Borrar
Rosa Pascual: «La sociedad del bienestar tiene una baja tolerancia a la frustración»

Rosa Pascual: «La sociedad del bienestar tiene una baja tolerancia a la frustración»

Para esta terapeuta humanista, «en la vida hay dolor y dificultades; lo que marca la diferencia es la forma de afrontarlo y el aprendizaje que hagamos de lo que nos sucede»

miguel A. oeste

Jueves, 24 de septiembre 2015, 00:06

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Rosa Pascual se licenció en Historia y Geografía con la intención de dedicarse a la enseñanza. Cambió de idea después de realizar su proceso terapéutico y la formación en Terapia Gestalt y Bioenergética. Desde ese momento tuvo clara su vocación, la terapia, que ejerce en el Centro de Psicología Humanista de Málaga. Al igual que propone la reciente película de Pixar, Del revés, en cuanto a la aceptación de la tristeza en nuestras vidas, esta profesional defiende que el dolor forma parte de la vida. Y, también, que si ésta no nos satisface, vale la pena atrevernos a cambiarla.

Cada vez más personas acuden a terapia. ¿Acaso hemos creado un sistema que va contra nosotros mismos?

La sociedad de consumo nos impulsa al deseo de acumular posesiones, poniendo la atención en el tener más que en el ser. Nos enredamos en el hacer y olvidamos concedernos tiempo para detenernos, sentirnos y tomar conciencia de nuestras necesidades. Si no gestionamos y atendemos esas necesidades aparecerá el malestar.

Pero no todo el mundo puede

Es cierto. No obstante, es una elección gestionar nuestro tiempo, hacernos conscientes de aquello a lo que estamos dando prioridad y de las consecuencias que eso tiene en nuestra vida.

¿En qué consiste la terapia humanista?

Se basa en el autoconocimiento, la conciencia y la responsabilidad personal. Contempla al ser humano en su totalidad, atendiendo su parte emocional, intelectual, corporal y espiritual, promoviendo su desarrollo integral.

Eso resulta algo teórico, ¿de verdad piensa que el ser humano llega a conocerse?

Podemos conocernos si nos atrevemos a mirar en nuestro interior con sinceridad y sin juzgarnos. Aceptar lo que sentimos, pensamos, lo que somos, en lugar de lo que creemos que deberíamos ser. Al conocer nuestros comportamientos automáticos, que nos impiden elegir con libertad, actuaremos con mayor conciencia.

¿No estamos siempre tratando de buscar nuestro lugar en el mundo?

Todos tenemos derecho a nuestro lugar en el mundo. Otra cosa es que no nos guste el lugar que ocupamos. Nuestra determinación de cambiar lo que dependa de nosotros para estar donde queremos estar supone una elección y un camino de vida hacia la autorrealización.

Entonces el tópico es verdad, eso de que el mal a nuestros problemas está en nosotros mismos

En la vida hay dolor y dificultades. Lo que marca la diferencia es nuestra forma de afrontarlos y el aprendizaje que hagamos de lo que nos sucede.

Sin embargo, no cree que nos venden un ideal inalcanzable que provoca insatisfacciones

Desde que llegamos al mundo estamos corriendo detrás de esa zanahoria. Nacemos muy vulnerables, necesitados de amor, protección y atención. Nuestros padres, debido a sus propias dificultades y carencias, no siempre estuvieron disponibles para nosotros de forma nutriente. Hicieron lo que pudieron. Aprendimos a adaptarnos a nuestras circunstancias buscando ser atendidos y amados para sobrevivir.

¿Sólo nos queda sobrevivir?

Quiero decir que cuando no fue posible obtener amor nutriente, nos volvimos dependientes de la aprobación de los que eran importantes para nosotros. Nos fuimos olvidando de nuestro ser. Muchas veces repetimos esa pauta, buscando aprobación y llenar ese vacío de amor sustituyéndolo por éxito, riqueza, poder... espejismos de un ideal mundano que engañosamente nos ofrece la satisfacción personal fuera de nosotros mismos.

No se ofenda, pero me da la impresión de que habla usted como si estuviese ante un paciente

No hablo de pacientes, hablo de personas. Todos necesitamos que nos quieran.

La ansiedad, la depresión, la dificultad de conciliar el trabajo y la familia no parece fácil la estabilidad emocional.

Cuando nos quedamos atrapados en el pasado o huyendo hacia un futuro que aún no existe, no estamos en el Ahora, ni con nosotros mismos. Esto nos impide sentir el cuerpo y las emociones, que nos hablan de nuestras necesidades. Es nuestra responsabilidad atenderlas. Seguimos buscando fuera lo que está en nuestro interior.

¿A la sociedad de hoy le cuesta más afrontar el dolor y el duelo y lo termina convirtiendo en una enfermedad?

Todos experimentamos pérdidas, a veces muy duras por cómo se presentan. En nuestra sociedad del bienestar, con baja tolerancia a la frustración, a veces pasamos ante el dolor de puntillas.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios