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Imagen tomada sobre las tres de la tarde, en la que se aprecia que el establecimiento no termina de calar.
El mercado 'gourmet' de la Merced no arranca y arrastra a proveedores y trabajadores

El mercado 'gourmet' de la Merced no arranca y arrastra a proveedores y trabajadores

La concesionaria aún acumula facturas de las empresas que montaron el establecimiento, que abrió sus puertas en septiembre de 2015

FRANCISCO JIMÉNEZ / JUAN SOTO

Sábado, 25 de febrero 2017, 00:44

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Estaba llamado a ser el motor que revitalizara la zona, pero de momento anda gripado. El mercado 'gourmet' de la Merced, que abrió sus puertas en septiembre de 2015, no acaba de arrancar dejando tras de sí una cuenta de resultados y un aspecto que nada tienen que ver con las previsiones de la empresa que gestiona el establecimiento en régimen de concesión. El concepto de centro gastronómico, similar al de los mercados de San Miguel en Madrid o el Victoria en Córdoba, no ha calado entre el público malagueño, lo que ha provocado la fuga progresiva de los 23 negocios de hostelería que se instalaron a cambio de un canon de arrendamiento. A día de hoy sólo quedan tres. El último en hacer las maletas ha sido Arequipa, que era el referente gastronómico de la mano del chef Diego Gallegos. Al ejercer de gancho no pagaba alquiler, pero también se ha marchado por los impagos de la promotora.

Todos estos puestos que van quedando libres han sido asumidos por la promotora del mercado, la unión temporal de empresas Ezequiel Blanco-Astigarraga Gosis, que se hizo con los derechos de explotación por un periodo de 20 años a cambio de acometer la remodelación del zoco (valorada en el decreto de adjudicación en 591.119 euros, aunque los costes finales subieron) y de un canon total de 722.478 euros que se comenzará a abonar a partir del décimo año de concesión en cuotas anuales.

La marcha paulatina de los negocios que se instalaron ha cerrado una fuente de ingresos que no ha hecho más que agravar los problemas de liquidez que padece la entidad, que está dejando tras de sí una estela de impagos que afectan a decenas de proveedores y trabajadores, algunos de los cuales ya han llevado el asunto a los tribunales. La primera en hacerlo fue la empresa de recursos humanos que se encargaba de seleccionar al personal. De momento, el Ayuntamiento no ha movido ficha.

Fuentes consultadas por este periódico cifran la deuda acumulada por encima de los dos millones de euros. El arquitecto y uno de los impulsores del proyecto, José Luis Blanco, se niega a ponerle números al débito, pero sí que admite las dificultades económicas. «Estamos atravesando un momento de escasa liquidez porque todo esto ha costado muchísimo dinero. Llevamos gastados cerca de seis millones de euros y resulta difícil recuperar la inversión, pero estamos trabajando para ponerlo todo en orden y cumplir con todos los pagos lo antes posible», asegura Blanco a este periódico.

Unas palabras que le son familiares a los responsables de una empresa de suministros a la que siguen adeudando más de cien mil euros por los trabajos realizados antes de la apertura del negocio. «Al principio sí que pagaban, pero luego nos empezaron a dar pagarés que no nos sirven para nada. Somos una empresa pequeña, así que un agujero de esa magnitud nos está generando problemas muy serios», reconocen estos empresarios, que responsabilizan de la situación a «una mala gestión por parte de unos empresarios sin ningún conocimiento de restauración». En este sentido, cabe reseñar que la concesionaria firmó un convenio con Grupo Lezama, la empresa hostelera cuyo emblema es la Taberna del Alabardero, para que llevara la gestión interna del nuevo zoco aprovechando la experiencia adquirida en el mercado gastronómico de San Miguel. Sin embargo, esta relación duró pocos meses, por lo que la organización también fue asumida por la concesionaria. Este periódico se ha puesto en contacto con representantes de Grupo Lezama, aunque rehúsan hacer valoraciones.

Demandas judiciales

Quien sí que las hace es Miguel Hijano, propietario de la tienda de suministros eléctricos El Calambre, ubicada justo enfrente del mercado. «No hay que ser un experto para saber que el mercado no funciona y que la gestión no está siendo precisamente buena. El problema es que las consecuencias las estamos pagando los que les hemos prestado algún servicio. Se supone que iban a revitalizar la zona, pero el daño que están provocando en muchos negocios es terrible», advierte Hijano, quien asegura haberse «cansado de esperar y de las buenas palabras en las que te garantizan que te van a pagar» y ya ha puesto el asunto en manos de su abogado para que presente la pertinente demanda.

Problemas judiciales con los proveedores y también con los extrabajadores, a los que también les adeudan varias nóminas. Ése es el caso de Miguel Jiménez, un joven que la semana pasada acudió a la Administración laboral a solicitar un acto de conciliación como paso previo a la presentación de una demanda para reclamar los algo más de 2.000 euros que, según afirma, le adeudan. «Estuve cuatro meses y sólo cobré 1.600 euros. Hay tan poca planificación que allí sólo se cobra en función de cómo vaya la semana. Si va bien, pues te pagan 150 euros. Si va mal, pues no cobras», denuncia.

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