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La madre de Francisco sujeta una foto suya.
'Paco el policía'

'Paco el policía'

Detrás de «un policía ha muerto a manos de un loco» hay mucho más. Estaba Paco, el de Huelin, el mismo que estudiaba en el hospital cuidando a su madre, que estuvo mucho tiempo muy enferma

pedro luis gómez

Jueves, 21 de mayo 2015, 01:04

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Así, como 'Paco el policía', era como le conocían sus muchos amigos y como se le identificaba en su barrio de Huelin, que hoy llora desconsolado su trágica y absurda muerte. Francisco Díaz Jiménez, de 33 años, ya no podrá ver más a su hija, su gran pasión, que apenas hace unos días cumplió tres añitos. María, su mujer, no acaba de salir del shock, el mismo que sufre la populosa barriada malagueña, donde 'Dragón 233', su indicativo policial, era más que conocido y popular por su generosidad, su esfuerzo personal y por su facilidad para servir a los demás. Nunca tenía una mala cara.

Ayer, la noticia que se oía en la radio, se veía en la televisión y se leía en la Prensa era que en Málaga había muerto un policía a manos de un indigente 'loco'. Mi abuelo solía decir, muy descriptivamente, que un loco «era aquella persona que desnuda en mitad de la calle se pegaba con dos ladrillos en sus testículos (versión 'fina'). Todos los demás simulan, no están locos», según la visión de aquel viejo de Ardales. Pues bien, detrás de «un policía ha muerto a manos de un loco» hay mucho más. Estaba Paco, el de Huelin, el policía, el mismo que estudiaba en el hospital cuidando a su madre, que estuvo mucho tiempo muy enferma, para aprobar los cursos en la Academia de Policía, a la que llegó por verdadera vocación, no como una mera salida profesional. Paco, el mismo que fue un verdadero baluarte para su hermana, el mismo que visitaba todos los días a su hoy desconsolado abuelo... Nunca una mala palabra, ni un mal gesto. Hoy Huelin y Málaga lloran enrabietados, porque si cualquier muerte es absurda, cuando ésta le llega a un hombre de 33 años ya clama al cielo, y si encima es por 'la locura' de un maldito tipejo asesino que había sido detenido en ¡22 ocasiones!, entonces, además, te produce una mala leche que te invade el interior y te preguntas a ti mismo que algo aquí, en este país tan acomplejado, tan cargado de maricomplejines, algo está fallando...

Ha muerto un policía. No, ha muerto el amigo de Juanjo (casi su hermano), de Jorge, de Pedro, de Espi, de Inma, de Maroto, de Toqui... de los que conformaban su grupo de amigos, con los que en unos días iba a partir a Canarias para darle la sorpresa en su despedida de soltero a Ismael, también de 'la panda'.

'Paco el policía', salió ayer de su casa, pero nunca volvió. Su vida la ha roto un asesino, 'extremadamente peligroso', detenido en 22 ocasiones, alemán de nacionalidad (aunque podía haber sido de cualquier otra, a ver si ahora alguien me acusa de xenófobo, que ya estamos hablando de los acomplejados), pero que seguía campando a sus anchas por las calles de Málaga sin que nadie lo montara en un avión y lo mandara a su puñetera casa... (Eso sí, si viene un pobre honrado de fuera a ganarse la vida, aquí puede durar -'inflexible ley/lex rigidum'- cinco minutos).

Algo está fallando en este país. No sólo ha muerto un policía. Era un hombre con su familia, con sus amigos, con su vida, con su alma, con su hija... Hasta que un puñetero loco lo asesinó: 22 veces detenido; con la del miércoles, 23...

La rabia sigue contenida. Al menos no está de más decirlo (gritarlo).

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