"Para una vez que salgo a divertirme... Yo también tengo derecho"

Las dos mujeres detenidas por dejar solos a sus cuatro hijos para irse de copas han sido condenadas a ocho meses de prisión cada una por el delito de abandono que se les imputaba y han perdido la patria potestad de los menores durante un periodo de 16 meses, según confirmaron a este periódico fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

Las arrestadas, una de ellas de 37 años y de nacionalidad colombiana, y la otra de 29 y de origen ruso, pasaron ayer a disposición de la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Málaga capital, donde se celebró un juicio rápido en el que se dictó sentencia de conformidad con las acusadas, que aceptaron las penas que se les solicitaban y los cargos que les atribuían.

Además de la condena a ocho meses de prisión, la resolución judicial lleva aparejada la retirada de la patria potestad de los cuatro menores durante un periodo de 16 meses. Los tres hijos de la ciudadana colombiana, de 4, 5 y 12 años, han ingresado en un centro de protección tutelado por la Junta al no tener familia en España. El hijo de la mujer rusa, que tiene 7 años, ha quedado a cargo de la abuela paterna.

El caso, adelantado ayer por SUR, surge a las 2.15 horas de la madrugada del miércoles, cuando un ciudadano telefoneó a la sala del 092 para alertar de que había un niño pidiendo auxilio a través de la ventana de una vivienda situada en la barriada de Cruz Verde. Según reveló a los agentes, llevaba bastante rato escuchándolo.

Sueño y frío

Una unidad del Grupo de Investigación y Protección (GIP) de la Policía Local se acercó al domicilio y comprobó que el menor estaba solo. Decía tener sueño y frío. No había forma de acceder a él, ya que la puerta del piso estaba cerrada con llave y las ventanas tenían barrotes. El pequeño, de sólo cuatro años, proporcionó unas llaves a los agentes e incluso les dio un número de teléfono, pero no lograron contactar con ningún familiar. Hubo que pedir ayuda a efectivos del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga, que rompieron una de las ventanas y sacaron por ahí al niño, quien al parecer contó a los policías que su madre lo dejaba solo muy a menudo.

Tras rescatarlo, descubrieron que aquel no era su domicilio, sino el de una amiga de su progenitora. Él mismo condujo a los agentes del GIP hasta su vivienda, situada en la zona de la Victoria. Los policías llamaron a la puerta con insistencia. Les abrió una menor de 12 años, hermana del anterior, que estaba sola en el piso y a cargo de dos niños de cinco y siete años. El más pequeño de los dos también era su hermano. El otro era el hijo de la amiga de su progenitora, la inquilina de la vivienda de Cruz Verde donde se localizó solo al primer crío.

Los agentes inspeccionaron el domicilio y realizaron un amplio reportaje fotográfico para retratar las condiciones de insalubridad en las que se encontraba. Había suciedad por todas partes, colchones tirados por el suelo y ropa cerca de unas estufas, lo que podía suponer un peligro para los menores.

Desprendía olor a alcohol

Sobre las dos de la madrugada, dos horas después de rescatar al primer niño, la mujer colombiana se presentó en el lugar de los hechos. El olor que desprendía y su forma de hablar revelaban, a juicio de los policías, que había estado consumiendo alcohol. Según las fuentes consultadas, manifestó espontáneamente a los agentes: «Por una vez que salgo a divertirme... Yo también tengo derecho».

Durante el resto de la noche, los investigadores intentaron encontrar, sin éxito, a la madre del otro pequeño, de nacionalidad rusa. No fue localizada hasta las 11.30 horas del miércoles en su domicilio en la Cruz Verde. Como su amiga, presentaba síntomas de haber estado consumiendo alcohol. Fue detenida bajo los mismos cargos.