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José Manuel Alday
Sábado, 9 de julio 2016, 17:15
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La calle Ceuta, a la entrada de la ciudad por la Comisaría Provincial, está rodeada de un entorno que no parece del primer mundo. Mª José Vega es una vecina de esa calle que se queja del estado en que se encuentra lo que se supone es zona verde, entre la esquina de la calle Ceuta con calle Coín, y que aparece llena de matojos y restos de basura, por lo que pide que se desbroce y limpie. En un escrito que asegura remitió el pasado día 12 de mayo a la Junta de Distrito nº 6, indica que esa zona, junto a la tapia del Colegio Público Neill, «puede convertirse en foco de infecciones perjudiciales para personas y animales domésticos, ya que en breves días las temperaturas serán cada vez más elevadas», algo que ya ha sucedido. Advierte además de que la acera que da a la tapia del colegio en calle Manuel Bartolomé Cossio, «carece de limpieza diaria, estando llena de papeles, plásticos, hojas, y excrementos de animal». Y da cuenta de que el Ayuntamiento puso unos carteles para incitar a la recogida de excrementos, «pero los colocó a una altura bastante improcedente». «Espero que estos problemas que estamos sufriendo los vecinos de la zona sean solucionados a la mayor brevedad», finalizaba el escrito. Pero no ha sido así porque, según afirma, tras contestarle que daban cuenta de su petición a la directora de Distrito, «el 24 de junio les volví a escribir que la zona seguía abandonada, y les volví a enviar fotos, pero no he tenido respuesta a ese segundo email, y a día de hoy la zona está cada día peor». «El Ayuntamiento exige a los vecinos el pago de los impuesto. Yo sólo estoy pidiendo limpieza, nada más básico para un Ayuntamiento», concluye.
Además de que se acumule suciedad, ese espacio lleno de hierbas secas y de matojos es un polvorón y puede constituir un peligro si a alguien se le ocurre arrojar una colilla.
Muro de San Julián: saturación de motos y retirada por la grúa
La peatonalización de gran parte de las calles del Centro de la ciudad y la consiguiente eliminación de espacios donde antes estacionaban las motocicletas está creando más problemas a los usuarios de estos vehículos para estacionar sus motos. Cierto que el Ayuntamiento trata de buscar nuevos emplazamientos, aunque resulta insuficiente para el elevado número de motos que hay en la ciudad. Por eso a veces se aparca donde buenamente se puede. Aunque hacerlo en las aceras y zonas que impidan el tránsito de los peatones o en los mismos pasos de peatones puede suponer una multa y la retirada por la grúa, como ayer sucedió en el Muro de San Julián.
Hilera: piden la poda de una palmera
En la calle Hilera, a la altura del número 8, un lector dice que hay una palmera que «necesita un buen podado», y nos envía la fotografía de la izquierda, en la que aparece el ejemplar a podar.
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