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Una votación a mano alzada en la comisión de Medio Ambiente
Un concejal, un voto

Un concejal, un voto

El Supremo avala que Espinosa participe con voz y voto en las comisiones, lo que supondrá efectuar un complicado cambio del actual sistema. Peticiones a Alcaldía

Pilar R. Quirós

Jueves, 6 de octubre 2016, 01:07

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Un concejal, un voto. Si el edil díscolo Carlos Hernández Pezzi tenía unos derechos estipulados por ser un concejal no adscrito (tras salirse del PSOEen la pasada legislatura), una sentencia del Supremo profundiza en la representatividad de todos los concejales, aún sin tener el apoyo específico de un grupo. Lo que se viene llamando:un concejal, un voto.

Esta máxima, a la hora de celebrarse el pleno de la ciudad es de cajón:31 ediles, por lo que la mayoría está en 16 y la minoría, en 15. Hasta ahí llegamos todos. El dilema para cuadrar las cuentas empieza cuando el Supremo (sentencia que sienta jurisprudencia) le da la opción a Espinosa y a todos los ediles separatistas a poder intervenir y votar en las comisiones antes de los plenos (véase Derechos Sociales, Medio Ambiente, Urbanismo y Economía). Entonces, la representatividad que existe ahora salta por los aires:5 el PP, 3 PSOE, 1 Málaga Ahora, 1 Ciudadanos y 1 IU-Málaga para la Gente;es decir 6 mayoría absoluta, 5 minoría. Pero si Espinosa juega serían, con la actual distribución, 6 contra 6, que es inviable y no representa a nadie. Así que en la Casona se tendrán que poner manos a la obra con las permutaciones, combinaciones y variaciones para hacerle hueco al edil de facto de Podemos.

Ahora que tan de moda está la aritmética en las negociaciones para que este país tenga gobierno algún día, si se trata de rizar el rizo esto es más bien de geometría. Sí, recuerden la teoría esa fatalista y tremendista que aprendimos de Malthus, que mientras que la población crece geométricamente, los recursos lo hacen aritméticamente...lo que acabaría siendo el fin, poco más o menos. Afortunadamente no se cumplió y ahora habrá que aplicar en las comisiones eso del 1,2,4,8, etc, y veremos al final cuántos ediles acaban yendo a a estas sesiones previas al pleno para hacer frente al reto matemático.

¿Por qué querría Espinosa asistir a las comisiones?Es más que obvio que ahora representando a Podemos en cuerpo y alma y postulándose para secretario provincial tendrá que sumar voluntades, y las comisiones son un buen lugar en el que oír y apoyar las peticiones vecinales, de los círculos podemitas o de las asambleas.

Otra cosa es que luego se aprueben y se acaben llevando a la práctica porque el alcalde Francisco de la Torre debe tener un gran baúl ya de mociones incumplidas o archivadas para siempre jamás. Los nuevos tiempos pasan por decir a todo que sí, y luego hacer lo que de verdad se piensa:si no, ¿por qué el PPha vuelto a apoyar la consulta en los terrenos de Repsol si el regidor ve claro, y ya lo dijo antes del pleno, que lo que hay es que cumplir lo que dice el PGOU? Pues votamos a favor y así los medios no nos critican, pensarán. Pues eso. Yasí se van concatenando mociones incumplidas, algunas incluso traídas y aprobadas por partida triple. Y de éstas no hay una sola, debe haber un buen ramillete. El sino de los nuevos tiempos para quedar bien cara a la galería.

¿Para qué sirve realmente?

En principio, si se hacen cábalas, el voto del nuevo edil no adscrito es prácticamente insustancial a la hora de decidir una votación:ya que cuando Ciudadanos se une al PP(suman 16), y si Ciudadanos se une a la oposición (suman otros 16), es decir mayoría absoluta. La llave que casi todo lo abre la tiene el equipo naranja. Entonces, el voto de Juanjo Espinosa no inclinaría ninguna balanza. Sólo hay una combinación en la que podría ser absolutamente determinante:se trata del supuesto en el que su exgrupo Málaga Ahora no se posicionara a favor del resto de la oposición, y se decantara por la abstención. Entonces PSOE, Ciudadanos e IU-Málaga para la Gente sumarían 13 (justo los ediles del PP)y el voto de Espinosa los auparía a 14, por lo que sería decisivo.

Pero esta carambola no resulta fácil porque aunque Málaga Ahora y Podemos se hayan supuestamente desgajado en dos en la Casona (todavía está por ver quién acaba conquistado la querencia del partido asambleario), lo lógico sería que, de hecho, tuvieran un posicionamiento parecido. Hay otras variaciones, pero no parece muy factible que Málaga Ahora o Juanjo Espinosa acaben votando con el PPasí que esas permutaciones las dejamos para futuribles sorpresivos. Conclusión:el voto de Espinosa podrá sumar como hasta ahora cuando se alinee con la oposición en bloque, pero no parece que vaya a ser casi nunca determinante. Así que voluntad no le faltará al podemita pero lo cierto es que su voto será apenas imperceptible. Los números son así de odiosos.

Las peticiones del independiente

Aunque la elección del personal de confianza es potestativo del alcalde, y a principios de la legislatura se acordó que cada grupo tendría un técnico de forma oficial, Espinosa ha consultado si sería factible tener un asesor a servicio así como si podría disponer de alguna pequeña dotación para su trabajo en la Casona, cuestiones que planteó al Gabinete de Alcaldía, y que están todas en manos del alcalde.

Todo apunta a que a priori podría mantener la dedicación exclusiva al 100%, lo que está pero que muy enrevesado es el espacio que ocupará a no ser que Alcaldía se saque una oficina de la chistera, o se divida el espacio del que ya dispone su exgrupo Málaga Ahora o incluso el de otros partidos. Piensen que el único que a buen seguro no se vería afectado es Ciudadanos:tener la llave de la gobernabilidad les hace intocables. Veremos cómo queda la separación de bienes con Málaga Ahora o la distribución de los metros en el ala Este de la Casona. «Habrá que repartir el espacio», afirmaba ayer ufano Espinosa. El episodio de Aquí no hay quien viva lo están pergeñando aunque aún ni lo intuyan.

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