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Pilar Téllez Rivero ante su facultad.
El largo camino hasta la graduación de Pilar

El largo camino hasta la graduación de Pilar

Una alumna que acaba de terminar la licenciatura de Derecho consigue autorización para participar en el acto de final de carrera después de tener que elevar su caso hasta el rector

PPLL

Sábado, 2 de julio 2016, 01:27

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Si para un estudiante corriente terminar la carrera de Derecho es una tarea complicada, a Pilar Téllez Rivero se le ha hecho aún más cuesta arriba. Esta joven malagueña de 26 años acaba de licenciarse, después de ocho años en los que ha tenido que compaginar los estudios con un ir y venir constante a consultas médicas por problemas de salud. Sufre neuropatía periférica con atrofia muscular denominada Charcott Marie Toothhipotiroidismo, síndrome de Sjogren y queratitis punctata autoinmune. La lista de dolencias de Pilar es amplia. Pero mayor es aún su constancia y determinación por finalizar sus estudios.

Por fin, después de muchos esfuerzos y sacrificios, y de momentos en los que tuvo que aparcar temporalmente los libros, Pilar aprobó en junio el último examen que le quedaba para convertirse en licenciada en Derecho. Lo que menos imaginaba esta ya exalumna de la Universidad de Málaga (UMA) es que lo que le iba a costar más disgustos iba a ser finalmente el acto de graduación. La estudiante pidió a la facultad poder participar en esta ceremonia que se celebrará la próxima semana. Y cuál fue su sorpresa cuando se lo denegaron al existir una normativa expresa sobre el acto de graduación que especifica como requisitos indispensables para formar parte del mismo el tener superados un 70 por ciento de los créditos del Grado de Derecho o de Criminología y estar matriculado en el trabajo de fin de carrera. Al pertenecer al plan antiguo, ella no cumple con las condiciones exigidas.

«A cualquiera puede parecerle una tontería porque al fin y al cabo es solo una fiesta, lo importante es haber terminado la carrera; pero también lo es el negarme formar parte cuando es un simple acontecimiento protocolario que sobre todo está pensado para que acudan las familias y amigos de los estudiantes», explica Pilar, que finalmente ayer por la tarde (después de interesarse este periódico por el caso) consiguió la autorización. Pero no sin antes tener que elevar la situación a la oficina del Defensor Universitario, que trató de interceder, y de formalizar la petición tanto al Decanato de Derecho como al rector, José Ángel Narváez.

Pero lo primero que se encontró Pilar fue una negativa tajante. «Se trata del acto de graduación de la tercera promoción de grado, no para la licenciatura», explica el vicedecano Estudiantes y de Asuntos Económicos de la Facultad de Derecho, Antonio Manuel Roldán. Los alumnos de Licenciatura, explica, han tenido la oportunidad de participar en el acto de graduación en cursos anteriores, y se les permitía participar aunque no hubiesen superado todos los exámenes, porque además la normativa de este evento para las Licenciaturas no era tan estricta.

Según explicaron desde la Facultad de Derecho, el último acto de graduación para alumnos de licenciatura fue hace tres cursos. Ahora, todavía se realizan exámenes del plan antiguo porque hay un periodo transitorio de 5+2 años hasta que se extinga. Pero al igual que no se dan clases presenciales, también se entiende que estos alumnos se quedan fuera de actos como el de la graduación. Y no es algo que le ocurra solo a esta alumna, señala Roldán. Otros alumnos de licenciatura se han visto en esta tesitura.

Pero para Pilar no es explicación suficiente. Más aún cuando le consta que en otras facultades que carecen de una normativa tan específica sobre los actos de graduación sí han permitido acudir a licenciados. «Me parece una situación injusta para cualquier alumno que quiera estar ese día, pero más aún cuando tengo certificados médicos que demuestran que no he podido acudir otros años por cuestión de salud», dice Pilar, quien resalta por otro lado que durante su paso por la carrera siempre ha recibido el apoyo de todos los docentes de la facultad.

«Mi empeño por estar allí este día no solo es por mí; el acto es también un reconocimiento a mi familia, que siempre ha estado ahí para animarme, me han ayudado a preparar los exámenes y me ha estado apoyando en todo momento para que siga adelante», asegura Pilar, quien ha conseguido poder cerrar esta etapa ataviada, como el resto de los estudiantes, con toga y birrete. A raíz de la petición de esta alumna el decano de Derecho, Juan José Hinojosa, decidió ayer que «debido al especial empeño e ilusión» de esta estudiante, se hará «una excepción» con su caso y se le permitirá subirse al escenario el próximo viernes.

«Yo mismo tendré el gusto de graduarla», señaló Hinojosa. Aunque reitera que se trata de una situación particular porque la norma general es atender a la normativa que dice que solo pueden graduarse los alumnos de grado.

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