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Los guardias reales Miranda y Sánchez posan en el paseo del Parque, delante del Rolls Royce de Franco, que más tarde pasó a Juan Carlos I, y ahora a Felipe VI.
Tres épocas juntas pero no revueltas

Tres épocas juntas pero no revueltas

Un crisol de la historia de España:el coche de Franco, en el Parque;el Rey, en el patio de Banderas, y la II República, tema de la comisión de Derechos Sociales

Pilar R. Quirós

Martes, 19 de abril 2016, 08:26

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Rolls Royce que quita el hipo en el paseo del Parque, justo enfrente de la entrada del City Council, que dirían los británicos. Al fin y al cabo el coche es el bólido que usan los Windsor para sus desplazamientos, vehículo protocolario donde los haya; la Seat nunca se dejó caer con ningún ejemplar real de esta envergadura.

Algún visitante bromea con el multazo que le caería a cualquier hijo de vecino si aparcase en el mismo paseo. Los miembros de la guardia real que lo custodian y los agentes de la policía local a caballo se ríen de la ocurrencia.

Vayamos con las especificaciones del modelo. Un Silver, de 1952, propiedad del dictador Francisco Franco, y que por pertenecer a la Jefatura del Estado más tarde pasaría a manos de Juan Carlos Iy ahora lo usa Felipe VI. El hecho es que la Guardia Real elige cada año una provincia de España, y en esta ocasión Málaga, para darse a conocer, como explicaban ayer los dos guardas reales Sánchez y Miranda, que ayer se hicieron fotos y selfies amablemente con todo aquel que pasaba por el Parque, dando santo y seña de por qué están aquí.

Patio de Banderas: exposición de uniformes

Dentro, una exposición de uniformes y material de la Guardia Real, cuerpo que empezó a fraguarse durante el reinado de los Reyes Católicos. El rey Fernando sufrió varios atentados, uno de ellos curiosamente durante la toma de Málaga, por lo que decide rodearse de una guardia especial que lo escoltase y mirase por su integridad. Los cincuenta hombres a su cargo lucían uniforme con alabarda (palo de madera de unos dos metros con una lanza y una cuchilla transversal), de ahí que popularmente se les conociera en Madrid como los alabarderos.

Con la llegada de Carlos I, este cuerpo se asentó y se crearon diferentes unidades. El emperador, que cambiaba la monarquía a la dinastía de los Habsburgo, introdujo en España su propia guardia de alabarderos alemana o tudesca, que rivalizaba con la española, y se la conocía como guardia blanca. A la llegada del duque de Anjou, el primer monarca Borbón, fue disuelta. Felipe V los vistió con traje afrancesado, moda de la época, y creó la guardia de interior y la de exterior. Fernando VII, el príncipe deseado y el rey odiado, les cambió el nombre de guardia de corps por guardia de la Real Persona.

Protegieron a la entonces reina niña Isabel IIen el asalto al palacio real en 1841, cuando los dos generales pretendían restablecer la regencia de su madre, María Cristina, que se había ido al exilio voluntario dejando de regente al general Espartero.

Isabel II y la guerra carlista, periodo en el que la guardia real se dividiría entre cristinos, liberales y carlistas o absolutistas. La exposición da buena muestra de lo complicados que hemos sido siempre los españoles. ¿Se imaginan tres cuerpos de guardias reales en acción y cada uno defendiendo a un monarca? La dicotomía más una para romper cualquier oposición sensata. Un recorrido mucho más diplomático que éste es el que presta a explicar el brigada Miguel Ángel Pérez, del Ejército de Tierra de la Guardia Real, que ayer no paró de hablar en toda la mañana para atender las demandas de información de los muchos visitantes. Explicaba que mañana miércoles habrá un salto paracaidista en la playa de la Malagueta; el sábado se celebrará un concierto de la unidad de música a las 19.30 horas en el Palacio de Ferias y Congresos; y el domingo, a las 12.00 horas, una jura de bandera en el paseo del Parque.

La exposición tiene su aquel por el paseo que da por la historia de España y las dinastías reales, para acabar en Felipe VI y su actual guardia real, acuartelada en El Pardo, y compuesta por grupos de escoltas, honores, logística y apoyo, a la que se suma la unidad de música. «Estamos teniendo muy buena acogida. El malagueño nos está recibiendo con mucho cariño», dice para finalizar el brigada. El escudo de la ciudad bien lo reseña:la muy hospitalaria...

Derechos sociales: en recuerdo de los republicanos

Mientras todo esto pasaba ayer a las puertas del Ayuntamiento y en el patio de Banderas, en el salón de plenos tenían su reconocimiento los que lucharon y murieron por defender la IIRepública y más tarde fueron represaliados por Franco. La iniciativa iba de la mano del edil socialista Daniel Pérez, para que el 11 de enero se establezca como fecha oficial para que la Corporación en pleno rinda homenaje a los que perdieron la vida en trágicas y crueles circunstancias por defender la legalidad constitucional en 1931 y las libertades en el cementerio de San Rafael. También para que se cree un itinerario de la memoria histórica en la mayor fosa común de España, dentro la segunda fase del parque de San Rafael, que obtuvo la exquisita unanimidad de toda la corporación. Como ven, tres épocas juntas pero no revueltas.

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