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La unidad intercentros de cirugía general y digestiva fue la primera que solicitó su separación, que fue concedida por el SAS.
La fusión de servicios de los hospitales Regional Carlos Haya y Clínico se desvanece

La fusión de servicios de los hospitales Regional Carlos Haya y Clínico se desvanece

La mitad de los que se unieron ya están separados tras pedir sus profesionales al SAS volver a funcionar de forma independiente

Ángel Escalera

Sábado, 21 de enero 2017, 01:13

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La creación de unidades intercentros tras la fusión de servicios de los hospitales Regional Carlos Haya y Clínico Universitario es la historia de un fracaso anunciado. Las voces críticas que se alzaron cuando el SAS dio luz verde, hace casi cinco años, a lo que llamó «convergencia voluntaria» acertaron. La realidad ha demostrado que ese sistema no ha dado los frutos esperados. La mitad de las 17 unidades intercentros que se crearon, lo que representó un 40 por ciento de las 42 posibles, ya se han separado y desarrollan su trabajo de forma independiente. Eso ha supuesto volver a la situación anterior y a que haya una unidad de gestión clínica en Carlos Haya y otra en el Clínico.

Eso ha sucedido ya en el caso de las áreas de cirugía general y digestiva, dermatología, enfermedades infecciosas, bloque quirúrgico, neurociencias, oftalmología, urología, y oncología integral (oncología médica y oncología radioterápica se separaron, aunque la primera sigue como unidad intercentros y la segunda está, a su vez, dividida en dos servicios, uno en Carlos Haya y otro en el Clínico), explicaron a este periódico fuentes del SAS. De las que aún permanecen unidas, no se descartan nuevas escisiones. La próxima que podría tomar el camino de la separación es la unidad de endocrinología y nutrición.

Las que prosiguen como unidades intercentros son las de anatomía patológica y laboratorio (ambas son de ámbito provincial), angiología, farmacia, medicina interna, nefrología, neonatología, oncología médica y endocrinología (en esta, como se ha dicho, ya hay profesionales que abogan por separarse).

«Las unidades intercentro han sido un fracaso absoluto, estrepitoso», afirmaron profesionales consultados por SUR. «La medida, aunque tenía partes positivas, no ha fructificado. A la hora de la verdad, las expectativas creadas por el SAS no se han cumplido. Para trabajar a disgusto y con tensiones, lo mejor es que cada hospital cuente con su propia unidad y se funcione de modo independiente», recalcaron.

A ese respecto, añadieron que, en la práctica, ha habido unidades intercentros que, pese a estar oficialmente unidas, han ejercido su labor como si no se hubiesen fusionado, es decir, los profesionales de Carlos Haya trabajaban por un lado y los del Clínico por otro, sobre todo en el periodo anterior a recibir la autorización del SAS para escindirse.

La llamada «convergencia voluntaria» fue entendida desde un primer momento como una imposición en toda regla que iba a traer consigo una pérdida de autonomía para unos servicios en beneficio de otros. Casi siempre que se han unido dos servicios de una especialidad determinada, y se ha constituido una unidad de gestión clínica intercentros, ha habido la percepción de que uno ha colonizado al otro, un hecho que ha suscitado suspicacias y ha aumentado los recelos entre los profesionales adscritos a esas unidades.

Luz verde en todos los casos

El proceso para lograr la división de una unidad intercentro comienza con la petición de los profesionales, que deben solicitar la separación al gerente del hospital. Este, seguidamente, remite esa propuesta a los Servicios Centrales del SAS, que estudian la petición y deciden si se acepta o no. Hasta el momento, todas las solicitudes han recibido luz verde y, una vez firmadas por el gerente del SAS, José Manuel Aranda, se ha procedido a la separación.

El visto bueno dado por el SAS es lógico, ya que el consejero de Salud, Aquilino Alonso, dejó claro que no se iría contra natura y manifestó que

la posibilidad de desunir servicios de Carlos Haya y del Clínico entraba dentro de los planes de la consejería. «Si vemos que algo no funciona, intentaremos que se corrija y, si al final, se comprueba que no hay solución, no haremos nada contra natura y, sobre todo, no llevaremos a cabo cosas que empeoren los resultados que teníamos previamente», declaró Alonso hace un año cuando llegaron hasta Salud las primeras peticiones de separación de unidades intercentros malagueñas.

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