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Educación. Dolores Rivas García en una fotografía de los años treinta. :: archivo familiar
La alcaldesa olvidada

La alcaldesa olvidada

Dolores Rivas fue regidora de Canillas de Aceituno en 1933, casi 40 años antes que Inés Ayllón, hasta ahora considerada como la primera mujer en Málaga en ser alcaldesa

ANTONIO M. ROMERO

Jueves, 11 de febrero 2016, 10:55

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Hasta ahora en la historiografía política provincial se había tenido a Inés Ayllón como la primera mujer que fue alcaldesa de un municipio en Málaga; ella tomó posesión de su cargo el 31 de octubre de 1972, en la plaza del pueblo de Istán ante el gobernador civil de la época, Víctor Arroyo. Eran los años finales del franquismo y la entonces elegida continuaría su carrera durante la etapa democrática: estuvo al frente del Ayuntamiento de esta localidad entre 1983 y 1999. Ayllón ha venido siendo considerada como la fémina pionera en alcanzar tan alto rango, pero hubo un precedente casi cuarenta años antes. Fue en 1933, en plena II República española, cuando Dolores Rivas García, entonces una joven maestra nacional, fue designada regidora de Canillas de Aceituno, marcando un hito en una época donde el papel de las féminas en la vida política era testimonial. Su historia es ahora rescatada del olvido.

Como suele ocurrir en numerosos aspectos de la vida, la pista sobre este hecho llegó por casualidad. Durante una de sus investigaciones en los legajos y hemerotecas que contienen la historia escrita de nuestro pasado, Víctor Heredia se encontró en las páginas del periódico 'El Popular' -un diario de ideología republicana publicado en Málaga durante la primera mitad del siglo XX- con una entrevista datada el 25 de marzo de 1933 realizada por el periodista J. Muñoz Pugnaire a la entonces alcaldesa de Canillas de Aceituno, Dolores Rivas García.

En una información aparecida un par de meses antes en el diario 'ABC' se da cuenta de su toma de posesión a finales de enero de ese año. Sobre el periodo de su mandato no hay constancia oficial -en el Ayuntamiento de la localidad axárquica en la que fue regidora no hay datos de su paso por la Alcaldía, según fuentes consultadas- aunque teniendo en cuenta que su periodo como maestra interina en dicho pueblo concluyó en octubre de 1933, cuando fue trasladada a Venta de Adolfo, en Villanueva del Rosario, es de suponer que su periodo con la vara de mando apenas fue de unos meses.

Respecto a su nombramiento, en los documentos consultados por este periódico no hay constancia oficial. El investigador José Velasco, que ha estudiado los procesos electorales durante la II República, se inclina por la interpretación de que Dolores Rivas García fue nombrada por el gobernador civil como alcaldesa al frente de una gestora en el Ayuntamiento, una situación que se repitió en múltiples municipios españoles en aquella época donde no hubo una legislación electoral municipal específica y los comicios se celebraron en base a la ley de 1907, lo que llevó a numerosas denuncias por fraude y a dimisiones de los regidores.

En la entrevista, a la que acudió acompañada por su esposo, Rafael Gil, la alcaldesa, que es definida en el titular como «bella» y donde se destaca que su nombramiento es «un triunfo del feminismo» habla sobre su trabajo al frente del Consistorio, que compagina con su labor como maestra, de sus objetivos para conseguir «varias cosas tan importantes como necesarias, entre otras, la pronta ejecución del proyecto de carretera de Canillas a Salares pasando por Sedella; la instalación del teléfono; higiene y urbanización del pueblo». Junto a ello, narra el problema del paro en Canillas de Aceituno y proclama su «cariño» por Málaga y sus ideales como «republicana». En este sentido, según los datos recabados, estuvo vinculada al Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux.

De familia humilde

Poco más hay sobre su paso por la Alcaldía. Dolores Rivas García, nacida en Algarrobo el 17 de enero de 1907, en el seno de una familia humilde, logró sacarse el título de maestra nacional de primera con 21 años. Su primer destino como interina fue la escuela nacional de niñas de La Caleta en Vélez-Málaga, donde estuvo un año. De ahí pasó a Sedella (1931), Canillas de Aceituno (1932 a 1933, donde su salario anual era de 3.000 pesetas según su hoja de servicios del Archivo Histórico Provincial), Villanueva del Rosario (1934), Benahavís (1934 a 1943); Algarrobo (de 1943 a 1968); y la capital, en el colegio José Luis Arrese, donde se jubiló, en 1977, con 70 años.

Estando en Benahavís, le sorprendió el estallido de la Guerra Civil y la posterior toma del pueblo por la tropas nacionales. Sufrió un expediente de depuración, según recuerda la profesora Isabel Grana, que ha realizado investigaciones sobre la represión a los maestros durante la II República. El 12 de febrero de 1937 fue suspendida de empleo y sueldo por el Rectorado de Granada, aunque un par de años después, tras las correspondientes indagaciones fue restituida por esta institución académica en su puesto.

Trayectoria

Dolores Rivas García, que falleció con 96 años, se casó el 1 de enero de 1931 con Rafael Gil, de profesión agricultor, y del matrimonio nacieron cuatro hijos: Carlos (abogado y perteneciente al cuerpo diplomático); Rafael (pediatra, ya fallecido); Gaspar (cardiólogo); y Montserrat (profesora). Fue una mujer volcada en la educación, con una mentalidad «muy abierta» y «una autodidacta que aprendió a tocar el piano, la guitarra, el acordeón y el inglés», según recuerda su hija en una entrevista con este periódico en la que muestra los cuadernos de su madre cuando era estudiante y las memorias que empezó a redactar cuando tenía 90 años. En los documentos se aprecia una letra preciosista y con tintes de otra época.

Sin embargo, en esos textos y en las conversaciones con sus hijos, apenas hablaba de su etapa como alcaldesa. «Eran tiempos difíciles (durante la dictadura de Franco) y ella fue una mujer de mirar siempre hacia adelante y no hacia atrás», rememora emocionada Montserrat, quien no se enteró que su madre había sido alcaldesa hasta poco antes de irse a estudiar a la Universidad de Granada. «Ella me decía: tus pensamientos e ideologías que no te los cambie nadie, pero hay que actuar con prudencia», rememora Montserrat López Gil.

Hoy la figura de Dolores Rivas García se mantiene viva en la memoria de sus seres queridos, en Algarrobo, donde una calle -en la que vivió- y la asociación de mujeres del municipio llevan su nombre, además de ser hija predilecta de esta localidad, y a partir de ahora en la historiografía política de la provincia como, por el momento, la primera alcaldesa conocida de la provincia de Málaga.

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