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Rafael Porras, Juan de Dios Mellado, Manuel Castillo, Javier González de Lara, Francisco de la Torre, Antonio Pulido, Antonio Pedraza, Teodoro León Gross y José Antonio Carrizosa, antes del inicio de la mesa redonda.
Málaga y Sevilla, tan cerca y a la vez tan lejos

Málaga y Sevilla, tan cerca y a la vez tan lejos

El eje Málaga-Sevilla aspira a derribar el muro de los recelos y fomentar la colaboración entre ambas provincias para liderar el desarrollo de Andalucía

Francisco Jiménez

Miércoles, 22 de febrero 2017, 00:28

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205 kilómetros separan la orilla de la Farola de Málaga de la de la de la Torre del Oro a los pies del Guadalquivir. Son dos horas por carretera y apenas unos minutos menos si se opta por el tren, que primero tiene que hacer parada en Córdoba, pero la mayor distancia entre ambas ciudades se ha forjado durante décadas de enfrentamientos, rivalidades y recelos. Un desierto que el bautizado eje Málaga-Sevilla aspira a eliminar, o al menos acortar, poniendo en valor las potencialidades que ofrecen ambas provincias para tirar del carro de Andalucía. Los números les avalan, puesto que entre las dos aportan el 45% del Producto Interior Bruto (PIB) de la región, la mitad de las empresas y la mitad del empleo que se genera. La sociedad civil lleva ya varios años moviéndose en esta dirección a través de Civisur, un lobby formado por empresarios y profesionales de ambas provincias que se han unido para desarrollar proyectos comunes y promover una alianza que lidere el desarrollo de Andalucía. Los alcaldes de ambas capitales, el popular Francisco de la Torre y el socialista Juan Espadas, cogieron el guante olvidándose de las siglas políticas y propiciando iniciativas comunes que de momento se han centrado en el turismo y en el campo de la innovación.

Pero llegados a este punto, ¿tiene posibilidades reales de prosperar esta iniciativa? Sobre esta cuestión versó el debate Desde las dos orillas. Afinidades y desencuentros, organizado por la Fundación Manuel Alcántara con la colaboración de la Fundación Cajasol y que se desarrolló en dos mesas redondas desde el punto de vista periodístico (primero participaron los directores de medios de comunicación y luego, columnistas). La conclusión a la que llegaron es que tiene que ser la propia sociedad civil la que abandere esta alianza como ya se viene haciendo de manera incipiente desde el ámbito empresarial, cultural y tecnológico pero con el acompañamiento necesario de las administraciones públicas a la hora de mejorar las comunicaciones tanto por carretera como a través de la alta velocidad y con políticas que fomenten esa cohesión.

La unión hace la fuerza

Trabajar en común, pero sin verse obligados a renunciar a seguir avanzando también por separado. O como remarcó el alcalde de Málaga antes de dar paso a las mesas redondas, «competir como ciudad no está reñido con la colaboración». «Ya empezamos a sacarle partido a estas sinergias, pero aún quedan muchas cosas por hacer, aunque para ello es fundamental que entendamos que lo que es bueno para Málaga también es bueno para Sevilla y viceversa. Cuando esa idea cale ganaremos esa batalla», afirmaba Francisco de la Torre, quien no dejó escapar la ocasión para reclamar «una postura ecuánime y justa desde el ámbito autonómico». También asistió al encuentro el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), el malagueño Javier González de Lara, quien ahondó en el mensaje de que «la unión hace la fuerza» remarcando la necesidad de que esta iniciativa del eje Málaga-Sevilla se materialice en «propuestas concretas».

Sobre esa importancia de darle cuerpo a esa colaboración entre ambas orillas también se habló en la mesa redonda en la que participaron los directores de SUR (Manuel Castillo), ABC de Sevilla (Álvaro Ybarra), Diario de Sevilla (José Antonio Carrizosa) y La Opinión de Málaga (Juan de Dios Mellado), moderados por Rafael Porras, de El Mundo Andalucía. En su intervención, Castillo incidió en que «la colaboración está ya en el gen de la sociedad actual, por lo que sería absurdo que las ciudades no compartieran proyectos», pero subrayando que esa colaboración «no es incompatible con la defensa de lo local ni con levantar la voz si a uno le están tratando peor». Para Carrizosa, que no ocultó sus dudas sobre el futuro de esta alianza, el germen del agravio está «en el fracaso de la vertebración de Andalucía, que ha ahondado en las rivalidades y ha tenido un coste altísimo». Más optimista se mostraba Ybarra, quien definió el eje como «una oportunidad de sumar para poder ser competitivos en una economía global». En este sentido, Mellado consideró ya un logro que por lo pronto se esté planteando este eje, «algo impensable hace tan solo unos años».

El peso que los localismos históricos puede tener a la hora de calibrar el futuro de esta alianza en ciernes acaparó la charla que mantuvieron los columnistas Antonio Soler (SUR), José Manuel Atencia (Málaga Hoy), Alberto García Reyes (ABC de Sevilla) y Javier Caraballo (El Confidencial) bajo la batuta de Teodoro León Gross. Los ponentes coincidieron en la necesidad de que cada territorio defienda sus intereses, pero no para competir porque entre Málaga y Sevilla, o entre Sevilla y Málaga, son más los puntos de convergencia que las cuestiones que las separan, por muchos kilómetros de asfalto que haya de por medio.

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