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Sebastián y Jorge con Juan Jesús, en el centro, y sus padres. :: francis silva
Dos amigos cruzarán a nado el Estrecho para ayudar a una familia cuyo hijo tiene parálisis cerebral

Dos amigos cruzarán a nado el Estrecho para ayudar a una familia cuyo hijo tiene parálisis cerebral

Los padres se encuentran en el paro desde hace años y tienen que cubrir las necesidades del pequeño de seis años

ÁLVARO FRÍAS

Jueves, 11 de febrero 2016, 10:55

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Cuando hablan del reto que tienen por delante sus ojos se iluminan. Sus voces desprenden una ilusión que podría llenar la inmensidad del mar. Ese que pretenden surcar para cruzar a nado el Estrecho de Gibraltar con el aliento de saber que cada una de las brazadas que den contará para ayudar a la familia de Juan Jesús, un niño de seis años que sufre una parálisis cerebral.

La iniciativa la pusieron en marcha Jorge Luque y Sebastián Álvarez, dos malagueños que son amigos desde que son pequeños. El primero de ellos pertenece a Aliquindoi, un grupo que nada casi diariamente por las playas malagueñas y fue a quien se le ocurrió la idea de cruzar a nado el Estrecho, algo en lo que Sebastián no dudó ni un segundo en acompañarle. Ya que lo van a hacer, en la tercera semana de mayo, decidieron que fuese por una buena causa. Y así fue como entraron en contacto con la familia de Juan Jesús.

Inma, la madre del pequeño, explica que le diagnosticaron la parálisis cuando solo tenía dos meses de vida. Tanto ella como el padre de Juan Jesús son los que han asumido los tratamientos y demás necesidades de su hijo, que padece esta enfermedad que le afecta a la movilidad y le hace padecer crisis epilépticas, entre otros aspectos.

«Cada vez necesita más cosas, ahora tenemos que pagar la obra para adaptar el baño de casa», apunta Inma, que se encuentra en el paro desde hace años, al igual que el padre del pequeño. Por eso, cuando se enteró de que estos dos amigos querían ayudarles fue como «si te tocase la lotería, cómo vas a decir que no».

La cuenta atrás para el reto ha comenzado y, mientras se recaudan fondos con una cuenta que va directamente a la familia, Jorge y Sebastián no dejan de entrenar para completar la veintena de kilómetros que tendrán que nadar en mayo. Cuando se les pregunta si tienen miedo, ambos responden que no. «Soy una persona cautelosa en la vida diaria, pero cuando me meto en el mar es como si fuese otro», concluye el primero.

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