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El entorno de la plaza de la Merced es una de las zonas afectadas.
Los vecinos temen que las limitaciones para los bares en el Centro se queden cortas

Los vecinos temen que las limitaciones para los bares en el Centro se queden cortas

Medio Ambiente se reúne con los residentes y les adelanta que las restricciones horarias se debatirán en una posterior mesa de trabajo

Juan Soto

Jueves, 26 de enero 2017, 00:40

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Los vecinos del Centro no creen que la futura declaración de zonas acústicas saturadas que prepara el Ayuntamiento vaya a resolver sus problemas de ruidos y falta de descanso. Tras reunirse ayer con los responsables del área de Medio Ambiente y conocer de primera mano el borrador que ha preparado el Consistorio para reducir la contaminación acústica en el entorno, los residentes lamentaron que el documento no detalla ninguna limitación horaria para los bares, ya que estas se debatirán en una mesa de trabajo en la que deberán estar todas las partes implicadas.

El secretario de la asociación de vecinos del Centro Antiguo, Óscar Agudo, lamentó que el Ayuntamiento no entre de lleno a regular «la principal patata caliente» que hay en el entorno como son los horarios de los negocios, ya que plantea la creación de una mesa de trabajo en la que estarían presentes todos los actores «y que sólo servirá para echarnos a pelear con los hosteleros, cuando es el Ayuntamiento quien debe establecer la regulación».

Las medidas que plantea el área de Medio Ambiente en un primer borrador pasan por establecer una moratoria en la apertura de nuevos negocios en el entorno de la plaza de la Merced y la calle Madre de Dios y en la zona de la plaza Uncibay y plaza Mitjana, fundamentalmente. También plantea que las salas de fiesta y discotecas sólo se puedan instalar en edificios no residenciales e intensificar los controles policiales en horario nocturno.

En cuanto a la limitación de nuevas autorizaciones, Agudo recuerda que eso ya lo plantearon ellos hace un año, por lo que cuando realmente se haga efectivo no tendrá ningún efecto práctico porque ya no quedan locales disponibles para nuevos negocios. «Si se hubiera actuado cuando lo solicitamos, habría surtido efecto, pero ahora apenas tendrá incidencia», lamenta.

Pese a todo destaca que este borrador es un primer paso que da el Ayuntamiento para reconocer el problema que llevan sufriendo desde hace décadas. Ahora adelanta redactarán las alegaciones que consideren oportunas y las entregarán en el área para que sean tenidas en cuenta. «La reunión ha sido una primera toma de contacto porque hay voluntad para mejorar, pero el Ayuntamiento debe definir aún más las medidas que se pretenden tomar», avanzó.

A la reunión también acudieron los responsables de la asociación de vecinos El Romeral contra el Ruido, que mostraron su satisfacción porque «parece que la cosa se va encauzando». Su presidenta, Virginia Martín, consideró positivo que el Ayuntamiento quiera conocer su opinión antes de limitar los horarios de los negocios y las terrazas y confía en que se llegue a un punto de acuerdo. «Sino deberán actuar de forma salomónica», apuntó. Igualmente destacó que «ya se reconoce el problema y no es que los vecinos digan una cosa y los hosteleros otra».

En su caso demanda que las actuaciones se pongan en marcha en todas las calles al mismo tiempo, y no de forma gradual como está previsto, «porque eso sólo derivaría todos los problemas de unas calles hacia otras».

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