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Husillos, en su entorno preferido, en Pedregalejo.
Husillos: «Los mediodías de invierno de Málaga son inigualables»

Husillos: «Los mediodías de invierno de Málaga son inigualables»

Sergio Cortés

Jueves, 27 de agosto 2015, 23:53

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La cita, como es lógico, es en Pedregalejo. Si Málaga es su casa, El Palo es como su sala de estar. Si las obligaciones se lo permiten (ahora, no tanto), allí es fácil verlo en una terraza, sobre todo en invierno, con su café y su libro en la mano.

Para usted, invierno es su particular verano...

Estoy totalmente adaptado a las estaciones de acá. Mi cumpleaños era allí en verano, el 5 de febrero, y aquí es pleno invierno. O la Navidad. En Argentina, país casi sin tradiciones, las comidas de Navidad son las mismas que en España, fuertes. No hay gazpacho... Me encanta ir a Argentina y los amigos de la infancia son de allí, pero no podría vivir allí. Si pudiera trabajar un año o dos, encantado, pero vivir no.

Es de los que dice que a los que vienen en verano les recomendaría que lo hicieran en invierno.

Los nueve meses mejores de Málaga son los nueve meses que no son de verano. Hay mejor clima y, como somos muy egoístas los del barrio, hay mejor lugar para aparcar y siempre hay mesa disponible. En verano se colapsa todo y hay que compartir. No hay nada mejor que llegar a Pedregalejo en enero con tu jersey y tu abrigo. A los 10 minutos te sobra el abrigo; a los 15, el jersey, y a los 20, si te pudieras quedar en cueros, lo harías. Y al rato, sales por la sombra y tienes que ponértelo todo. Los mediodías de invierno de Málaga son inigualables.

¿Malagueño o paleño?

Malagueño. He vivido en La Cala, El Palo, Pedregalejo, Santa Paula, Benalmádena pueblo (allí me llevó José Carlos Pérez), Limonar... Pero ya es difícil que me mude de mi casa de Pedregalejo. Es mi sitio y aquí tengo ya mi ambiente.

Como jugador fue un trotamundos, pero en la vida no.

Sí, mi sitio es Málaga. Quizá me quede alguna experiencia fuera, no sé, pero a nivel personal poder trabajar en el Málaga, en casa, es lo máximo, tocar el cielo con la mano.

Nunca ha sido de tez blanca, pero, ¿está más moreno en invierno que en verano?

Sí. O estaba, porque ahora esas dos horitas en invierno con el sol y el Marca murieron. Es la realidad. Esas dos horas de sol en enero te ponen negro de cogote para arriba.

¿Y la playa?

Husillos

  • ¿Quién es? Nacido en Argentina y malagueño de adopción, Mario Armando Husillos fue jugador blanquiazul y ahora ejerce como director deportivo del Málaga.

  • ¿Por qué se le conoce? En Málaga no necesita presentación. Yno solo por su pasado como futbolista, sino por sus numerosas etapas en el club.

No soy de arena, no me gusta ir. Me gusta estar al borde de la playa, tomando café mirando al mar. Tampoco me va la piscina. Eso es para mi mujer y mis hijos. Les encanta. Yo, si no es para acompañar a mi mujer, no piso la playa. Tengo tres piscinas en mi urbanización y en cuatro años no sé si he ido una vez.

Lee mucho. ¿Con cuántos está ahora mismo?

Leo muchísimo y no me gusta empezar un libro, terminarlo y empezar el siguiente. Me gusta llevar para adelante tres o cuatro y, según cómo estoy, leo un poquito de uno, un poquito de otro... Cuando me interesa y me gusta, trato de leerlo muy despacio, le doy un tiempo prudencial para saborearlo.

¿Y el libro electrónico?

Tengo el automatismo de buscar y bajar, pero el libro de papel tiene su encanto y lo compro. Es un paraíso estar en las bibliotecas de Buenos Aires por su calidad, cantidad y tamaño. No me gustan las novelitas de verano, de pasatiempo, pero me gusta casi todo, especialmente ensayos, novela, biografías... Narrativa en general. Me gustan las películas fáciles y los libros difíciles. Me gustan Rambo, Transformers, las de acción... No me gusta ir al cine a sufrir. En cambio, en el libro me gusta darle vueltas, saber qué quiso decir el autor... Si puedo dar un consejo, se puede arrancar por los Nobel. Ahí no fallas. Si coges los libros de los últimos quince, de los 150 libros que han escrito te pueden defraudar solo 20.

¿Asado argentino o espeto?

(Se lo piensa) Cuando vine a España, a Murcia, en 1983, de pescado comía una merluza al mes. En Argentina no te acostumbras al pescado y parece que no es comida si no hay un trozo de carne vacuna. Pero me he hecho tanto a la cultura de aquí... Me encanta el espeto. Cuando salgo a comer en Málaga, voy nueve veces a un sitio de pescado y uno al de carne. Pero si voy a Buenos Aires, me como cuatro asados y no pruebo el pescado.

Ha vivido el corralito en Argentina y la crisis en España. ¿Los políticos son el problema?

Alguien tiene que mandar... Lo que sí ocurre es que debe de haber muchas tentaciones y creo que se ha errado bastante últimamente. Un buen político es de agradecer y hace falta. Pero cuando hablan de crisis en España, y es la primera vez que he escuchado la palabra crisis aquí, no puedo imaginar que llegara el punto en que te dijeran de un día para otro que no te puedes pasar por tu dinero en el banco. Las crisis de España, o de Europa en general, nada tienen que ver con las que he vivido de verdad en Argentina. Y digo de verdad a medias, porque en África te dirán que allí la crisis es no poder ni beber agua...

Tiene padres mayores en Argentina. ¿Hasta qué punto ayuda la tecnología? Skype, whatsapp...

Sin ir mucho más atrás, yo viví hace diez años en Arabia Saudí y ni existía el whatsapp. Con mis padres he mejorado, sí, pero a través de mi hermano, que está con ellos. Están tomando un café y les mando una foto para que la vean. Mi mamá va a cumplir 90 en noviembre y mi padre tiene 88.

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