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Orugas de la procesionaria en una vivienda de Parque Clavero.
La procesionaria hace estragos en Parque Clavero

La procesionaria hace estragos en Parque Clavero

Vecinos de la urbanización Parque Clavero se quejan de la presencia de las orugas en sus casas

José Manuel Alday

Lunes, 6 de marzo 2017, 11:50

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Apesar de que el Ayuntamiento ha actuado en diversas zonas de la ciudad para tratar de contrarrestar la presencia de las orugas de la procesionaria, éstas siguen estando presentes en algunos lugares de la ciudad, como en la urbanización Parque Clavero, donde está afectando a algunas viviendas cuyos inquilinos, niños y adultos, están sufriendo sus consecuencias.

Es el caso del número 73 de la calle Federico Fellini, donde las orugas han hecho su aparición y se han introducido en la vivienda de una familia afectando a varios de sus miembros, según indica Juanjo Ruiz. «Las tenemos en el jardín, han entrado a la casa y mis hijos han sufrido urticarias», dice. Y manifiesta echar en falta una mayor coordinación por parte del Ayuntamiento con la junta de la comunidad de la zona a la hora de afrontar este problema. «Envié una comunicación a Parques y Jardines dando cuenta de la situación pero me dijeron que no era competencia de ellos sino de la comunidad, pero he comprobado que no es así». Por ello sostiene que la inversión realizada por la comunidad, «no ha servido de mucho porque las orugas han llegado a las casas».

Según este ciudadano, hoy lunes está prevista otra actuación de la comunidad para tratar de combatir la presencia de las orugas en las viviendas, actuación que entiende no será efectiva si no va acompañada de una intervención también del Ayuntamiento. La plaga de la procesionaria se produce por la temida oruga que forma grandes bolsas en los pinos y que se desplazan en fila india, de ahí su nombre. El Ayuntamiento viene realizando fumigaciones preventivas en los pinares para evitar la presencia de esta oruga, pues el mes de marzo es precisamente el que suele presentar las condiciones climatológicas adecuadas para que esta especie invasora de los pinos haga acto de presencia, pudiendo afectar a las personas que entren en contacto con los pelos de la oruga, lo que provoca una reacción alérgica con ronchas rojizas y fuerte picor, y cuyas consecuencias para las mascotas pueden ser muy graves.

En el Lagarillo Blanco, el Ayuntamiento intervino días pasados a petición de los vecinos que se quejaban por la presencia de orugas allí.

Señalética: ¿Minimalismo llevado al extremo?

Escribe una ciudadana, Carmen Reyes, que «de acuerdo que a la Málaga pseudo-barroca, le viene bien modernizarse. Están muy bien las líneas que nos ponen en las vanguardias de las artes. Pero el minimalismo hasta cierto punto debe ser práctico». Y dice esto porque afirma que «paso con frecuencia por el Centro Histórico y compruebo cómo los turistas van con el plano en la mano delante del Museo Picasso, y como el letrero es tan pequeño no lo ven».

«Ahora con el Museo de La Aduana, más de lo mismo, parece que quieren que no se note. Comprendo que los técnicos tendrán sus razones, pero la puerta natural del edificio es la explanada a la que dan también Alcazaba y Teatro Romano, formando un conjunto que deja pasmados a los visitantes. Lo he comprobado, los turistas que entran por Pintor Nogales, ven la puerta tan hermosa cerrada y siguen andando».

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