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Pilar R. Quirós
Jueves, 30 de marzo 2017, 00:22
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La historia. La memoria. La premier británica Theresa May hablaba ayer de un momento histórico cuando invocaba el artículo 50 por el que los británicos, el pueblo del gran y manoseado Churchill que situaban imaginariamente, a favor y en contra del Brexit, abandonan la Unión Europea. Histórico y democrático, votado por la mayoría de los brits, pero torcido para la mayoría de sus socios europeos que ven su bye sin un good. El otrora alcalde de Málaga, el socialista Pedro Aparicio, no vive para verlo, pero con su decidida visión europeísta, romántica a la vez que pragmática, ayer hubiese tenido, sin duda, un día gris como los cielos de Bruselas donde ejerció muchos años de eurodiputado.
La Historia, la que escribimos con mayúsculas, no la intrahistoria de Unamuno, está plagada de renglones torcidos. El canciller alemán Otto von Bismarck, que por cierto admiraba inusitadamente al presidente de la Restauración española, el malagueño Cánovas del Castillo, y que era muy dado a las frases lapidarias, le dijo a un embajador de estas tierras en 1863, que recibió en la corte en Viena, que España era sin duda el país más fuerte del mundo porque lleva siglos queriendo destruirse a sí mismo y todavía no lo ha conseguido.
Esto lo decía, obviamente, sin saber qué acontecería en el siglo XX donde, sin entrar en las dos guerras mundiales, nos enzarzamos en una contienda fraticida para matarnos entre nosotros mismos. El pleno que se celebrará mañana, aprobará, a petición del PSOE, una moción institucional (es decir de todos los grupos políticos) para iniciar el expediente para la concesión de la Medalla de la Ciudad a la Asociación contra el Silencio y el Olvido por la Recuperación de la Memoria Histórica de Málaga. Más allá del triste incidente del parque canino sobre las fosas ya exhumadas de los represaliados por el franquismo en el cementerio de San Rafael, es de justicia reconocer que el Ayuntamiento de Málaga ha hecho un buen papel este proceso para darle sepultura digna a más de 2.880 cuerpos rescatados en la exhumación (la mayor realizada en el país), y la recuperación de un total de 4.411 nombres que la Asociación de la Memoria Histórica encontró en los archivos y que figuran escritos en la pirámide. Por toda esta labor, en la que se consiguió aunar el trabajo del Gobierno, la Junta, el Ayuntamiento y la Universidad de Málaga, guiada por el deseo de recuperación y justicia a la memoria de las víctimas, que a su vez «encaja con el espíritu de concordia que acompañó a la Constitución de 1978 y que debe estar siempre presente en la democracia española» se acordará de forma unánime que el Ayuntamiento de Málaga incoe el expediente para la concesión de la medalla de la Ciudad de Málaga, la más alta distinción municipal, a la Asociación contra el Silencio y el Olvido por la Recuperación de la Memoria Histórica.
El año pasado, la corporación cerraba otro capítulo retirándole a Francisco Franco los honores como alcalde perpetuo de la ciudad y la medalla de Hijo Predilecto e Hijo Adoptivo. El 23 de diciembre se publicó en el BOP para que sea público y notorio. La historia está ahí y nadie puede borrarla, pero reconocer los errores del pasado sin revanchismos tiene una necesaria función psicológica y didáctica que busca como objetivo intentar que no se vuelvan a repetir nunca más.
Cuando Rubén Darío vivió en La Malagueta
Málaga vive una ebullición cultural que traspasa los linderos de la ciudad y de la que se habla fuera y dentro de España. La vertiente museística, disquisiciones aparte, lleva una buena senda, y con la moción institucional que mañana aprobarán todos los grupos municipales, promovida por el grupo socialista, se le hace también un guiño a las letras. La iniciativa quiere reconocer la estancia durante un año del poeta modernista y periodista nicaragüense Rubén Darío en Málaga con su mujer Francisca Sánchez del Pozo. Málaga ya le ha homenajeado con un busto en el Paseo del Parque, justo en el córner que mira hacia el Muelle Uno, así como con la reciente proyección en el Festival de Málaga Cine en Español La princesa Paca, de la novela de Rosa Villacastín y Manuel Francisco Reina, que cuenta la historia de la pareja. Darío y su mujer vivieron primero en Málaga en el desaparecido hotel Alhambra y, más tarde, en la calle Fernando Camino, 9, en La Malagueta se conserva en perfecto estado donde se pondrá una placa conmemorativa de su paso por la ciudad justo ahora en el 150.º aniversario de su nacimiento.
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