Borrar
El cadáver de Steven Allford fue encontrado en octubre en un banco junto al apeadero de Renfe
Un ciudadano finlandés grabó a unos indigentes vejando al mendigo que apareció muerto en el aeropuerto de Málaga

Un ciudadano finlandés grabó a unos indigentes vejando al mendigo que apareció muerto en el aeropuerto de Málaga

El vídeo se subió a Facebook, pero se borró en seguida. En él se apreciaba que aún estaba vivo cuando empezaron a mofarse de él y ha permitido identificar a otros cuatro sospechosos

Juan Cano

Lunes, 16 de enero 2017, 00:41

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Steven aún estaba vivo. En el vídeo, se le observa tumbado boca abajo sobre un banco del aeropuerto de Málaga, la misma posición en la que horas más tarde un vigilante de seguridad lo encontraría muerto, atado a los reposabrazos con unas bridas de plástico, junto al apeadero del Cercanías de Renfe. Pero mueve levemente la cabeza. A su alrededor, hay un grupo de personas, también indigentes, mofándose de él.

Las imágenes fueron subidas a Facebook durante unas horas y compartidas por un usuario finlandés, que las retiró al poco tiempo. Pero estuvieron colgadas en la red lo suficiente para que la policía las localizara y pudiera descargárselas. El vídeo, que ha sido clave para la investigación, ha permitido identificar a otros cuatro hombres que pudieron participar en las vejaciones y contribuir a la muerte del indigente inglés, que falleció ahogado por su propio vómito el pasado 21 de octubre junto al apeadero del Cercanías de Renfe en el aeropuerto. Tenía 51 años.

Los investigadores del Grupo de Homicidios detuvieron en octubre a Kimmo T. N., un finlandés de la misma edad que la víctima y que compartía con él la vida al raso, pero no han conseguido localizar por ahora a los otros cuatro sospechosos, que ya no paran por el aeropuerto. La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Málaga envió a prisión por homicidio imprudente a Kimmo, donde aún continúa, y ha dictado una orden de busca y captura internacional contra los demás indigentes identificados en las imágenes. Interpol ya ha dado difusión a la requisitoria contra los fugitivos, dos de ellos de Reino Unido y los otros dos, finlandeses.

La investigación por un posible delito de homicidio imprudente se apoya en la presencia de dos bridas de plástico que Steven tenía en una muñeca y en un tobillo, y que lo sujetaban al banco donde se halló su cadáver. La autopsia, realizada por dos médicos forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga, fue concluyente sobre la causa del óbito: la víctima, que desprendía un fuerte olor a alcohol, murió por asfixia provocada por el vómito. La incógnita que las pesquisas tratan de despejar es qué papel tuvieron las bridas y si estas le impidieron girarse para evitar que se atragantara.

Steven no sólo fue inmovilizado en tal estado de embriaguez que le impidió luchar por su vida, sino que además fue víctima de vejaciones o, como mínimo, de la profanación de su cadáver, dependiendo de si aún respiraba cuando le colocaron dos lonchas de jamón sobre los glúteos y le metieron los genitales dentro de una lata de atún. Los pantalones bajados hasta las rodillas hicieron pensar en una posible agresión sexual, aunque no se encontraron evidencias de ello en la autopsia, que sigue pendiente de los estudios toxicológicos e histopatológicos (examen al microscopio de los órganos), complementarios al examen forense. Al menos, el vídeo subido a Facebook, que se ha convertido en pieza fundamental del caso, prueba claramente que Steven estaba vivo cuando el grupo empezó a mofarse de él.

Una pelea por la comida

La otra pregunta que queda por responder es por qué. Una de las hipótesis que se maneja en la investigación apunta a una pelea por comida. Tras el hallazgo del cadáver, los agentes interrogaron durante días a todos los indigentes que paraban por el aeropuerto y varios de ellos, que aseguraron conocer a Steven, coincidieron en que solía coger comida y bebida de los demás, pero que después no compartía la suya. Especialmente la bebida. El británico sufría brotes de esquizofrenia, de la que estaba en tratamiento y que mezclaba con el alcoholismo.

Steven tenía varias reseñas en su historial delictivo que le habían llevado varias veces a estar entre rejas. La última, por homicidio imprudente, en Francia. Salió de prisión el pasado agosto y volvió a Inglaterra. Unas semanas después, cogió un avión a España y acabó en Málaga. Sólo llevaba unas semanas durmiendo en el aeropuerto cuando el vigilante encontró su cadáver.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios