosa: «La concesión vence en 2018 y se abre la oportunidad de recuperarla, conforme al proyecto de los vecinos, con los espacios naturales para los ciudadanos, aunque el chiringuito puede seguir siendo privado».

La única voz discordante en este sentido es la de Ysabel Torralbo, de Málaga Ahora. Según su versión, el interés general se ha declarado por sentencia firme, por lo que reclama que el rescate se ejecute de inmediato. «No me cuadra ese interés en demorarlo, al margen de que la venta (de las acciones de la concesionaria)sea o no legal».

Donde sí hay coincidencia total de los grupos es en el apoyo a la regeneración de los paseos marítimos del litoral Este como actuación prioritaria, y en que se respete su esencia típica de barrio de pescadores. En este punto, el problema está en la dificultad para conjugar los intereses contrapuestos de los vecinos y de los hosteleros. Así lo describe el concejal de Urbanismo: «Estamos de acuerdo en que necesitan una regeneración, pero no hay consenso y es imposible que en el mismo espacio entren el carril bici y los aparcamientos. Hay que optar por un modelo y lo tienen que acordar entre ellos».

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