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Imágenes cedidas por trabajadores muestran el estado del aparcamiento de Limasa.
Las cocheras de Limasa se convierten en un barrizal cada vez que llueve

Las cocheras de Limasa se convierten en un barrizal cada vez que llueve

Los trabajadores exigen su asfaltado mientras el Ayuntamiento esgrime para no actuar que los terrenos están reservados para el macrohospital que la Junta anunció en 2008

Francisco Jiménez

Miércoles, 11 de mayo 2016, 00:30

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¿Se imaginan que los conductores de la EMT tuvieran que hundirse en el barro por encima de los tobillos para coger el autobús e iniciar su ruta? ¿Y a los policías metidos en una enorme balsa de agua para salir de la comisaría con el coche patrulla? Seguramente, no. Pero ése es el día a día que los empleados de Limasa padecen cada vez que llueve en Málaga porque el aparcamiento de la flota es un terrizo, que los días de lluvia se convierte en un lodazal y el resto del año genera una gran nube de polvo por el continuo ir y venir de camiones. La situación no es precisamente nueva. De hecho, los sindicatos vienen reclamando una solución desde que la empresa se trasladó a mediados de 2013 a la nueva sede de Los Ruíces tras una inversión que superó los siete millones de euros. Unas quejas que han trasladado incluso a la Inspección de Trabajo, pero de momento sin resultado.

«El estado de los aparcamientos es tercermundista, hasta el punto de que el trabajador se tiene que poner unos patucos de papel para no pringarse de barro», critica el presidente del comité de empresa, Manuel Belmonte (UGT), quien asegura que los aparcamientos de la antigua sede en La Térmica «son un lujo comparado con estos». Además de poner el acento en las condiciones de trabajo, los representantes sindicales también advierten del riesgo de accidente. «Los vehículos suelen patinar y en muchos casos los pedales están llenos de fango, por lo que lo único que puede ocurrir es un accidente», apunta el delegado de prevención, Francisco Pastor (CC OO), quien también alerta sobre deterioro que sufren los vehículos al estar permanentemente expuestos a la climatología. Desde el colectivo de trabajadores Grutas (Grupo de Trabajadores en Acción Solidaria) también denunciaron ayer el «penoso estado que presenta la zona reservada a camiones y las condiciones inhumanas para los empleados».

Parches provisionales

En la empresa mixta de limpieza reconocen los problemas que se generan por la falta de pavimento, pero se escudan en que los terrenos utilizados como aparcamiento no son suyos. Y así es, ya que el Ayuntamiento recuperó en 2010 esos aproximadamente 10.000 de los 50.000 metros cuadrados de suelo que pertenecían a Limasa para levantar su nuevo parque central. Todo ello en el marco de una operación urbanística para conseguir los 250.000 metros cuadrados que desde entonces están reservados para la ubicación del macrohospital que la Junta de Andalucía anunció en la zona de Los Asperones en el año 2008.

De ese ambicioso proyecto sanitario nunca más se supo, pero la realidad es que Limasa no puede pavimentarlos por mucho que los utilice de forma provisional para estacionar los más de 200 camiones que conforman la flota. A la espera de que culmine una cesión de suelo al norte del centro ambiental para trasladar allí los aparcamientos, la única solución para minimizar los efectos son parches: regar en verano para que no se levante tanto polvo y esparcir una capa de gravilla en invierno para reducir el lodazal. Unas medidas provisionales que, como queda demostrado, resultan insuficientes.

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