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En 2014, Tráfico redujo el límite de velocidad de 100 a 80 en casi toda la bajada de Las Pedrizas.
Fomento pidió dos radares de tramo en Las Pedrizas pese a no haber puntos negros

Fomento pidió dos radares de tramo en Las Pedrizas pese a no haber puntos negros

Las estadísticas del propio Ministerio no reflejan una alta accidentalidad en esas zonas, que están muy lejos de las más peligrosas de España

Juan Cano

Domingo, 26 de julio 2015, 00:56

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Los radares de Las Pedrizas, que en sólo seis meses de funcionamiento se han situado entre los que más multan de España y han colocado a Málaga como la segunda provincia con mayor recaudación en sanciones por exceso de velocidad, controlan dos tramos que, paradójicamente, no aparecen en la lista de puntos negros de los últimos años y tienen un índice de peligrosidad similar al de la media de las carreteras españolas.

Tras conocer que sólo estos dos dispositivos habían cazado 100.690 infracciones desde julio a diciembre de 2014, SUR ha investigado qué criterios se usaron para instalar los radares de tramo, que provocaron las protestas de usuarios de la vía, conductores profesionales, vecinos de la zona y alcaldes de los pueblos que lindan con la A-45 por el aluvión de denuncias. Incluso se llegó a crear una plataforma de afectados en Facebook.

La Dirección General de Tráfico (DGT), que los ubicó en esos puntos a petición del Ministerio de Fomento, avaló su instalación en un estudio de siniestralidad realizado ad hoc. Sin embargo, usuarios y representantes públicos ven otros motivos. El secretario general del PSOE en el Congreso de los Diputados, Miguel Ángel Heredia, muy crítico con esta actuación, considera que existe un «puro afán recaudatorio para que la gente use la autopista de peaje (AP-46) y haga negocio a costa de los malagueños».

De hecho, el líder socialista reclama a Tráfico que aclare los criterios que utilizó para implantar estos radares, que dispararon las multas en Málaga en 2014 (sólo esos dos dispositivos recaudaron 3,4 millones, un 40% del total obtenido por los 20 cinemómetros de la provincia). Sus afirmaciones tienen respaldo en las estadísticas de Fomento sobre la intensidad media diaria de la autopista de peaje, donde se observa que el volumen de usuarios de esta vía creció en torno al 30% de forma sostenida en los meses siguientes a la activación de los radares, o más bien a partir de octubre, que fue cuando los usuarios recibieron el aluvión de denuncias.

Aceras elevadas y sin arcén

La historia arranca en marzo de 2013, cuando Fomento instó a la DGT a colocar estos dispositivos en la zona de los túneles, en ambos sentidos, por las características especiales de la vía, con aceras elevadas y sin arcén. Según las fuentes consultadas, este tipo de propuestas son poco comunes, ya que suele ser la DGT quien ubica los cinemómetros a iniciativa propia guiándose por sus estudios de accidentalidad.

Posteriormente, Fomento cambió de criterio y planteó a Tráfico instalar los radares en el mismo sentido, en la calzada en sentido Málaga de la A-45, en dos tramos muy próximos situados en el entorno de los túneles: entre el kilómetro 126 y el 128,8, y entre el 134,2 y el 140,2. Y todo ello pese a que ya había otro radar fijo al principio de la bajada, en el 118, poco después del Alto de Las Pedrizas.

Tras la propuesta del ministerio, la DGT hizo los deberes y elaboró un informe sobre siniestralidad en los últimos siete años. Según los datos de ese estudio de Tráfico, a los que ha tenido acceso este periódico, en el primero de los tramos (126-128) ha habido 14 accidentes desde 2006, con tres muertos y tres heridos graves. En el segundo, 62 siniestros, con cuatro fallecidos y cinco heridos graves. Fuentes de la DGT argumentaron que para la colocación de estos dispositivos no sólo se tiene en cuenta la mortalidad, sino también el trazado peligroso de la carretera, las retenciones que en ella se producen y el riesgo de colisiones por alcance o salidas de vía.

Tras analizar la propuesta y el estudio de viabilidad, Tráfico dio luz verde a los radares, que se colocaron a principios de 2014 y empezaron a denunciar a partir de julio. Pero con un par de salvedades. La primera es que, anteriormente, la velocidad en Las Pedrizas estaba limitada a 100 kilómetros por hora, salvo en algunas curvas y tramos puntuales donde la prohibición era de 80; desde mediados del año pasado ocurre lo contrario, el límite es de 80 menos en alguna zona puntual, que sube a 100. La segunda, la entrada en vigor de la operativa 7, que en esa carretera supuso disminuir el margen de denuncia a tan sólo 7 kilómetros por hora. Es decir, que no sólo se redujo el límite de velocidad de 100 a 80, sino que además se colocaron dos radares de tramo que saltaban a partir de 88 kilómetros por hora.

La DGT también suele tener en cuenta los informes sobre tramos de concentración de siniestros a la hora de buscar la mejor ubicación para estos dispositivos. SUR ha consultado los listados de puntos negros en las carreteras malagueñas en 2012 y 2013 en ninguno de ellos aparece Las Pedrizas y el anuario estadístico de accidentes en las carreteras del Estado, curiosamente, elaborado por el propio Ministerio de Fomento.

Índice de peligrosidad

El documento, de 360 páginas, ofrece información detallada de los siniestros en España examinados kilómetro a kilómetro entre los años 2009 y 2013 (justo el año que Fomento propuso los dos radares de tramo), lo que permite obtener una radiografía clara del asunto. Los técnicos de ministerio calculan un índice de peligrosidad (IP) de cada kilómetro de las carreteras a partir de la cifra de accidentes, su gravedad y el volumen de desplazamientos. El IP medio ha descendido en tres décadas de 48 a 10 en el conjunto de la red viaria española. El dato también está por provincias. El de Málaga es de 9,1, ligeramente por debajo de la media nacional, y muy lejos de provincias como Pontevedra (18), Granada (17), Álava (16) o Gerona (15). El índice de peligrosidad de Madrid es de 10,4.

En el caso de la autovía de Las Pedrizas, los kilómetros 126, 127 y 128 ni siquiera aparecen en el listado. Sí figura el kilómetro 135, con un índice de peligrosidad de 9,8; el 138 (IP de 17,8); el 139 (12,2); y el 140 (6,8). La media de esos cuatro kilómetros sería, por tanto, de 11,6. Pero si se divide entre los seis kilómetros del tramo controlado por radar, el IP desciende incluso al 7,7.

El presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), Mario Arnaldo, considera que estos índices de siniestralidad no justifican semejante volumen de denuncias. Y se apoya en un informe elaborado por la asociación a partir de los datos del Ministerio de Fomento. «Dado que el IP de las carreteras españolas es 10, nosotros utilizamos como referencia para considerar un tramo como muy peligroso un índice por encima de 100, es decir, 10 veces superior a la media nacional»,explica.

En su último informe, Automovilistas Europeos Asociados señala los 125 kilómetros más peligrosos de España con un IP por encima de 100. De ellos, 14 están en Andalucía, repartidos por las provincias de Huelva (5), Sevilla (4), Granada (2), Almería (2) y Córdoba (1). En Málaga, donde Tráfico ha recaudado en 2014 un total de 8,6 millones en multas de radares por exceso de velocidad, sólo superada por Madrid, no hay ninguno.

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