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El nuevo boom del tropical

El nuevo boom del tropical

Los grandes viveristas malagueños cuentan con listas de espera de entre uno y dos años para poder servir los plantones

Agustín Peláez

Domingo, 18 de diciembre 2016, 01:49

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Si dispone de un pequeño jardín o un huerto en el que quiere sembrar varios árboles de mangos o aguacates, es muy probable que no tenga ningún problema y pueda adquirirlos en cualquier vivero. Lo podrá hacer incluso en los viveros ornamentales, aunque a un precio quizá superior al de los viveristas especializados. Sin embargo, si usted es un agricultor que está pensando en renovar su explotación o transformar su finca para dedicarla a la producción de frutas tropicales, hágase a la idea de que no podrá hacerlo de hoy para mañana. Échele paciencia.

En el mejor de los casos tendrá que esperar como mínimo un año para conseguir plantones. Y dependiendo del vivero al que se dirija hasta dos años si lo que quiere son plantas de aguacates clonales.

¿Pero cómo es posible que haya listas de espera para comprar árboles para plantar? Esta situación, aunque pueda parecer extraña, no es nueva. De hecho, hace ya casi dos años que los viveristas no dan abasto para poder atender pedidos.

La demanda de plantas no deja de crecer. Ello además no es algo exclusivo de Málaga. El interés se extiende también por otras provincias andaluzas y españolas. Incluso hay pedidos de plantas de países del entorno como Portugal, Líbano o Marruecos, entre otros, que también están apostando por los cultivos tropicales atraídos por el crecimiento de los mercados, los buenos precios de la fruta, la productividad y la proximidad a Europa. Nuestra cercanía al mercado europeo permite al sector ofrecer fruta madurada en el propio árbol. Es la gran ventaja competitiva del subtropical malagueño frente a la fruta importada.

La provincia lleva ya casi 50 años apostando por el tropical, por lo que respecta al aguacate, y algo menos con el mango. Málaga y Granada son las dos principales provincias productoras de frutas tropicales, lo que convierte a Andalucía en la única zona productora de Europa dentro del continente europeo. Los viveros se han hecho de un gran prestigio en el sector, de ahí que los productores, españoles y extranjeros, no duden en acudir a Málaga para comprar las plantas de estos cultivos tropicales.

Desde hace unos años a esta parte, el interés de los agricultores se está centrando sobre todo en el mango. Aunque Málaga produce el 95 por ciento de los mangos de Andalucía, el cultivo se está extendiendo por la costa granadina, y más recientemente por Huelva, Murcia y Valencia, donde el cambio climático está elevando las temperaturas. Este fenómeno se está dando también en la provincia, lo que está llevando a muchos productores a apostar por la producción de esta fruta en lugares antes impensables. En Málaga, además, cada vez son más los inversores interesados en introducirse en el negocio del tropical. Ello está propiciando que fincas que durante años han estado abandonadas estén siendo transformadas. Basta con darse un paseo por comarcas como la Axarquía para ver cómo montes que hace sólo unos meses eran suelo agrícola abandonado, ahora son superficies en transformación o están repletas de árboles de mango, que exigen menos agua que el aguacate y que se adaptan bastante bien a los terrenos con pendientes.

Aunque la Junta cifra la superficie dedicada al mango en apenas 2.300 hectáreas, otras fuentes estiman que se acerca ya a las 5.000 hectáreas, casi el doble que hace sólo tres años. Pero conseguir plantones no resulta fácil.

Según José Portolés, de Viveros Brokaw España, radicada en Vélez y especializado en la producción de plantones de aguacates y mangos con destino no sólo al mercado malagueño, sino también a Europeo y el Norte de África, las listas de espera para poder comprar plantas de mango son de año y medio, mientras que en aguacate, que está considerado el fruto rey del sector tropical en la provincia, supera los dos años. La situación no es muy diferente en Viveros Canarias, según su encargado Rubén Rodríguez.

Esto significa, que si alguien quiere plantar mangos debe esperar hasta primeros de 2018, siempre que haga el pedido ahora, y hasta septiembre del mismo año, como mínimo, si lo que desea son árboles de aguacate.

