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Calle Moncada.
La peor cara de La Isla

La peor cara de La Isla

Solar baldío y con vegetación, una calle Moncada abandonada y un muro y chimenea peligrosos

José Manuel Alday

Sábado, 30 de mayo 2015, 13:06

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Florinda Álvarez es una ciudadana que quiere dar a conocer públicamente la peor cara de su barrio, La Isla, en el distrito de la Carretera de Cádiz, una zona en la que dice, «los que vivimos aquí hemos sufrido las obras del AVE, del tren de Cercanías, del puente de Juan Pablo II y del metro». Pero antes de entrar en ello, esta vecina critica la tala de árboles efectuada recientemente en la calle Orfila, al considerar que se realizó sin suficiente «consenso vecinal» y entender que una decisión «tan trascendental» debía haberse justificado y explicado suficientemente y, en todo caso, debería haberse realizado en invierno y no ahora, en vísperas del verano. Una actuación que le lleva también a criticar que se dijera por parte de responsables municipales que los árboles eliminados iban a ser trasladados al parque de Huelin, «lo cual no es cierto». «Llegados a este punto, y ante la imposibilidad de hablar con usted después de seis llamadas de teléfono a Alcaldía, me veo en la obligación de informarle a través de la prensa del estado de nuestro barrio», dice en una carta remitida a este periódico pero que dirige al alcalde.

Y comienza su peculiar recorrido: «A la entrada de la calle Ferrocarril hay restos de obra que parece que no son de nadie. En la acera de la derecha las fachadas de las casas mata están abandonadas, y muchas en ruina. Cuando llegamos a la chimenea está hecha polvo, pues hubo un accidente de coche hace unos dos años y no se reparó, y solo hay plástico y la chimenea tiene una grieta sobre la mitad con el consiguiente peligro ya que aquí combate mucho el aíre». Su mirada crítica le lleva a la calle Edward Elgar, donde en la acera de la izquierda hay un solar vallado en el que dice «vive un supuestamente indigente extranjero que hace todas sus necesidades al aire libre». «Cuando había árboles dice, estos mitigaban algo las vistas, pero ahora que ya no están, la vista es poco agradable, sobre todo para los niños de los pisos superiores». Más adelante se refiere al «muro de un taller que no ha llegado a un acuerdo con la constructora y se ha quedado en pie». Un muro que asegura «puede caer en cualquier momento por el mismo motivo que la chimenea, el viento y su progresivo deterioro». Y al final de esa calle denuncia la existencia de «otro solar grande que está abandonado, con las vallas en el suelo y la vegetación seca y llena de garrapatas».

Se refiere esta ciudadana también a la calle Moncada, donde existe un contencioso judicial, y de la que dice «es una auténtica vergüenza, calle sin acera, sin asfalto, llena de excrementos de todo tipo, donde van los perros del vecindario». Y cuestiona asimismo la urbanización posterior de la zona tras las obras del metro, porque, según afirma, «donde pedimos una pequeña zona de deporte para los niños se ha convertido en un pi-pi-can».

«Sr. alcalde. Viaje a la tierra, deje de darse paseos donde no hace falta y visite este vecindario que bien lo ha visitado hace cuatro años en las anteriores elecciones», concluye.

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