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Abel García muestra el espray con el que roció al pizzero.
Todo vale por conseguir más visitas en YouTube

Todo vale por conseguir más visitas en YouTube

Algunos usuarios de la popular red de vídeos comienzan a abusar de las bromas pesadas para sumar tráfico e ingresos. La última polémica: el cuestionado vídeo del malagueño Abel García, en el que rocía con gas pimienta a un pizzero

Ángel de los Ríos

Miércoles, 15 de febrero 2017, 00:52

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Mientras aún resuena el eco del célebre tortazo al «caranchoa» y se digiere la pesada broma de las galletas con pasta de dientes, siguen los incendios en Youtube. El último, en Málaga. Abel García, un conocido youtuber que abusa de «bromas y retos», llenaba ayer titulares con su Se la lío parda al repartidor de pizza, un vídeo que en una semana ha alcanzado 35.000 visualizaciones, pero que ha conseguido muchísima viralidad en otras plataformas como Facebook, levantando también mucha polvareda.

Abel García muestra cómo supuestamente echó un espray de pimienta sobre los ojos de un repartidor de pizza que le llevó un pedido a su casa. Tras llamar a su puerta, le entrega el pedido y el cliente le pide que espere en la puerta. Tras llevársela, vuelve para rociarle directamente en los ojos. Dominos Pizza, la franquicia que se intuye en el vídeo, afirma que todo es un montaje.

Mientras la Policía investiga si hay delito en el vídeo, para determinar si se trató de una acción real, el protagonista juega a ser ambiguo: «Esta noticia sólo despierta envidia porque mañana puedo ganar 25.000 euros con todo esto».

Todo, a costa de críticas y hasta amenazas contra su integridad física en sitios como Forocoches y en su propio canal de Youtube. La verdadera pregunta es: ¿Qué líneas está dispuesto a rebasar un youtuber por la fama? Una fama que se traduce en dinero, dinero fácil. La receta es sencilla: una broma (verdadera o no), cuanto más pesada mejor, una víctima y una cámara. Luego sólo es cuestión de viralizarlo.

En El Palo no olvidan el susto del pasado mes de diciembre, cuando una lancha cargada de fardos llegaba a la orilla. Los tripulantes, ocultos bajo pasamontañas, lanzando bultos a porteadores que esperaban la mercancía armados con fusiles de asalto Kalashnikov. Pero resultó ser un conocido youtuber francés y sus colaboradores escenificando un desembarco de hachís a plena luz del día. Tras un despliegue policial, acabaron en Comisaría.

Este todo por la fama también tiene su precio. La Fiscalía pide ahora 3 años de prisión y 45.000 euros para el agresor de la Diagonal. ««Un momento. Tres, dos, uno...». Febrero de 2015. Mario García, de 26 años, se preparaba para propinar una patada salvaje por la espalda a la barcelonesa G. N. S., haciéndola caer al suelo y provocándole diversas lesiones. La escena la grabó un amigo que la viralizó en Youtube. Pensarían que no, pero la Policía les acabaría encontrando.

Estas bromas, pranks en el argot youtuber, han perdido la gracia. Pese a todo, una búsqueda devuelve 5,5 millones de resultados sólo en español y 31 millones en inglés. Reset, un joven de 19 años, está ahora en boca de todos por su última ocurrencia: dar galletas con pasta de dientes en su interior a un indigente. Le ha valido una imputación por delitos de odio y discriminación del que su millón de seguidores no van a poder salvarlo. La Policía recuerda que estos vídeos no deben difundirse sino denunciarse ante la plataforma o el propio Cuerpo.

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