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Jesús Hinojosa
Martes, 21 de febrero 2017, 01:23
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Años 1989, 2012, 2016, 2017... Los episodios de precipitaciones torrenciales se suceden cada vez con una mayor frecuencia en Málaga y los perjuicios que generan se repiten con las mismas características y en los mismos lugares, sin que por parte de las administraciones públicas se adopten las medidas necesarias para procurar evitarlos. La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, en la que residen las competencias en materia hidráulica y de prevención de inundaciones, reconoce que los llamados periodos de retorno con los que se miden las posibilidades de que se produzcan avenidas son cada vez más cortos en la caso de la capital.
«Dentro de 20 años pasará lo mismo y en la misma zona», asegura Fernando Ferragut, subdirector general de Dominio Público Hidráulico y Calidad de las Aguas en la Demarcación de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas, es decir, una de las voces más autorizadas en materia de aguas en Málaga. Para este experto, las medidas para evitar que una tromba como la caída en la madrugada del pasado domingo sobre la capital provoque destrozos y ponga en riesgo la vida de las personas están definidas y estudiadas desde hace años. Sigue faltando la voluntad política para financiarlas y acometerlas.
A su juicio, constituye un importante riesgo que las aguas de lluvia tengan que compartir canalizaciones con las residuales del saneamiento en una gran parte de la ciudad, porque todavía no están separadas por tuberías diferentes. «En una ciudad en ladera como Málaga, eso es una temeridad», señaló Ferragut.
Su preocupación es compartida por el Ayuntamiento que, según anunció ayer el alcalde, Francisco de la Torre, tiene preparados más de una veintena de proyectos para mejorar el drenaje del agua de la lluvia y darle salida de manera independiente del saneamiento de las residuales. Se trata de actuaciones que están pendientes desde hace décadas y que todavía no han empezado a ejecutarse pese a las devastadoras consecuencias de estos temporales en algunos lugares, como se pudo comprobar el pasado domingo en la zona este de la ciudad. De la Torre las cuantificó entre 25 y 40 millones de euros y apuntó la posibilidad de financiarlas mediante fondos europeos o con la mitad del canon de depuración que la Junta recauda en Málaga.
No obstante, la solución no está solo en la separación de las aguas residuales y las pluviales. Para Fernando Ferragut, otra medida clave es la reforestación de las cuencas para evitar que los arroyos se vean inundados por materiales de acarreo que disminuyen su capacidad de desagüe. «Los montes están deforestados, y eso es muy perjudicial. Lo que ha ocurrido este domingo ha sido un lavado del terreno, los arroyos no se han desbordado, pero se han visto invadidos por materiales y residuos depositados aguas arriba», explicó. Asimismo, este responsable de la Junta llamó la atención sobre la invasión del dominio público de los arroyos que ha realizado la presión urbanística, especialmente en la zona este de Málaga. «Hay casas que han invadido suelo de los arroyos, y las urbanizaciones que se ponen en marcha están deforestando la zona», dijo.
En el ámbito de las posibles soluciones para prevenir inundaciones en Málaga, parece que cada administración pública hace la guerra por su lado, o planifica determinados proyectos sin buscar antes el consenso técnico. El alcalde anunció ayer que las medidas que el Ayuntamiento ha diseñado para mejorar la capacidad de evacuación del agua de lluvia pasan por dirigirla hacia los cauces de los arroyos y delGuadalmedina para que «regrese a sus cauces normales o naturales». Sin embargo, el responsable de aguas de la Junta para las cuencas malagueñas se mostró contrariado ante esta tesis por lo que puede suponer de incremento de los niveles de agua que tendrían que soportar determinados arroyos, a los que, además, llegaría un líquido elemento contaminado. Por ello, se mostró más partidario de otras opciones como la creación de tanques de tormenta que recogen l agua de la lluvia y la van depurando y laminando.
Por su parte, Francisco de la Torre criticó que «se evaporó» el convenio para mejorar arroyos que pactó con la extinta Confederación Hidrográfica del Sur cuando sus competencias pasaron a la Junta.
Por otra parte, la falta de mantenimiento de los cauces y de la red de alcantarillado es otro elemento a tener en cuenta en relación a la prevención de inundaciones, y también un frente de discusión entre la Junta y el Ayuntamiento, que incluso han tenido que dirimir en los tribunales sus diferencias en esta materia. A juicio del Gobierno andaluz, en ocasiones es positivo que exista vegetación en los cauces porque eso sirve para fijar el lecho de los ríos y arroyos.
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