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Los terrenos albergarán viviendas, colegios y superficie comercial.
El suelo que ocupó la fábrica  de Amoniaco acogerá un barrio de tres mil vecinos

El suelo que ocupó la fábrica de Amoniaco acogerá un barrio de tres mil vecinos

El desarrollo de este sector, que albergará 1.420 pisos, está supeditado a la descontaminación previa de los terrenos

Jesús Hinojosa

Sábado, 4 de febrero 2017, 00:28

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Justo cuando el sector inmobiliario comienza a dar síntomas ciertos de recuperación, todavía lenta, los propietarios de los terrenos que ocupó la fábrica de Amoniaco, la finca conocida como Cortijo Merino, junto a la avenida de Ortega y Gasset, empiezan a andar el camino que conducirá a la urbanización de estos suelos, tal y como está contemplada en el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU). Estos privados, en concreto la sociedad Reina Marín, han presentado ante la Gerencia Municipal de Urbanismo el documento del plan de ordenación del sector, que abarca 259.435 metros cuadrados, para su aprobación, lo que dará pie a los posteriores trámites de reparcelación y urbanización.

Según este plan, dirigido por el arquitecto Antonio Fernández Bordes, el futuro de este vacío urbano que dejó la desaparición de la antigua fábrica de Amonesa será ocupado por un nuevo barrio de 1.420 viviendas de las que 639 serán de protección oficial. En su configuración destacan, además de las parcelas para uso educativo, social y deportivo, un gran parque central de 13.770 metros cuadrados en paralelo a la avenida de Ortega y Gasset o antigua carretera de Cártama y, también junto a esta, una pastilla para albergar una gran superficie comercial de 11.450 metros cuadrados construidos.

La ordenación para el ámbito de Cortijo Merino prevé que la zona dé cabida a 3.408 vecinos cuando esté totalmente desarrollada. No obstante, ello dependerá, en primer lugar, de la tramitación de este plan urbanístico -que deberá someterse a los informes de otras administraciones públicas una vez que sea aprobado por el Ayuntamiento- y de las labores para descontaminar los suelos, que todavía están por ejecutar. Un estudio encargado por los propietarios de los terrenos las ha cuantificado 2,7 millones de euros y, según se señala en el plan, corresponde al Ayuntamiento abrir el expediente para determinar la declaración del suelo como contaminado y concretar quién sufraga los costes de su descontaminación. Inicialmente, la Junta atribuyó esos costes a Fertiberia, pero esta compañía recurrió y la Administración andaluza le eximió de este deber. Los promotores de la zona también tendrán que correr con los gastos del tratamiento que el Gobierno andaluz determine para un arroyo que la bordea por el este y la separa de la zona de la barriada de San Carlos, e igualmente deberán sufragar la construcción de una amplia avenida con dos carriles por sentido, separados por una mediana, que cruzará el nuevo barrio de norte a sur, partiendo desde la confluencia de la avenida de Ortega y Gasset con la carretera de la Azucarera-Intelhorce.

La realización de estas y otras actuaciones antes de empezar la construcción de los diferentes edificios previstos en la zona, distribuidos en un total de 18 manzanas -con una altura media de planta baja más cinco-, eleva los costes de urbanización a 15 millones de euros, lo que, según el plan de ordenación presentado ante Urbanismo, implica un «sobreexceso grave» en la repercusión de los costes de infraestructuras por vivienda «que perjudica enormemente la competitividad del desarrollo urbano del sector» en relación a otros similares.

Impulso decidido

Con todo, el primer paso para que pueda pasar de los planos a la realidad está dado con este plan inicial, que también incluye un completo estudio de tráfico en el que se recoge la necesidad de que el Ayuntamiento complete el desdoblamiento de la avenida de Ortega y Gasset que aún está sin terminar. Según señalaron fuentes cercanas al proyecto, sus promotores están dispuestos a sacarlo adelante y a correr con los gastos necesarios para que su desarrollo no se demore en exceso, aprovechando que el negocio de la construcción comienza a repuntar tras la crisis.

El plan para poner en marcha la urbanización de los suelos sobre los que se alzó la fábrica de Amoniaco prevé su desarrollo en cuatro etapas diferenciadas a lo largo de los próximos años. La primera de ellas abarca las construcciones más próximas a la avenida de Ortega y Gasset, entre ellas la gran superficie comercial planteada. Para esta primera etapa se prevé la construcción de cinco edificios de viviendas que suman 560 pisos de los que 190 serán de renta libre 370 de protección oficial. Igualmente, la primera fase del proyecto abarca un edificio de equipamiento, 2.534 metros cuadrados de áreas libres y 532 plazas de aparcamiento en superficie.

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