Borrar
Vista del salón de plenos, con los ediles de Málaga para la Gente en primer término.
El pleno se compromete a decidir el modelo de Limasa antes del 15 de julio

El pleno se compromete a decidir el modelo de Limasa antes del 15 de julio

El equipo de gobierno, de nuevo reprobado por su gestión en el contrato de adjudicación del servicio de préstamo de bicicletas

Ana Pérez-Bryan

Viernes, 29 de abril 2016, 01:34

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Dice el refranero popular que donde uno no quiere dos no discuten. Aunque tampoco dos llegan a un acuerdo si uno no negocia. Hacen falta ganas, consenso, amplitud de miras y -por qué no- algo de sentido común. Justo lo que se necesita en estos momentos entre los grupos municipales, que se plantean la inminente negociación sobre el futuro modelo de Limasa con todas estas exigencias en la teoría pero, en la práctica, con las posturas de unos y otros en las antípodas. Así se escenificó ayer (de nuevo) en la primera sesión del pleno, donde todos pusieron las cartas sobre la mesa en un tenso debate que finalmente parece haber quedado en tablas -al menos de cara a la galería-, ya que todos se comprometieron por unanimidad a decidir el futuro modelo del servicio de limpieza en la ciudad antes del 15 de julio.

El calendario, sin embargo, no parece jugar a favor de la negociación, en primer lugar porque ya no es posible la prórroga del contrato -el plazo expiró el pasado día 18- y de otra parte porque quedan muchos flecos por cerrar en este futuro modelo, del que dependerá ciudad durante al menos una década. Así las cosas, el escenario que se perfila en los próximos tres meses dibuja a los protagonistas fijos en sus posturas, salvo a Ciudadanos, que fue precisamente quien llevaba ayer a pleno la moción sobre Limasa y que advierte al equipo de gobierno que votará con la oposición por la municipalización de la empresa en el caso de que los populares se decanten por un modelo de UTE (Unión Temporal de Empresas) similar al actual.

«Soplar y sorber a la vez»

El aviso se asume como una amenaza entre las filas del PP, y así lo hizo constar ayer el edil de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, quien acusó al portavoz del partido naranja, Juan Cassá, de querer «soplar y sorber a la vez» y que calificó su postura de «una rabieta de que si no me lo das me voy». Criticaba también el edil que la exposición de motivos en la moción de Ciudadanos era «una gran recopilación de las frases que ya ha dicho el equipo de gobierno» sobre Limasa, y que antes de decantarse por uno u otro modelo «tendremos que tener toda la información», en referencia a la petición de Ciudadanos de que la limpieza en la ciudad se haga «por lotes». «¿Por qué por lotes? ¿Cuántos hacemos, dos, tres, diez, once, doce? ¿Por distritos?», se preguntó Jiménez, que una vez escuchadas todas las posturas llegó a la conclusión de que «aquí todo el mundo viene a soltar su modelo y listo».

En ese «soltar su modelo» también tuvieron mucho que decir el resto de partidos de la oposición, que tampoco bajaron el tono. La edil de Málaga para la Gente, Remedios Ramos, pedía a Cassá que «estudiara con cariño la opción de la municipalización» pero acto seguido dejaba caer que el «equipo de gobierno esconde un as bajo la manga»; el concejal de Málaga Ahora, Juanjo Espinosa, dudaba de las verdaderas intenciones de Cassá y la socialista Begoña Medina, en fin, cargaba directamente contra el alcalde, Francisco de la Torre, y los suyos por «ser los responsables de una gestión nefasta». Medina había aceptado previamente las disculpas del portavoz de Ciudadanos, quien admitió «haber cruzado la línea roja» en sus consideraciones sobre la edil durante un debate similar en el pleno de marzo y que por otra parte ilustra al detalle el nivel al que han llegado algunas discusiones en el salón de plenos.

Con respecto al debate en cuestión, el de ayer, Cassá se mantuvo firme en su advertencia y acuso a Jiménez de «no dar información» y de proponer que la discusión se traslade al Consejo de Administración de Limasa en lugar de al pleno: «¿Y cree usted, que ellos (en referencia a la parte privada) van a votar 'sí' a que se acabe su chollo? Sí, claro, hombre», dijo estirando la 'e' final al máximo y haciéndose a pesar de todo con los votos de todos para sacar adelante su moción. También hubo 'sí' para el punto en el que se acuerda pedir explicaciones sobre en qué ha gastado la parte privada los 24 millones de euros en concepto de asistencia técnica, «de los que no sabemos ni palabra», zanjó Cassá.

El enfado del alcalde

Pero el debate sobre Limasa no fue el único que calentó los ánimos en el salón de plenos. Antes, una moción urgente presentada por los socialistas había puesto contra las cuerdas al equipo de gobierno, que se llevó una nueva reprobación de la oposición -salvo Ciudadanos, que se abstuvo- por las «irregularidades», en palabras de su portavoz María Gámez, en la adjudicación del contrato del préstamo de bicicletas a la empresa Cemusa. La socialista le exigía al alcalde que «cumpliera» la sentencia del TSJA que falla «en contra el sistema de adjudicación del equipo de gobierno», pero no fue eso lo que encendió al alcalde, sino la sugerencia velada de Gámez de que el alcalde «ha perdonado deuda» en convenios urbanísticos. «¡Eso es mentira!», se defendió visiblemente molesto e «insultado» el primer edil en su turno de palabra.

Las aguas podrían haber vuelto a su cauce con el Guadalmedina -nunca mejor dicho-, pero tampoco lo hicieron. Sobre la mesa, sendas mociones de Málaga para la Gente y el Partido Popular sobre la necesidad de dar un impulso institucional a uno de los proyectos pendientes de ciudad. El hecho de que la discusión se centrara en las formas -las relaciones entre administraciones- y no en el fondo -el proyecto- no hizo más que alimentar la discusión sobre quién es más responsable de los retrasos, si la Junta de Andalucía o el Ayuntamiento de Málaga. Ambos grupos sacaron adelante sus propuestas, no sin antes recordar al equipo de gobierno a que «cumpla con su parte», en palabras del portavoz de Málaga para la Gente, Eduardo Zorrilla. Menos diplomático estuvo Cassá, que regañó al alcalde por su «actitud»: ¡Siéntese de una vez con Susana Díaz y déjese de sonrisitas cada vez que viene! ¡Y dígale que nos debe 40 millones! Si necesita testigos en la reunión iremos encantados, pero haga algo, ¡coñali!». Lo dicho, aguas revueltas.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios