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María Isabel Guzmán, segunda por la izquierda, junto a su familia, en su establecimiento.
«Si le ha tocado a alguien del barrio es una alegría muy grande»

«Si le ha tocado a alguien del barrio es una alegría muy grande»

Intriga en La Luz por conocer la identidad del agraciado con más de 12 millones de euros el pasado domingo en El Gordo de la Primitiva

Jesús Hinojosa

Martes, 21 de julio 2015, 12:55

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«¡A ésta le ha tocado!», exclama entre risas una vecina. «Sí, sí, ojalá fuera verdad eso. A ver si a la que le ha tocado es a ti y estás muy calladita...», responde la aludida. La escena se repitió durante todo el día de ayer en el quiosco de la calle Antonio Gaudí que el pasado domingo dio El Gordo de la Primitiva: un total de 12,3 millones de euros que pueden ir a parar al bolsillo de un acertante cuya identidad era, al cierre de esta edición, un misterio para los miembros de la familia encargada de este puesto mixto del barrio de La Luz.

Su responsable, María Isabel Guzmán, cree que debe ser alguien de la zona que juega casi todas las semanas. «Rellenó a mano solo una columna: 1,5 euros que se le van a convertir en 12,3 millones. Es posible que incluso todavía no sepa que le han tocado», señaló esta comerciante, quien no paró de atender a medios de comunicación, vecinos y curiosos tras repartir el tercer premio más importante en la historia del sorteo en la provincia.

«Si le ha tocado a alguien de aquí del barrio, es una alegría muy grande, porque la verdad es que hace mucha falta. Este es un barrio obrero, yo creo que tiene que ser alguien de por aquí que igual se entera de que es el afortunado o afortunada cuando venga a entregarme el resguardo para que le mire si le ha tocado algo», afirmó.

Sonrisa permanente

Maribel, como la llaman sus clientes, no ocultó su felicidad por haber podido entregar «un premio tan grande». La sonrisa apenas si desaparecía del rostro de esta mujer de ojos claros a la que acompañaba su madre, María Navarro, muy orgullosa por la hazaña. «Llevamos casi cuarenta años con el despacho abierto, hemos dado muchos premios de quinielas, pero como éste ninguno», comentó la que da nombre al local, cuyo esposo falleció hace ahora un año.

El establecimiento se encuentra en un extremo de la calle AntonioGaudí que no es un sitio de mucho tránsito de peatones. Hay que acudir expresamente a él para comprar alguna golosina o probar suerte con alguno de los juegos de las Loterías y Apuestas del Estado, de ahí que exista la creencia generalizada de que lo más probable es el que el afortunado o afortunada sea un vecino de la zona. «Igual es una persona mayor que ni sabe que le ha tocado, y tampoco es consciente de la suma que le corresponde, porque hay gente de avanza edad a la que aún le cuesta calcular lo que supone en pesetas. No sé cómo voy a reaccionar si se me llegara a presentar en la ventanilla», confesó María Isabel.

Como suele suceder en estos casos, entre los interesados en conocer quién es el agraciado estaban los directivos de algunas de las sucursales bancarias cercanas. La responsable del establecimiento estuvo en contacto por teléfono con un empleado de Unicaja al que conoce desde hace tiempo, y también se pasaron por el quiosco trabajadores del Banco Santander que le dejaron su tarjeta de visita. Todos con la intriga de conocer al poseedor del boleto con los números 10, 15, 25, 28, 40 y 7 de reintegro de El Gordo de la Primitiva del domingo, quien posiblemente no quiera desvelar su identidad.

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