Primer baño de la temporada

«Llevo viniendo desde marzo, pero el primer baño me lo he dado hoy». Juan, jubilado de 68 años, aprovechó la mañana de ayer para ir a la playa. No fue el único, estuvo acompañado por montones de malagueños que se fijaron en que el tiempo acompañaba: 26 grados al mediodía acompañados de una sensación térmica bastante superior, y aumentada por la entrada de terral a primera hora de la tarde.

«A mi edad y estando en una ciudad como Málaga qué voy a hacer con el calor que hace», dijo Juan entre risas. Él, que estuvo en la playa de La Malagueta desde las 9.30, consideró que pese a todo, «este año el calor no atosiga tanto como el verano pasado». Tras escuchar hablar a Juan, Luis, otro bañista situado en la toalla de al lado, añadió que las recientes lluvias que se prolongaron durante una semana en la ciudad «han hecho que la gente tenga ganas de venir».

Pero no todos los que acudieron a La Malagueta lo hicieron con el afán de mojarse. Álvaro, estudiante de bachillerato, admitió que ir a la playa «tampoco consiste en bañarse obligatoriamente, sobre todo en días de viento como hoy». Él, en cambio, prefirió pasar el rato jugando con un par de amigos al balón. Para él, la temporada playera empezó este domingo. Sin embargo, pese a vivir en uno de los edificios que con vistas a la costa, confesó no ser «muy de playa».

Los chiringuitos también aprovecharon el domingo para «hacer el agosto», como reconoció Carlos, encargado de El Cachalote. Desde que terminara la semana de lluvia «el repunte en las ventas se ha notado bastante», relató. No obstante, el gerente del negocio lamentó que no acudieran más clientes españoles al local: «Por desgracia vienen pocos nacionales, la mayoría de los clientes son extranjeros». Para adaptarse a esta situación, Carlos dijo que tiene dos empleados que hablan inglés y francés, mientras que los demás «chapurrean de todo».

Al igual que El Cachalote, el chiringuito Tropicana, también en La Malagueta, ha notado un auge del negocio en los últimos días. Tanto es así que ayer tenían todo reservado desde el mediodía hasta las cinco de la tarde. «Y así seguirá hasta septiembre u octubre», dijo Marcos, el encargado del establecimiento. «Nosotros somos los que más tiempo trabajamos de todos los chiringuitos que hay en la playa», presumió el gerente del local. Tanto los negocios como los bañistas celebraban «contentos» la llegada del buen tiempo, aunque Juan, el jubilado que se baña en la playa desde marzo, añadía: «El calor acaba cansando».