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El profesor Martínez Valverde creó escuela en pediatría.
«En mi profesión he atendido desde hijas de reyes hasta la gente más pobre»

«En mi profesión he atendido desde hijas de reyes hasta la gente más pobre»

Antonio Martínez Valverde, pediatra. La Academia de Medicina de Andalucía Oriental se reúne por primera vez en Málaga para dar un homenaje al profesor Martínez Valverde

Ángel Escalera

Viernes, 12 de junio 2015, 00:42

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El nombre de Antonio Martínez Valverde es un referente en la pediatría española. Nacido en Benalúa de las Villas (Granada) hace 84 años, desarrolló en Málaga la parte más destacada de su brillante trayectoria como jefe del departamento de pediatría del Hospital Materno y como catedrático de la Universidad. Pasado mañana, domingo, la Real Academia de Medicina de Andalucía Oriental se reunirá en el Colegio de Médicos para darle un homenaje al profesor Martínez Valverde. Será la primera vez que la Academia, con sede en Granada, venga a Málaga.

¿Qué supone para usted el homenaje que le va a dar la Academia de Medicina de Andalucía Oriental?

Es un gran honor para mí. Soy el más antiguo de los académicos de Málaga; en estos momentos somos seis. Yo ingresé en 1985. En un futuro, la Academia celebrará sesiones en Málaga, lo que permitirá compartir con Granada, donde tiene su sede, las actividades que lleva a cabo.

La reunión del domingo le permitirá saludar a compañeros a los que hace tiempo que no ve, ¿verdad?

El contacto no lo he perdido. Los académicos malagueños vamos Granada con relativa frecuencia. Que la Academia venga a Málaga es un éxito tremendo para la ciudad, para el Colegio de Médicos y, en fin, para todos nosotros, porque supone el reconocimiento de una igualdad. El presidente de la Academia, Antonio Campos, es un hombre muy abierto, con unos conocimientos muy amplios. Él considera que hacer actividades en Málaga dará amplitud a la Academia

¿Cuántos niños habrá visto usted en su trabajo como pediatra?

Muchísimos. Yo he recorrido toda la escala social en mi profesión y he atendido desde hijas de reyes hasta la gente más pobre. El Materno Infantil ha sido un triunfo tremendo para mí y para Málaga. Está entre los diez mejores hospitales de España. En el Materno me dediqué fundamentalmente a trabajar en el campo de las llamadas enfermedades raras. Las cultivé desde que terminé la carrera hasta que me jubilé hace 14 años.

¿A qué hijas de reyes atendió?

Pues a las infantas Elena y Cristiana cuando sus padres eran todavía príncipes. Yo era médico puericultor del Estado y las atendí en Sierra Nevada de cosas pequeñas como quemaduras.

Usted estudió la carrera de Medicina en Granada. ¿En qué año se licenció?

Terminé en 1954. Y dos años antes ya estaba dedicado a la pediatría. Antes de llegar a Málaga tuve una historia larga. Fui medico residente en Bélgica. Luego estuvo en París como médico asistente. De Granada pasé a Pamplona como encargado de cátedra. Seguidamente, vine a Málaga.

¿Por qué se encaminó por el mundo de la pediatría?

Porque saqué una plaza de médico interno. En pediatría había un catedrático nuevo y un discípulo suyo, Manuel Cruz, que tenía mucho prestigio. Era una cátedra nueva que despertaba mucho interés. Hubo una epidemia de polio y yo estuve atendiendo a los niños durante un verano en un pabellón que se hizo en Granada. Hubo 99 casos. Desde entonces vino mi inclinación, mi dedicación y mi limitación por la pediatría.

Vamos, que aparte de su familia, la pediatría ha sido lo más importante en su vida...

Lo más importante, sin lugar a dudas. Como la pediatría es muy grande, en el Materno Infantil cultivé las especialidades pediátricas. Como le decía antes, estoy muy satisfecho del hospital. Conté con unos colaboradores magníficos a los que no tengo con que pagarles la gran labor que hicieron. Ellos llevaron la carga de trabajo y me ayudaron.

O sea, que ha sido usted el maestro de muchos pediatras tanto en su faceta como jefe de departamento en el Materno como de catedrático en la Universidad de Málaga.

Sí, siempre me ha gustado hacer equipos de trabajo. Por ejemplo, cuando fui médico puericultor del Estado en Granada formé un grupo de investigación dirigido por Federico Mayor Zaragoza. Fuimos lo que iniciamos la conocida como prueba del talón para detectar enfermedades metabólicas como la fenilcetonuria y el hipotiroidismo congénito. A raíz de eso ya se extendió por toda España. Tuve la suerte de formar parte de ese grupo de investigación.

¿Echa de menos pasar consulta y atender a pacientes?

Sinceramente, sí. Lo echo de menos. Sigo teniendo contacto con todos mis discípulos.

A su juicio, ¿cuál ha sido el cambio más llamativo en la pediatría desde que usted empezó a ejercerla?

La creación de las especialidades pediátricas y, sobre todo, el proyecto del genoma humano: el ADN. Se habla del genoma humano como un éxito del fracaso, poniendo ese fracaso entre comillas por el desconocimiento al que nos ha llevado.

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