Desperfectos en el ‘recibidor’

Si la calle Larios es el gran salón de Málaga, la plaza de la Marina es algo así como el hall o recibidor principal de la ciudad. Una plaza que dicho sea de paso nunca ha sido tomada por los malagueños como tal sino que más bien como lugar de tránsito de la Alameda Principal al Paseo del Parque y poco más. Aunque con el tiempo y las reformas realizadas a su alrededor y en su interior el emplazamiento está tomando cada vez mayor valor. La transformación realizada en los jardines del Poeta Alfonso Canales hace ahora justo un año le ha dado un nuevo aire a este enclave tan bien situado frente al puerto y por donde pasan de forma casi obligada los miles de cruceristas que llegan a la ciudad. Así que, aunque sea más disfrutada por foráneos que por los que aquí residimos, de los que por cierto, no todos hacen vida en el salón, sino que hay mucha gente en cuartos del interior y hasta en el trastero, hay que cuidar ese recibidor principal en sus detalles y eso es precisamente lo que piden algunos ciudadanos, como Pepa Montiel que se refiere a los desperfectos que presenta esta céntrica plaza. Desperfectos que se observan en algunas zonas como son la ausencia de algunas placas de mármol o bancos rotos y deteriorados. Unos desperfectos que ofrecen una mala imagen en una zona tan céntrica como ésa que deberían ser corregidas, porque la impresión que se llevan los numerosos turistas que nos visitan no es la mejor al observar esos deterioros.

La oficina de Turismo sita en la plaza está siendo reformada en la actualidad, y el enclave ganaría mucho más con esos arreglos que se reclaman, la finalización del hotel que se construye en sus alrededores, y con la rehabilitación y la definición de uso del histórico edificio de La Equitativa.

Por cierto que tampoco están en las mejores condiciones las escaleras del parking de la plaza de la Marina que se encuentran en la rotonda del Marqués de Larios junto a la estatua. José Ramírez se refiere a este punto como la entrada al centro de la ciudad y dice que ofrece un estado «realmente deplorable». «¿Piensan nuestros responsables de la promoción turística de la ciudad que su esfuerzo se corresponde con el abandono que ofrece ese lugar?. No creo que sea por culpa del presupuesto».