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Entrada a las instalaciones de Citesa.
Citesa, una fábrica en el recuerdo de los malagueños

Citesa, una fábrica en el recuerdo de los malagueños

La Compañía Internacional de Telecomunicaciones y Electrónica dio trabajo a miles de personas durante tres décadas

Ángel Escalera

Domingo, 26 de marzo 2017, 00:07

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Una de las fábricas que más huella dejaron en la Málaga de los años sesenta, setenta y ochenta del siglo pasado fue la Compañía Internacional de Telecomunicaciones y Electrónica (Citesa), situada en el paseo de Martiricos. La factoría, cuando comenzó con su actividad, dio empleo directo a 2.400 personas; otras 2.500 se beneficiaron indirectamente de su puesta en marcha. La zona de Martiricos cobró una vida especial gracias a la presencia de Citesa. Cuando la fábrica estuvo a pleno rendimiento, llamaba especialmente la atención ver los cambios de turno, cuando salía un millar de trabajadores y entraba el mismo número para seguir con la producción.

La inauguración de la fábrica se produjo el miércoles 2 de diciembre de 1964. Las banderas situadas en el paseo de Martiricos indicaban que iba a celebrarse un acto importante. Las principales autoridades de la ciudad esperaban la llegada del ministro de Industria, Gregorio López Bravo, que fue recibido por el gobernador civil de la provincia, Ramón Castilla, y el presidente del consejo de administración de Citesa, Manuel Márquez Mira, y uno de los artífices de que la fábrica se crease en Málaga. Citesa estaba asociada a Standard Eléctrica.

Poco antes de las once de la mañana, López Bravo se bajó del coche oficial y se adentró en el nuevo establecimiento. Durante tres décadas, se diseñaron y fabricaron en él aparatos telefónicos que se exportaron por todo el mundo. López Bravo, tras visitar las dependencias, firmó en el libro de oro de la factoría. Sus palabras fueron las siguientes: «Con verdadero placer procedo a esta inauguración. Orgullo de Málaga y de España es, sin duda, Citesa. Mi más cordial felicitación a todos».

Conseguir un puesto de trabajo en la fábrica de los teléfonos fue una aspiración de muchos malagueños, que veían en ello un seguro para garantizarse el futuro. Los aspirantes a lograr un empleo se preparaban concienzudamente para superar las pruebas de selección. A ellas optaron también personas de distintos lugares de Andalucía y de España. A pesar de la amplitud de la plantilla, se crearon fuertes lazos de amistad y de compañerismo entre el personal. Pertenecer a Citesa significaba estar dentro de una empresa solvente y seria.

El primer modelo que salió de las instalaciones del paseo de Martiricos fue el Heraldo, que se fabricó de forma exclusiva para Telefónica. Citesa arrancó con una capacidad de producción de 45.000 teléfonos anuales, aunque en los momentos de mayor auge se alcanzó la cifra de dos millones de aparatos al año. Citesa abasteció de teléfonos a muchos países. Así, en 1965 se enviaron 50.000 aparatos a Japón. Las exportaciones en el mercado asiático no se limitaron a la nación del sol naciente, sino que se extendieron a otros lugares.

Todo ello fue consolidando a Citesa, que ganó un gran prestigio. Y es que además de los pedidos servidos a Asia, también logró hacerse hueco en países europeos como Suecia. Los llamados teléfonos Góndola, muy famosos en su tiempo, empezaron a salir de sus instalaciones en los años setenta. Después se fabricaron los Teide. El nombre de Málaga sonaba por todo el mundo asociado al de Citesa.

En 1987, Alcatel compró la factoría. La empresa reorientó su actividad y empezaron los ajustes de plantilla. Poco a poco, los propietarios fueron reduciendo personal. La situación laboral se enrareció y los trabajadores denunciaron los problemas a los que se enfrentaban. Hubo huelgas y protestas. Telefónica adquirió en 1994 las instalaciones de Alcatel Citesa, que ocupaban 37.000 metros cuadrados, por 1.300 millones de pesetas para utilizarlas como almacenes y oficinas.

Ahora, en los terrenos que ocupó la fábrica, se ha iniciado la excavación de los sótanos de los aparcamientos con que contará la promoción de viviendas de promoción oficial (VPO) prevista ese lugar y que está frenada por la aparición de los restos de una industria de cerámica de la época romana.

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