La provincia de Málaga acumula ya un déficit de lluvias superior al 50 por ciento

Las lluvias acumuladas en Málaga desde que comenzó el año hidrológico (que abarca del 1 de octubre de 2015 a 30 de septiembre de 2016) suponen hasta la fecha algo menos de la mitad de los registros habituales en la provincia respecto a los años precedentes, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Mientras en el conjunto de España la situación ha tendido a normalizarse con precipitaciones más copiosas durante el final del invierno y el avance de la primavera, tanto en Málaga como en otros puntos del Mediterráneo (Murcia, Valencia y parte de Cataluña) las nubes han pasado prácticamente de largo dejando tras de sí un déficit de precipitaciones superior al 50 por ciento.

Así, por ejemplo, si la precipitación media histórica en la capital malagueña es de 460 litros por metro cuadrado, este año tan sólo se han alcanzado los 236 litros en el periodo entre octubre y abril, frente a los 316 registrados el año pasado. En la Costa occidental, según los registros de la red Hidrosur, se han contabilizado 316 litros hasta ayer, frente a los 446 litros que cayeron en el mismo periodo del ejercicio anterior. En esta franja de la provincia, las precipitaciones medias habituales superan los 600 litros. Salvo en puntos de la Serranía de Ronda y extremo más occidental de la provincia, donde las lluvias han sido algo más generosas, la situación en las comarcas del interior no es más halagüeña. Así, si la media histórica en la comarca de Antequera es de 603 litros, hasta finales de este mes se han registrado 311 litros en municipios como Villanueva de la Concepción, tan sólo 189 en Bobadilla y 293 en Archidona, por citar tres ejemplos.

Previsiones

Según las previsiones de Aemet, para hoy la posibilidad de lluvias será de apenas el 40% en la franja matinal, que se eleva al 60% entre la medianoche y la mañana del domingo, en que se prevén de nuevo chubascos débiles. Un nuevo frente nuboso a partir del jueves, algo más compacto y persistente, traerán nuevas precipitaciones, que el campo malagueño, especialmente los cultivos de verano y frutales, esperan ya como agua de mayo.