Sólo Brokaw España tiene una capacidad de producción de plantones de 200.000 de mango y un número similar de aguacate, lo que da una idea de la enorme demanda que existe actualmente. Para Portolés, detrás del interés por ambos cultivos se encuentra el hecho de que las subidas de las temperaturas están creando microclimas en los que ahora el cultivo es factible, además del aumento de consumo en Europa y Asia, y a que la fruta está mantenimiento unos precios bastante estables y interesantes para los agricultores.

Según el ingeniero técnico agrícola y asesor agrario experto en cultivos tropicales y hortícolas, Manuel Berenguer, aunque todo depende de la inversión, los marcos de plantación y los rendimientos, muchos agricultores se sienten atraídos también porque en el cuarto o quinto año de la plantación ya se ha amortizado el gasto realizado.

El 'boom' no es sólo en el mango. Lo mismo sucede con el aguacate. El cultivo que está viviendo un importante momento de renovación de plantaciones en la provincia. Muchas de las explotaciones actuales tienen 50 años, sus árboles están envejecidos y ello afecta a su productividad. Por otra parte, los nuevos sistemas de cultivo intensivos suponen plantar más aguacates por hectárea para incrementar la producción.

La «burbuja» actual del mango, según los ecologistas, y del aguacate ha favorecido que algunos agricultores estén produciendo plantas y ejerciendo como viveros no declarados, por lo que están actuando sin control y sin declarar la actividad.

Aunque el interés de los agricultores en el caso del mango se ha centrado en la variedad Osteen, desde hace un tiempo a esta parte también se están introduciendo otras extratempranas y tardías.

El precio medio de un plantón de mango, que se reproduce por semillas, es de unos seis euros, mientras que el del aguacate varia dependiendo de si es una planta de semilla (siete euros) o clonal (14 euros, en España y 30 dólares en Estados Unidos). El tiempo medio exigido para tener un árbol de cualquiera de las dos variedades listo para ser plantado es de un año.

Importaciones

En la actualidad, el mango se cultiva en casi un centenar de países en todo el mundo. En 2013 la producción mundial superó los 43 millones de toneladas, siendo el quinto cultivo frutal por producción en importancia. India, China, Tailandia, México, Pakistán e Indonesia concentran el 75 por ciento de la producción mundial, destacando India con el 40 por ciento (15 millones de toneladas).

En Málaga, como mayor provincia productora, este año se espera una cosecha de 20.000 toneladas. Según Asaja Málaga, España sólo produce el ocho por ciento del mango que se consume en Europa, que es el principal destino del comercio mundial de esta fruta. Los mercados de consumo más grandes están en Reino Unido (59.000 toneladas), Alemania (53.000 toneladas) y Francia (36.000 toneladas).

En el mundo, en 2013 se produjo un total de 4,7 millones de toneladas de aguacates, según la FAO, mucho más del doble de lo que se producía 20 años atrás. Málaga produjo en la campaña 2014-2015 unas 45.200 toneladas (68.764 en Andalucía). La provincia acapara el 68% de la producción. Sin embargo, el consumo en Europa supera las 290.000 toneladas.

Ello hace que las empresas comercializadoras malagueñas y andaluzas se dediquen también a importar fruta, una vez acabada la producción nacional, para seguir abastecimiento a sus mercados, una actividad que ha reforzado el papel reexportador del sector y que en algunos casos representa ya más del 50% de su facturación. Según la Junta de Andalucía, en 2015 las importaciones de mango andaluzas rondaron las 10.000 toneladas. Una situación similar se produce con el aguacate (43.336 toneladas). Como en el mango, la importación es una actividad que complementa la producción local.

El crecimiento del sector tropical está representando un importante impulso para la agricultura malagueña, como revela el crecimiento de las exportaciones y el hecho de que todas las empresas comercializadoras lleven años engrosando su facturación. La perspectiva es que el consumo siga creciendo.

En 2015, la producción tropical malagueña supuso una facturación agraria de 118 millones, más de la mitad que el olivar (204), con 130.000 hectáreas de cultivo.

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