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Los Baños del Carmen vuelven a sufrir el azote del temporal sin soluciones a la vista

Los Baños del Carmen vuelven a sufrir el azote del temporal sin soluciones a la vista

Los concesionarios volverán a asumir los arreglos en solitario ante el retraso de los espigones previstos por Costas

Ignacio Lillo

Domingo, 19 de febrero 2017, 11:23

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En lo ocurrido ayer en el Balneario de los Baños del Carmen confluyen dos circunstancias. Una, imponderable: un aluvión de granizo tal que arrasó con todas las cubiertas e instalaciones exteriores. Pero hay una segunda que, de nuevo, es fruto de la desidia institucional. En este punto, a la tromba que vino del cielo se unió el temporal que llegó por mar, y lo peor en este sentido está todavía por llegar entre hoy y mañana, cuando se esperan olas de hasta cuatro metros.

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Los concesionarios tendrán que volver a asumir los arreglos de la terraza en solitario, ante el retraso de los espigones defensivos previstos por la Dirección General de Costas. De éstos, el único que se puede acometer a medio plazo es el que está vinculado al proyecto para regenerar y ampliar la playa cercana, que por fortuna fue desgajado del Plan Especial por el actual equipo de la Demarcación de Costas, para tratar de acelerarlo. El resto de defensas están condicionadas a que se solucione la situación legal de la concesión, que el conflicto abierto entre los privados y la Consejería de MedioAmbiente de la Junta mantiene en un largo proceso Contencioso-Administrativo.

Sobre lo ocurrido ayer de madrugada, la suerte quiso que el concierto de la Free Sould Band celebrado en el balneario terminara justo cuando empezaba a llover, por lo que la mayoría de los asistentes se fueron. Pero entre los que se quedaron se vivieron escenas de miedo. Gerardo Lumbreras y José Luis Ramos, dos de los socios de la empresa concesionaria, relata cómo los clientes se refugiaron en el interior del restaurante. «Cuando empezó a llover con esa fuerza no se podía salir. Entraba agua por todas partes y la gente lo pasó mal, se tuvieron que secar con los manteles», describen. Afortunadamente, el edificio tiene varias puertas y la evacuación se hizo sin que nadie resultara herido.

Las playas amanecen cubiertas de granizo. Por I. Lillo

  • A nivel meteorológico, la tormenta dejó también la curiosa estampa de ver las playas de La Caleta y Pedregalejo con la arena cubierta por una capa gruesa de granizo blanco, que se mantuvo incluso bien entrada la mañana. Esta fue una de las imágenes más captadas y repetidas por los malagueños en las redes sociales, por lo insólito de este episodio en la capital.

El enclave ha sufrido daños muy graves: «El granizo ha hecho un destrozo terrible, se ha acumulado en los cañizos y ese peso ha hecho que se caigan las estructuras metálicas que lo soportan sobre la terraza». También la carpa exterior se ha hundido. «Los desagües estaban llenos de pedrisco, se han inundado todas las instalaciones y ahora para colmo las olas están entrando; todavía hay granizo acumulado en el suelo», añaden, en referencia a la situación que se vivía a mediodía.

«Una ola me ha pasado por encima del coche y se ha parado». El empresario y exconcejal José Luis Ramos vivió una segunda aventura el domingo de madrugada, cuando se quedó atrapado en una balsa de agua en Pedregalejo. «No podía ni abrir las puertas, me quedé encerrado. He pasado miedo». Relata que toda el agua que bajaba de Cerrado de Calderón fue a parar a los Baños del Carmen y la zona de Bolivia, donde el vivero del Morlaco también quedó muy tocado. En cuanto a su negocio, comenta: «Es un destrozo enorme, se lo ha llevado todo, está todo el mundo trabajando para volver a sacarlo a flote». La empresa reclamará al seguro y al Consorcio, y espera la declaración de zona catastrófica porque los daños son muy cuantiosos. Aunque ayer estuvo cerrado para hacer arreglos, hoy pretenden volver a abrir sus puertas.

Algunos de los asistentes al concierto de la Free Sould Band denunciaron que desde la organización «nadie se hizo cargo de la situación de emergencia» que se produjo cuando la tromba de agua empezó a afectar con virulencia al balneario.

«La banda no paró de tocar en ningún momento ni siquiera cuando se cayó la parte delantera del balneario. La gente que asistía al concierto, entre ellos personas de más de sesenta años, se empezó a preocupar y querían salir, pero los guardiasde seguridad no nos dejaron hacerlo por la puerta principal sino por una secundaria donde había mucho barro y un torrente de agua, por lo que nos dijeron que esperaramos. Se creó un embudo mientras el agua seguía entrando y nos llegó hasta los tobillos. Fue un caos», relató una de las asistentes, que prefirió mantener el anonimato.

En ese angustioso escenario, «un guardia de seguridad nos dijo que abría la puerta y nos buscáramos la vida, aquello fue una estampida», añadió uno de los asistentes. «Fueron dos horas de auténtico infierno en el que hubo momentos en que nos sentimos abandonados porque nos dimos cuenta que no había ningún plan de emergencia. Sentí mucha impotencia», agregó este asistente que tampoco quiso dar su nombre.

Ambos coincidieron en relatar que una vez que abandonaron el edificio del balneario y buscaron la salida, se volvieron a vivir momentos de angustia ya que el granizo y la lluvia caída provocaron resbalones y caídas de parte de los asistentes que iban a por sus vehículos y que, posteriormente, también padecieron las dificultades del tráfico que la tromba de agua provocó en la zona este de la capital.

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