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De la Torre con Manuela Carmena en el encuentro.
De la Torre: «Los alcaldes deben liderar la opinión pública a favor de acoger refugiados»

De la Torre: «Los alcaldes deben liderar la opinión pública a favor de acoger refugiados»

El alcalde de Málaga participa junto a regidores de las principales ciudades europeas y el Papa en un encuentro sobre inmigración en el Vaticano

Nuria Triguero

Sábado, 10 de diciembre 2016, 19:28

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Las ciudades han tomado la iniciativa, frente a la dejadez de los Estados, a la hora de dar respuesta al drama de los refugiados de la guerra siria y el terrorismo del Daesh. Este es el sentir mayoritario de los más de 70 alcaldes de ciudades europeas que participaron el viernes y sábado en el encuentro Europa: Los refugiados son nuestros hermanos, convocada por la Academia Pontificia de Ciencias Sociales. Entre ellos estuvo el regidor malagueño, Francisco de la Torre, que manifestó que los alcaldes deben «liderar la opinión pública de sus respectivas ciudades a favor del acogimiento de refugiados», porque «no es bueno que las familias de las ciudades europeas sientan este problema como algo ajeno».

De la Torre fue el único alcalde del PP presente en esta cumbre. Los otros regidores españoles que acudieron fueron los de Madrid, Manuela Carmena (Ahora Madrid); Barcelona, Ada Colau (Barcelona en Comú); Valencia, Joan Ribó (Compromís); y Zaragoza, Pedro Santisteve (Zaragoza en Común).

Para el alcalde de Málaga, las ciudades «pueden y deben animar a sus vecinos a ser acogedores y hospitalarios, a entender que las ciudades se enriquecen con la llegada de refugiados y, sobre todo, que es un acto de solidaridad que prestigia y ennoblece a quien lo presta». De la Torre resaltó que hay que «reaccionar con prontitud y con continuidad en las soluciones ofrecidas» y resumió lo que ha hecho el Ayuntamiento de Málaga en respuesta a este drama humano. La ciudad se constituyó en septiembre de 2015 como ciudad refugio, a fecha de hoy tiene censados casi cuatrocientos refugiados y trabaja con las entidades sociales que atienden a esta población a través de una mesa de emergencia.

También hay abierta una cuenta para recaudar fondos, que comenzó con una aportación de 30.000 euros del Ayuntamiento, y se firmó un convenio de colaboración por 100.000 euros con Cáritas para la rehabilitación y equipamiento de centros y viviendas de esta entidad que se han convertido en 40 alojamientos para refugiados.

De la Torre advirtió de que es «malo pensar que la única obligación es acogerles y darles el amparo que como personas merecen», ya que la «primera obligación es conseguir que no tengan necesidad de abandonar su tierra amada y dejar su vida por lograr una supervivencia». En este sentido, insistió en que hay que hacer «todo lo que sea preciso para que los países económicamente más capaces cooperen con efectividad al desarrollo de aquellos a los que les queda un largo camino por recorrer».

Según De la Torre, la tarea que hay por delante es «acoger al número máximo posible de refugiados y sembrar ideas que propicien la cooperación y la solidaridad entre todos para que la emigración tenga lugar porque la familia decide libremente cambiar de país, pero no que tengan que hacerlo por necesidad».

El primer edil de la ciudad se congratuló de compartir estas reflexiones junto a otros alcaldes de Europa y el sur del Mediterráneo en Roma, «cerca del papa Francisco, que tanto ha dicho y hecho a favor de los refugiados y a favor de los pobres en el mundo, a favor de la paz y del respeto al medio ambiente».

Más críticos con el papel de los Estados y la Unión Europea se mostraron los regidores de Madrid, Barcelona o Valencia. Así, el de esta última ciudad, Joan Ribó, denunció las trabas de los gobiernos nacionales y la UE para que las ciudades puedan desarrollar su acción solidaria. «La disponibilidad de la ciudad de Valencia para ayudar a los refugiados es muy superior a las posibilidades que les está dando el Gobierno español», afirmó. Ada Colau criticó con dureza a los países de la UE que, movidos por «su afán por blindarse, han renunciado a la obligación de la asistencia» y han sucumbido a la «fría insolidaridad y desprecio ante la vida, el sufrimiento y la muerte». Manuela Carmena advirtió que los ayuntamientos, cuando tratan de regular la situación que viven los inmigrantes, siempre tropiezan con «el escollo» de la regulación estatal.

Los alcaldes participantes en la cumbre organizada por el Vaticano acordaron crear una red de regidores «capaces de construir ciudades acogedoras, refugios, que sepan organizar corredores humanitarios seguros y regulares, reconocidos por la comunidad internacional».

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